viernes, 30 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #45

¿El exceso de algo bueno puede ser dañino?

Por Matt Klaus

El problema de llevar la inspección de NFPA 25 demasiado lejos
NFPA 25
No es poco común ver "problemas de diseño" señalado en el informe de deficiencias de un inspector después de la revisión de un sistema de rociadores según lo exige NFPA 25, Sistemas hidráulicos de protección de incendio. La pregunta es: ¿deberían señalarse los "problemas de diseño"?
Mientras que parece sensato para los inspectores identificar tales problemas, las deficiencias de diseño no forman parte del alcance de NFPA 25. Desde un punto de vista de la inspección, NFPA 25 se halla escrito como un documento sobre "desgaste normal", no una norma para la evaluación de diseño: una diferenciación que a menudo deja desconcertada a las personas. Mientras que las deficiencias y fallas de diseño al gestionar cambios pueden crear graves problemas de seguridad humana y han sido atribuidos a la falla de los sistemas hidráulicos de protección de incendio, resulta importante comprender dónde deben documentarse esos problemas y quién debe hacerlo.
Las inspecciones realizadas de acuerdo con NFPA 25 deben centrarse en la funcionalidad del sistema o componente. La pregunta central de una inspección de NFPA 25 es: "¿Puede este componente o sistema funcionar correctamente en su estado actual?" La respuesta a esta pregunta a menudo puede hacerse desde el nivel del piso en forma relativamente rápida, e incluye situaciones como rociadores que chorrean, pintura en los deflectores y válvulas de control corroídas.
En comparación, una evaluación de diseño, o evento de comisionamiento retroactivo (ver NFPA 3,Comisionamiento y prueba de integración de sistemas de protección contra incendios y seguridad humana), es una confirmación de que el sistema fue diseñado e instalado de acuerdo con la norma de diseño apropiada en el momento de la construcción. Aquí la pregunta central es: "¿Fue este componente o sistema diseñado e instalado correctamente en base al código aplicable o norma de diseño?" Para poder responder esta pregunta la persona que realiza la evaluación debe tener algo de conocimiento del diseño del sistema original, los códigos y normas aplicables y los diagramas de diseño de la propiedad. En este caso, deberían revisarse en profundidad todos los dispositivos. Por ejemplo, una evaluación de diseño de un típico edificio de oficinas requeriría que el inspector midiera todas las distancias entre rociadores, además de las distancias respecto de posibles obstrucciones; es decir, cientos de mediciones individuales.
Eso no quiere decir que los inspectores no deberían informar a los propietarios de edificios que puede haber un problema con el sistema. El problema de brindar al cliente más información es que puede dejar al inspector pasible de responsabilidad. Si un inspector identifica algunas deficiencias de diseño en su informe de inspección de NFPA 25, pero no todas, la línea puede resultar borrosa en cuanto a la profundidad de la revisión y la obligación contractual del inspector con el propietario. Muchos propietarios creen que NFPA 25 exige que el inspector realice una evaluación de diseño, por lo que cuando un inspector brinda algunos problemas de diseño mezclados con verdaderas deficiencias de NFPA 25, puede enredar más las cosas.
Muchos inspectores sienten que tienen una obligación moral y ética, como miembros de la comunidad de protección de incendio y seguridad humana, de informar a sus clientes sobre todos los problemas potenciales. Una manera de cumplir con los requisitos de NFPA 25 al tiempo que se satisfacen las obligaciones morales es realizar dos informes de deficiencias: Uno con los problemas de NFPA 25 y otro que podría denominarse la lista del "buen samaritano". El informe de NFPA 25 registra problemas de desgaste natural mientras que identifica claramente el alcance de NFPA 25. El informe del "buen samaritano" incluye todos los temas que no están en el alcance de NFPA 25, junto con un descargo de responsabilidad que establezca que esos temas no se consideran parte de un programa de inspección de NFPA 25. De esta manera se reconoce claramente el alcance de NFPA 25, al igual que cualquier problema observado durante la inspección.
Matt Klaus es ingeniero senior de protección de incendio en NFPA y enlace de personal para NFPA 13, 13R y 13D.


@TecniTipsGANB #44

RetrotecTraining's Parte 2

Level 2 Training - Part 4 The Door Fan



Level 2 Training - Part 5 Test Direction



Level 2 Training - Part 6 Building Setup




jueves, 29 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #43

RetrotecTraining's Parte 1


Level 2 Training - Part 1 Introduction



Level 2 Training - Part 2 About the Gauge



Level 2 Training - Part 3 Gauge Tests




lunes, 26 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #41

Seguridad contra incendios Cerberus PRO
Un sistema integral de protección contra incendios


DESCRIPCIÓN GENERAL DEL PRODUCTO
El sistema de seguridad contra incendios Cerberus PRO, un sistema integral de protección contra incendios de Siemens − Fire Safety es un sistema de tecnología avanzada tanto para la protección contra incendios como para la seguridad personal. Cada sistema Cerberus PRO ofrece un funcionamiento sencillo gracias a sus teclas programables, una pantalla LCD retro iluminada y un botón de navegación de cuatro (4) direcciones; todos estos elementos se encuentran en la parte superior de cada panel.
Mediante la utilización de su exclusivo microprocesador de diseño de "red", junto con la posibilidad de utilizar dispositivos de detección inteligentes, Cerberus PRO ejemplifica un sistema contra incendios flexible y con una amplia selección de opciones de configuración. Cerberus PRO admite la tecnología de lazo direccionable SureWireTM.
Cerberus PRO es ideal para aplicaciones pequeñas y de mercado medio, ya que incorpora un panel de control de alarmas contra incendios (FACP) direccionable de 50, 252 y 504 puntos. Los sistemas de 252 y 504 puntos pueden utilizarse en red.
Estos nuevos FACP se combinan con una línea innovadora de detectores inteligentes. Por ejemplo, el detector de CO y de incendios de varios criterios [con ASATechnologyTM] es una tecnología avanzada para aplicaciones especializadas, como la detección de monóxido de carbono, en comparación con los detectores estándar, mientras que el detector de humo fotoeléctrico utiliza un circuito con micro controladores y una tecnología de montaje superficial a fin de ofrecer la máxima fiabilidad.

ESPECIFICACIONES DE ARQUITECTURA E INGENIERÍA
Ficha técnica
·Sistemas contra incendios estándar de 50, 252 y 504 puntos

· Visualización remota para sistemas de 252 y 504 puntos

· Carcasas o gabinetes de unidad de una (1) o dos (2) alturas o filas

· Interfaz del sistema resistente e intuitiva

· Teclas programables

· Interfaz RS5485

· Menú de navegación de cuatro direcciones con capacidad de visualización ampliada

· Potencia principal regulada 300 vatios a 11,5 amperios / 170 vatios a 6,5 amperios

· Potencia de entrada universal de CA: 120 VCA o 240 VCA 50/60 Hz a 2,0 A max.

· Totalmente programable por campos a través de un PC o portátil con Windows®

· Protocolo integrado de sincronización estroboscópica

· Capacidad de control y notificación global

· Varios comandos de relé: Alarm (Alarma), Trouble (Problema), Supervisory (Supervisión), etc.

· Diodos emisores de luz (LED) para: Power (Alimentación), Alarm (Alarma), Supervisory (Supervisión), Silenced (Silenciado), Ground Fault (Fallo de conexión a tierra), Trouble (Problema) y LED de estado del sistema

*El comando Alarm (Alarma) tiene un LED distintivo más grande

· La opción de los LED permite la notificación de la actividad del sistema a través de los LED

· Pantalla de cristal líquido retro iluminado (LCD)

· Tecnología de lazo direccionable SureWireTM

*Circuitos de detección patentados insensibles a la polaridad

· Circuitos de detección inteligentes y analógicos: Clase A o B

· Admite la detección específica según la aplicación FirePrintTM

· Admite la prueba de detección Walk Test unipersonal

· Supervisión de rociadores

· Admite releasing de sistemas de pre acción, diluvio & agentes limpios SinorixTM

*Supervisión de la válvula de releasing

· Lectura/impresión de la sensibilidad del detector

*Según la norma NFPA 72

· Capacidad de registro de historial de 5.000 eventos con informes en línea y sin conexión

*Los informes sin conexión pueden visualizarse con la herramienta de programación de configuración personalizada

*Compatible con el software EEPROM

· Impresora remota supervisada a través del módulo periférico remoto (para sistemas de 252/504 puntos)

· Pantallas de ayuda para el usuario final

· Estaciones de varios comandos

· Comandos de operador gestionados mediante menús

· Varios niveles de protección mediante contraseña

· Compensación ambiental automática para detectores de humo

· Funcionamiento previo a la alarma

· Verificación de alarma por dispositivo o zona

· Funcionamiento de modo degradado

· Funciones de salida controladas por lógica

· Módulo opcional de enlace de ciudad/línea dedicada

· Procesamiento distribuido

· Eventos de Gas Alarm (Alarma de gas) de detección de CO, en virtud de la norma NFPA 720 (para sistemas de 252/504 puntos)

· Módulo de expansión opcional de circuitos de los dispositivos de notificación (NAC)

*Carga de salida de hasta 3,0 amperios (24 VCC)

*Modulo utilizado para sistemas de 252/504 puntos

· Circuitos de potencia limitada conforme a NEC 760

*Conforme a la lista UL 864

· UL 864 listed (9ª edición); con aprobación de CSFM (7165-0067:0259) y FDNY (n.º 6104)




viernes, 23 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #40

CÓDIGO NFPA 72
Código Nacional de Alarmas de Incendios (Edición 2007)

En su Capítulo 1, Administración, la norma actualiza su alcance y abarca la aplicación, instalación, ubicación, desempeño, inspección, prueba y mantenimiento de los sistemas de alarma de incendio, equipos de advertencia de incendio y equipos de advertencia de emergencias, y sus componentes.

Propósito:

· Define los medios para activar las señales, transmitirlas, notificarlas y anunciarlas, así como los niveles de desempeño y la confiabilidad de diversos tipos de sistemas de alarmas de incendio.

· Este Código también define las características asociadas a dichos sistemas y también provee la información necesaria para modificar o modernizar un sistema existente, a fin de cumplir con los requerimientos de una clasificación de un sistema específico.

· Por otra parte, establece los niveles mínimos requeridos de desempeño, el grado de redundancia y la calidad de la instalación. Sin embargo, no establece los métodos únicos con los cuales se deberán alcanzar los requerimientos antes mencionados.

· Es importante aclarar, que no se interpretará que este Código requiera un nivel de protección contra incendio mayor a aquel que de otro modo sería requerido por el código de construcción o de incendios vigente.

Aplicación:

Los sistemas de alarma de incendio deberán clasificarse de la siguiente manera:

(1) Sistemas domésticos de alarma de incendio

(2) Sistemas de alarma de incendio para instalaciones protegidas (local)

(3) Sistemas de alarma de incendio para estaciones de supervisión

(a) Sistemas de alarma de incendio para estaciones centrales (servicio)

(b) Sistemas de alarma de incendio para estaciones de supervisión remota

(c) Sistemas de alarma de incendio para estaciones de supervisión de propiedades

(4) Sistemas de alarma de incendio de notificación pública

(a) Sistemas de alarma de incendio auxiliares

- tipo energía local

(b) Sistemas de alarma de incendio auxiliares

- tipo en derivación

De acuerdo a este Código, cualquier referencia directa o implícita a un tipo específico de hardware será con el propósito de esclarecer el tema y no deberá ser interpretado como una aprobación de dicho hardware.

Por otra parte, señala que la intención y el significado de los términos utilizados en el Código serán los mismos que aquellos utilizados en la NFPA Código Eléctrico Nacional a menos que por el contrario sean expresamente definidos en el documento.

Como requerimiento para la adopción de este Código, es indispensable que sea administrado por la autoridad competente designada por la parte gubernamental.

En el Capítulo 4 de este Código, en los fundamentos de los sistemas de alarmas contra incendio, las funciones básicas de aplicación de un sistema completo de alarmas de incendio deberán cumplir con los requerimientos que se señalan en este capítulo y los mismos, se aplicarán a los sistemas de alarmas, equipamientos y componentes menciones desde el Capítulo 5 hasta el 10.

De acuerdo a esta normativa, el propósito de los sistemas de alarmas es:

Ø Proveer notificación de alarmas de incendio

Ø Supervisión y condiciones problemáticas

Ø Alertar a los ocupantes

Ø Suministrar ayuda

Ø Controlar las funciones de seguridad contra incendios
En cuanto al equipo construido e instalado conforme al presente Código, deberá estar listado con el propósito para el cual es utilizado. Señala la norma, que los componentes del sistema de alarma de incendio deben ser instalados, probados y mantenidos de acuerdo con las instrucciones publicadas por el fabricante y este Código.

Para el diseñador, los planos y especificaciones de los sistemas de alarmas de incendio deberán ser desarrollados siguiendo este Código por personas con experiencia en la propia labor de diseño, aplicación, instalación y verificación de los sistemas de alarmas de incendio.

Es este sentido, se deberá identificar al diseñador del sistema en los documentos de diseño del mismo. Se deberá proveer prueba aceptable de sus calificaciones o certificación cuando sea requerido por la autoridad competente. El personal calificado incluye, pero no se limita a, uno o más de los siguientes:

(1) Personal capacitado en fábrica y certificado para el diseño del sistema de alarma de incendio del tipo específico y marca del sistema que se diseñe

(2) Personal certificado por una organización de certificación de alarma de incendio reconocida a nivel nacional aceptable para la autoridad competente

(3) Personal registrado, autorizado o certificado por una autoridad local o estatal.

En cuanto al personal de instalación del sistema, también deberá ser calificado o supervisado por personas calificadas en instalación, inspección y prueba de los sistemas de alarmas de incendios.



miércoles, 21 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #39

El costo de los rociadores automáticos

Por Jaime A. Moncada, PE

El principal incentivo para proteger un edificio con sistemas de rociadores automáticos es que se cumplen simultáneamente dos objetivos: salvaguardar la vida humana y protección de la propiedad. Su eficacia es indiscutible, siendo, sin temor a equivocarme, el sistema más efectivo de protección contra incendios.

Muchos especialistas comentan que es un sistema con un alto costo/beneficio, pues tiene un ciclo de vida muy largo y su costo se puede depreciar sobre muchos años. Hoy día, en la mayoría de los países más desarrollados, y en varios países latinoamericanos, los edificios grandes tienen que ser protegidos con estos sistemas.

Sin embargo, en Latinoamérica el costo de los sistemas de rociadores automáticos es un tema recurrente en las reuniones en las que se discute el diseño de los edificios y existe la tendencia a pensar que estos sistemas son muy costosos.

La realidad es que la alfombra o el techo falso de una oficina tiene un costo por metro cuadrado similar al costo de los rociadores automáticos (de acuerdo a RS Means Foot Cost Data de 2011, el costo promedio de una alfombra comercial instalada es de US$23.68/m²; el costo promedio de un techo falso es de US$25.83/m²). Pero estos costos no tienen en cuenta el costo de su mantenimiento y de su ciclo de vida. Una alfombra, por ejemplo, tiene un ciclo de vida entre 5 y 15 años. Un sistema de rociadores automáticos tiene un ciclo de vida muy largo, tal vez tan largo como el ciclo de vida de la estructura del edificio.

En los Estados Unidos existen muchas fuentes que documentan el costo de los rociadores automáticos. Aunque en Latinoamérica estos costos pueden variar un poco de país a país, siempre he constatado que los costos en los Estados Unidos son un buen barómetro, tal vez un poco más cotosos que el promedio Latinoamericano. Por ejemplo, he escuchado decir a instaladores en el norte de México, que la mano de obra al norte del Río Grande es dos a tres veces más eficiente que en México, pero la mano de obra es mucho más económica en México.

Debido a que, en términos generales varios de los componentes de los materiales de construcción de un sistema de rociadores automáticos son importados, resultan ser más caros en Latinoamérica. Sin embargo la mano de obra es, por el contrario, más económica. Miremos entonces la información existente, pues considero que puede ser de algún beneficio para los lectores de esta revista.

Costo por metro cuadrado: RS Means Plumbing Cost Data (2013), por ejemplo, documenta el costo promedio en los Estados Unidos para una gran variedad de instalaciones de sistemas de rociadores automáticos. De manera ilustrativa, un sistema de rociadores automáticos, en cabal cumplimiento de NFPA 13, Norma para la instalación de sistemas de rociadores, protegiendo un edificio de cuatro pisos con un área construida de 4,645 m² por piso, con tubería de acero cédula 40, sin incluir su bomba y tanque, tiene los costos referenciados en la tabla a continuación.


NFPA 13

Esta tabla muestra el costo incremental dependiendo de la sofisticación del sistema. Para nuestra región, el sistema más común es el sistema húmedo, el cual tiene un costo promedio de US$55.68/m² para un sistema de riesgo extra (como por ejemplo una imprenta), y de US$24.65/m² para un riesgo ligero (como por ejemplo un edificio de oficinas). Recordemos que estos costos son específicos para un edificio de cuatro pisos y un total de área construida de 18,580 m². Entre más grande el edificio, el costo por metro cuadrado más económico, entre más pequeño, es más costoso.

Costo porcentual: ENR Mechanical & Electrical Square Foot Cost Book (2013), analizó un sinnúmero de proyectos de construcción en los Estados Unidos y estableció el costo porcentual de los sistemas de rociadores automáticos comparado con el costo total de la construcción del edificio. He mencionado que en la casa donde vivo con mi familia, la cual tiene ya un par de años de construida, tuve la oportunidad de instalar un sistema de rociadores residencial que está diseñado de acuerdo a la NFPA 13D, Norma para la instalación de sistemas de rociadores en viviendas uni y bifamiliares y viviendas prefabricadas. Allí, el sistema de rociadores, incluyendo su tanque y su bomba, costó el 1.1% del costo total de construcción o US$20.36/m². ENR compiló costos en diferentes tipos de ocupaciones (ver tabla a continuación), los cuales pueden ser utilizados para comparar el costo con otro tipo de edificios.


NFPA 13 

Costo de la bomba contra incendios: El costo de una bomba listada para servicio contra incendios, con su controlador, motor y accesorios puede variar de país a país dependiendo de los costos de importación y de transporte. ENR Plumbing Cost Data (2013) ofrece información que nos ayuda a entender la diferencia entre los costos de las bombas eléctricas y diesel, dependiendo de su tamaño. La lista en la siguiente página ofrece costos en EE.UU. de una bomba listada para servicio contra incendios de 150 psi de presión nominal, con su controlador, motor, accesorios e instalación. Estos costos estimados no incluyen el costo de la conexión eléctrica hacia el motor eléctrico y su controlador, conexión que si sigue al pie de la letra lo requerido por NFPA 20, Norma para la instalación de bombas estacionarias de protección contra incendios, es sus Capítulos 9 y 10, pudiera resultar que la bomba eléctrica tenga un costo similar a la bomba diesel.
NFPA 13 

Costo del tanque de agua contra incendios: El costo del tanque puede variar dependiendo si el tanque es un tanque prefabricado sobre tierra o un estanque de concreto enterrado. Sin embargo yo siempre he usado un costo estimado de US$1 por galón de agua. Es decir que un tanque de 30,000 galones (114 m³) pudiera costar US$30,000.

Ingeniería: Aunque la información referencial sobre el costo del proceso de diseño o ingeniería de un sistema de rociadores automáticos no es muy profunda, ENR Mechanical & Electrical Square Foot Cost Book (2013) incluye varios ejemplos. En este documento el costo de la ingeniería es del 8.7% sobre el costo total del sistema de rociadores. El costo de la ingeniería por metro cuadrado de construcción es de US$3.10. Mi experiencia me dice que los costos de ingeniería son mucho más altos en EE.UU. que en Latinoamérica. Como lo he dicho en muchas ocasiones, es una muy buena práctica separar las labores de ingeniería de la instalación, y asignarlas a compañías especializadas pero independientes.

Conclusión: Los costos estimados y aquí incluidos deben utilizarse como costos referenciales, útiles en discusiones conceptuales con los usuarios de sistemas de rociadores automáticos. Están basados en información disponible en los Estados Unidos, basada en proyectos nuevos de construcción. Obviamente luego de efectuar el diseño del sistema de rociadores automáticos se podrán obtener costos más acotados. Mi intención con esta información es ofrecer una guía, y nada más que una guía, para quienes evalúan la posibilidad de rociadores automáticos en sus instalaciones. Muchas veces es importante, creo yo, discutir con el usuario los costos mínimos de manera que el sistema de rociadores automáticos se diseñe e instale adecuadamente. Más no es mejor, pero menos nunca es lo correcto.

De nada nos sirve invertir en un sistema que no cumpla con NFPA 13. Para ilustrar este punto, esta semana, mientras escribía estas líneas, recibí un informe de un edificio nuevo muy importante que está por abrir sus puertas al público, se trata de la Sede de una de las compañías más grandes de Latinoamérica. El inspector, un experto en la normativa NFPA, quedó “tristemente sorprendido” específicamente por el sistema de rociadores automáticos: bomba no listada, válvulas no supervisadas de cerramiento rápido, sin conexiones para mangueras en las escaleras, rociadores no listados, etc., etc. En palabras de este inspector “un atraso normativo de 20 o 30 años”. Posiblemente el diseñador y/o instalador de este sistema tenían la mejor oferta económica, ¿pero a qué costo?



Jaime A. Moncada, P.E., es director de Internacional Fire Safety Consulting (IFSC), una firma consultora en ingeniería de protección contra incendios con sede en Washington, DC. y con oficinas en Latinoamérica


lunes, 19 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #38

¿Accesibilidad para todos?
Por Jeffrey Sargent

El NEC 2014 tiene en cuenta al diseño eléctrico para personas con discapacidad

NEC 2014Según NFPA 70®, Código Eléctrico Nacional (NEC®), el término “fácilmente accesible” significa que una persona puede alcanzar un equipo eléctrico con facilidad, sin tener que retirar obstáculos, y sin el uso de herramientas y escaleras. El término se utiliza en requisitos para equipos eléctricos tales como medios de desconexión, dispositivos de sobretensión, interruptores de circuito con falla a tierra, y elementos similares en los cuales resulta necesaria una operación rápida para la seguridad personal y de la propiedad. Sin embargo, no todos los equipos eléctricos tienen que hallarse fácilmente accesibles, e incluso ciertos equipos que cumplen con los requisitos de la definición del NEC pueden no hallarse fácilmente accesibles de acuerdo con otras normas que afectan algunas instalaciones eléctricas.

Estas nociones de accesibilidad toman una nueva importancia cuando se las considera desde la perspectiva de las personas que utilizan sillas de ruedas o que sufren de otras discapacidades de movilidad. En general, los dispositivos eléctricos utilizados comúnmente, tales como receptáculos de uso general e interruptores de luz, no necesitan estar fácilmente accesibles. En las viviendas, el NEC exige el espaciamiento horizontal máximo a lo largo de muros y mostradores para ofrecer electricidad a la amplia variedad de dispositivos para enchufar y artefactos de conexión de cable y enchufe que se utilizan en los hogares de la actualidad. La función de este requisito es poder incluir los equipos con conexión de cable y enchufe y minimizar la necesidad de cables prolongadores.

Lo mismo puede decirse de las ubicaciones de los interruptores de muro. El NEC es aún más permisivo en la ubicación de estos dispositivos siempre y cuando haya un control del interruptor para iluminación general en áreas específicas. La mayor parte de las personas puede acceder a los interruptores y receptáculos montados en el muro cerca del piso o por encima de un mostrador, isla o tocador de baño, pero para las que sufren de discapacidades de movilidad, estas ubicaciones pueden presentar barreras infranqueables.

Cuando el proyecto de un edificio debe cumplir con requisitos federales y estatales para el acceso de personas con discapacidades, la ubicación de los receptáculos, interruptores de luz y otros dispositivos eléctricos se encuentran regidos no sólo por el NEC, sino también por requisitos tales como los de la edición 2009 de ICC/ANSI A117.1, Edificios e instalaciones accesibles y utilizables, las normas de diseño de 2010 de la Ley para Norteamericanos con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés), y otras normas de accesibilidad. Estas disposiciones no entran en conflicto con las del NEC, pero cuando se requiere el cumplimiento con ADA, los requisitos de accesibilidad deben ajustarse a los del NEC.

Para ayudar a los diseñadores e instaladores a integrar las disposiciones de accesibilidad en el sistema eléctrico, el Panel 1 de preparación de códigos aceptó una propuesta (1-191a) para agregar un nuevo anexo de información: “Requisitos 2010 de ADA para diseño accesible", en la edición 2014 del NEC. Por lo menos una nueva Nota informativa se incluirá en el NEC en relación a este nuevo anexo.

El material del nuevo anexo ofrecerá a los diseñadores, instaladores y autoridades competentes requisitos de accesibilidad relevantes y fundamentales que afectan la instalación de equipos eléctricos tales como receptáculos, interruptores, medios de desconexión y dispositivos similares que requieren una interfaz manual para operarse o programarse. Mientras que la edición actual del NEC no descarta el diseño para facilitar el acceso a personas con discapacidades, la inclusión de este nuevo anexo brinda a los usuarios del NEC conceptos básicos de accesibilidad en la norma de seguridad utilizada por las comunidades de diseño, instalación y cumplimiento para que el equipamiento eléctrico instalado en forma segura sea fácilmente accesible para cualquier usuario.

La inclusión propuesta de este nuevo anexo es otro ejemplo de la manera en que cada revisión del NEC ofrece al público los requisitos de seguridad necesarios e información de soporte para abordar la dependencia de la sociedad cada vez mayor de la energía eléctrica.

Esta propuesta puede verse en la página de información de documentos de NFPA 70 en nfpa.org/70.

Jeffrey Sargent es especialista en códigos eléctricos regionales para NFPA.




viernes, 16 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #37

¡Eureka! ¿Y ahora qué?
NFPA 72
En sus memorias inéditas, My Life Unfolded, Duane Pearsall relata el descubrimiento de que los productos de la combustión podían detectarse mediante un medidor de concentración de iones “emparchado": La base del desarrollo de un detector de humo doméstico accesible y fácil de instalar que se convirtió en el SmokeGard, fabricado por Statitrol Corporation. La siguiente escena de las memorias incluye a Pearsall, un ingeniero e inventor llamado Lyman Blackwell, y un empleado de Statitrol a quien Pearsall identifica sólo como “Randy”. Nuestro agradecimiento a la Biblioteca George C. Gordon del Instituto Politécnico de Worcester por su generoso préstamo de las memorias de Pearsall .

Para superar el problema de mantenimiento de quitar el polvillo del [neutralizador de estática], hacía indispensable que completáramos el desarrollo de un nuevo neutralizador de estática lo más rápido posible. Necesitábamos crear un procedimiento de prueba para medir la eficiencia relativa de la salida del neutralizador, y, en efecto, medir la concentración de iones. Luego podríamos generar empíricamente la mejor configuración para la salida más elevada.

Descubrimos un procedimiento de prueba que hizo mucho más que abordar el problema de nuestra pequeña compañía. Nos embarcamos en un procedimiento experimental sin saber que el resultado cambiaría el mundo drásticamente. Pero así sucedió.

Creamos un pequeño laboratorio de pruebas utilizando un ventilador que dirigía aire a través de un generador de iones con el objetivo de desplazar los iones de ocho a diez pies a lo largo de un conducto colgado en la pared. Instalamos dos puertas de acceso en el conducto a cuatro y seis pies en sentido descendente del ventilador. Para medir las densidades de los iones, Lyman "emparchó" una serie de componentes electrónicos en un medidor.

Sin embargo, la solución para nuestro problema de acumulación de polvillo no era ni tan emocionante ni tan trascendental como el increíble descubrimiento que hicimos durante esta serie de experimentos. Lyman había diseñado su instrumento para que midiera las concentraciones de iones como una corriente eléctrica débil. Durantes ciclos de prueba repetidos, a menudo notamos cambios erráticos sin explicación del señalizador del medidor. Randy se encontraba trabajando cerca de la entrada del ventilador. Además era un fumador empedernido. De repente nos dimos cuenta de que cuando el aire que ingresaba al ventilador encendía más el cigarrillo o si Randy exhalaba humo dentro de la entrada del ventilador, nuestro medidor ubicado a seis pies en sentido descendente se volvía loco. A veces golpeaba el cero con tanta fuerza que oíamos el "clic" de la aguja. Las partículas de humo habían absorbido los iones, y al hacerlo detuvieron el flujo de corriente eléctrica. Luego, probamos muchos más ciclos del ventilador, con y sin el neutralizador de estática de alto voltaje encendido. Al introducir humo en ambas circunstancias, descubrimos que nuestro sistema había detectado productos de la combustión tan pequeños que no eran visibles como humo.

No nos dimos cuenta inmediatamente de la trascendencia de esta nueva capacidad para detectar humo a un nivel tan bajo, pero más tarde recodaríamos este evento como el momento de descubrimiento. También es importante destacar que el medidor de estática de Lyman, al modificarlo ligeramente, se convirtió en el origen del detector de humo por ionización de bajo voltaje.

Unos días más tarde, asistí a una exhibición y conferencia realizada en el Auditorio de la Ciudad de Denver para administradores de colegios. Pearsall Company, en representación de Modine Manufacturing Company, estaba exhibiendo unidades de calefacción eléctricas y por agua caliente comúnmente utilizadas en salidas de colegios, pasillos de entrada, etc. Cuando los administradores se dirigieron a reuniones privadas durante la mañana y la tarde, no teníamos nada más que hacer que visitar otros stands de exhibición y ver los productos de la competencia. Por casualidad, en el mismo pasillo de nuestro stand, Honeywell estaba exhibiendo un sistema de seguridad con un detector de humo en la entrada del ventilador. El vendedor que estaba en el stand de Honeywell era un amigo mío, Joe Reynolds. Joe estaba a cargo de las ventas de seguridad de la división comercial de Honeywell. Al mirar el producto de Honeywell, noté que estaban usando un haz de luz y un sensor infrarrojo a través de un conducto en el flujo de aire de retorno hacia un sistema de ventilador central. Joe reconoció que el sistema tenía problemas porque las partículas de humo o el polvillo que se acumulaba en la fuente de luz o en la célula fotoeléctrica siempre contribuía a hacer sonar una alarma, lo que lo hacía más proclive a sufrir falsas alarmas. Parecía tener vergüenza de reconocer que el sistema no estaba al nivel de las normas de Honeywell. Le sugerí que si quería ver un verdadero detector de humo debía venir a nuestra oficina.

Al día siguiente se acercó a la oficina con un ayudante y fue testigo de nuestro rudimentario experimento. Cuando vio que el medidor llegaba a cero en presencia de humo, exclamó: "¡Eso es lo que estamos buscando!" Olvidarnos de la estática y desarrollar un detector de humo".

Gracias al reconocimiento de alguien que había dedicado mucho tiempo a la industria de la seguridad, incendios incluidos, sentí una inclinación instantánea a dejar de lado el negocio de la estática y concentrarme en la detección de humo. Y así comenzó un período largo y dificultoso para tratar de desarrollar un detector de humo que cumpliera con la aprobación de Underwriters Laboratories.

El desarrollo del detector de humo doméstico comenzó con una observación accidental. Sin embargo, desde ese momento, Statitrol se concentraría en un compromiso para mejorar un producto accesible para todos que salva vidas.



jueves, 15 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #36

Donde hay humo
Por David A. Lucht
Hace cincuenta años, Duane Pearsall descubrió por casualidad una tecnología que ofrecía la posibilidad de una nueva clase de detector de humo. Lo que hizo con su descubrimiento no fue accidental y ha ayudado a salvar decenas de miles de vidas en incendios domésticos.

Había sido un día difícil para Duane Pearsall. Transcurría el año 1963, y Pearsall, junto con un ingeniero y un técnico, se hallaba frente a un experimento provisorio en un laboratorio de análisis de Pearsall Company en Denver, Colorado. Los hombres estaban tratando de descifrar por qué fallaba uno de sus nuevos productos, y la atmósfera en el laboratorio era tensa. Los problemas eran tan graves que Pearsall, un empresario y hombre de negocios, le preocupaba perder toda la inversión en el proyecto, incluida una segunda hipoteca sobre su casa. No ayudaba en nada que el experimento estaba arrojando lecturas que nadie podía explicar.

La compañía de Pearsall vendía principalmente equipos de calefacción y de distribución de aire para edificios comerciales del área de Denver. Hacía poco había iniciado una compañía, Statitrol Corporation, con el fin de desarrollar y vender un nuevo producto muy prometedor, al que denominó "neutralizador estático", esencialmente un generador de iones. El dispositivo estaba diseñado para quitar cargas electrostáticas en aplicaciones comerciales e industriales, tales como laboratorios fotográficos y salas asépticas, y no paraban de recibir pedidos. Pero también se habían registrado fallas de producto en el campo —se acumulaban pequeñas partículas de polvillo dentro de los dispositivos, lo que interfería con la generación de iones— y Pearsall y su equipo estaban trabajando con una nueva versión del neutralizador, una que no tuviera ese problema.

Lyman Blackwell, el ingeniero, había improvisado la prueba para medir el flujo de iones del chorro de aire que salía del generador. Tan pronto como comenzó el experimento, el medidor de la concentración de iones, ubicado a seis pies del generador de iones, comenzó a arrojar lecturas erráticas, que nadie podía explicar. Luego se dieron cuenta de que las lecturas extrañas sólo sucedían cuando el técnico, un fumador empedernido, que por cierto estaba fumando ese día, exhalaba humo cerca de la entrada del ventilador del generador de iones. Se dieron cuenta de que el medidor estaba detectando partículas invisibles de humo.

No les llevó mucho tiempo darse cuenta de que se habían topado con una tecnología que podía utilizarse en un detector de humo comercialmente viable. “Nos embarcamos en este procedimiento experimental sin ninguna previsión de que el resultado cambiaría el mundo en forma drástica”, Pearsall escribió más tarde en sus memorias inéditas: My Life Unfolded. “Pero así sucedió”.

Fue el momento eureka de Pearsall. La detección de humo por ionización no era nueva, pero Pearsall se dio cuenta de que la tecnología básica del medidor de iones "emparchado" de Blackwell ofrecía el potencial para una nueva clase de detector de humo. Muy pronto, Pearsall, quien no contaba con experiencia en protección de incendios, se encontró orientando la mayor parte de sus esfuerzos hacia el desarrollo de un producto que salvaría vidas, y que consideraba podía ser más eficiente y menos costoso que los detectores del mercado. Su lucha de una década de duración para llevar al mercado un detector de humo doméstico se desarrolló en paralelo con una conciencia creciente sobre el problema que representaban los incendios en los Estados Unidos, y fue este, el dispositivo que finalmente produjo el que sería considerado como quizás, la contribución tecnológica más importante en la lucha por la vida de las personas en incendios domésticos.

Han transcurrido cincuenta años desde ese encuentro fortuito entre el humo de cigarrillo y el medidor de concentración de iones, y parece un momento oportuno para celebrar la profunda influencia que el trabajo de Pearsall ha tenido en la seguridad de incendios en los EE.UU. y en todo el mundo, y reconocer las decenas de miles de vidas que se han salvado gracias a sus esfuerzos precursores.

Mientras tanto, en Washington...
A lo largo de la década del 60, mientras Pearsall y sus compañeros orientaban su atención hacia el desarrollo de sistemas de alarma y detección de humo para aplicaciones comerciales, y más tarde residenciales, el problema de la seguridad pública se hacia prioritario en los medios de comunicación y en el Congreso. El descontento social y los disturbios callejeros en ciudades de todo el país a finales de los 60 puso a prueba la capacidad respuesta de la policía local y de los servicios de bomberos.

En 1968, el Congreso promulgó la Ley de calles seguras (Safe Streets Act) para apoyar y asistir a las agencias locales y estatales de cumplimiento de la ley además de la Ley sobre investigación y seguridad de incendios (Fire Research and Safety Act) para explorar la necesidad de un apoyo similar para los servicios de bomberos.

El Presidente Lyndon Johnson convirtió el proyecto en ley, señalando que en 1966 los incendios terminaron con la vida de más de 12,000 estadounidenses —aunque la cifra real probablemente se acercaba más a 8,000, basada en métodos estadísticos mejorados utilizados por NFPA— y fueron responsables de miles de millones de dólares en daños a la propiedad. “Esta gran nación, de la cual estamos tan orgullosos y a la cual estamos tan dedicados, lidera el mundo en el campo de la tecnología”, afirmó Johnson, “pero queda retrasada respecto de otras naciones en cuanto a la protección de sus habitantes".

La ley exigía el nombramiento presidencial de un panel de 20 miembros para llevar a cabo un estudio abarcador del problema de los incendios de la nación y hacer recomendaciones para reducir las pérdidas de los incendios. El panel, conocido como la Comisión Nacional sobre Prevención y Control de Incendios, fue designada por Richard Nixon, sucesor de Johnson, y en 1972 la comisión organizó audiencias públicas en Washington, D.C., Dallas, Los Ángeles, San Francisco, y Chicago. En base a su propia investigación y a testimonios de cientos de testigos, la comisión compiló sus hallazgos en un informe denominado America Burning(Estados Unidos en llamas).

El informe fue una divisoria de aguas en la historia de los incendios en los Estados Unidos. Editado en 1973, America Burning rápidamente develó a algunas verdades difíciles. La primera página se hizo eco la evaluación que Johnson había hecho hacía cinco años: “Resulta t francamente sorprendente que, la nación tecnológicamente más rica y más avanzada del mundo lleve la delantera entre todos los países industrializados más importantes, en tanto a muertes per cápita y pérdidas de la propiedad provocadas por incendios. Según el informe, más del 80% de las muertes ocurridas en incendios en los EE.UU. ocurría en los hogares de las víctimas, a menudo por la noche, momento de mayor vulnerabilidad. America Burning logró que la seguridad en incendios se convirtiera en un tema de orden prioritario para el público y propuso como objetivo a alcanzar, dentro del margen de la siguiente generación, el de cortar por la mitad las cifras referentes a las pérdidas de vida en d los incendios en los EE.UU.

Fue con este telón de fondo del tema de la emergente seguridad nacional, que Pearsall siguió adelante con el desarrollo de los detectores de humo que podía llevar al mercado. El primero en salir fue un nuevo sistema de detección de humo por ionización integrado para aplicaciones comerciales e industriales, lanzado en 1968. Basado en una versión modificada del dispositivo experimental de medición de flujo de iones de Blackwell, el nuevo sistema era relativamente eficiente, ya que sólo requería un suministro de energía de 24 voltios en comparación con los 220 voltios necesarios para un dispositivo similar producido en Suiza. La respuesta fue alentadora; Honeywell hizo un pedido de 15,000 unidades, y 1,100 se instalaron a bordo del Queen Mary, el crucero fuera de servicio permanentemente amarrado en Long Beach, California.

A pesar de su eficiencia, el sistema integrado de Statitrol todavía resultaba demasiado costoso para los propietarios, especialmente para actualizar los ya existentes en en hogares , y Pearsall siguió trabajando en una versión doméstica, que consideraba con mejores perspectivas de funcionamiento. Las alarmas de incendio para uso doméstico —originalmente detectores de calor accionados por resorte o accionados por gas comprimido— ya se conocían desde la década del 50, pero eran muy caros, a menudo más de US$1,000 por vivienda, y no habían tenido un gran impacto en el mercado. Las diversas investigaciones comenzaron a demostrar la superioridad de la detección de humo para la seguridad humana, y el primer producto para detección de humo doméstico de estación única fue lanzado al mercado en 1966. Se trataba de un detector fotoeléctrico activado por CA diseñado para colgarse sobre la pared, con un cable flexible para enchufarlo en un tomacorriente de pared. Una serie de compañías ofrecían detectores de humo domésticos, pero hasta el momento no había surgido un mercado minorista de gran escala.

Pearsall estaba convencido de que podía mejorar el detector por ionización. Dado que los requisitos energéticos eran mínimos, el dispositivo de Statitrol sería auto contenido y accionado por baterías, una característica completamente nueva para las alarmas de humo. Sería del tamaño aproximado de una taza de café, y podría sujetarse fácilmente al cielorraso con dos tornillos. Blackwell, un inventor talentoso, una vez más contribuyó con el diseño, y ayudó para poder lograr la fuente de energía de la batería.

Pero a Pearsall lo preocupaba la posibilidad de que las baterías se agotaran, lo que anularía el detector. Tomando esto en cuenta , Paul Staby, ingeniero de Statitrol, trabajó junto a Blackwell para desarrollar circuitos de auto-verificación que producirían un "chirrido" audible cuando la potencia de la batería descendiera, una característica que resultaría fundamental para superar la resistencia de los funcionarios del cuerpo de bomberos, escépticos ante la idea de un detector de humo accionado por baterías. Como una protección adicional, Pearsall decidió enviar por correo, un recordatorio anual de cambio de la batería, a los consumidores que habían enviado la tarjeta de respuesta comercial incluida en cada paquete de producto.

Blackwell y Staby presentaron la patente del detector de humo doméstico con auto-verificación y accionado por baterías el 9 de abril de 1971 (Oficina de Patentes de los EE.UU. #3,778,800). Pearsall lo denominó “SmokeGard.”

A pesar del progreso, Pearsall sabía que habría de superar muchas piedras en el camino para lograr ventas minoristas del SmokeGard. Para empezar, el detector no cumplía con las normas de la época. NFPA 74, Equipamiento de advertencia de incendios en viviendas familiares, no permitía que las baterías fueran la única fuente de energía, y los laboratorios de pruebas como UL y Factory Mutual no realizaron pruebas del producto porque no cumplía con las normas de NFPA. Para complicar las cosas aún más, ninguno de los códigos modelo reconocía el concepto de detector de humo accionado por baterías o exigía detectores en las viviendas. Entonces, como ahora, las ventas de los dispositivos de protección de incendio estaban impulsadas por los requisitos de códigos locales de incendio y construcción, además de los códigos modelo de consenso sobre los que se hallaban basados.

Pero Pearsall insistió, y comenzó a diseñar una estrategia para trabajar dentro del sistema de códigos y normas para lograr que SmokeGard fuera posible. A pesar de que él participó personalmente en todos los pasos de la creación, una parte de su talento se basaba en una capacidad excepcional para canalizar otros talentos, desde ingenieros y profesionales de marketing hasta trabajadores de base en la fábrica y defensores del sector público. Organizó un grupo ad hoc de miembros de la comunidad de la protección de incendio para ayudarlo a promover la comprensión del detector y resolver temas que preocupaban a los profesionales de la protección de incendio y de la construcción. El grupo incluía a Rexford Wilson, consultor de ingeniería de protección de incendios, Myrle Wise, jefe de bomberos de Denver y John “Gus” Degenkolb, funcionario retirado del Departamento de Bomberos de Los Ángeles. En conjunto analizaron la idea, respondieron preguntas técnicas y distribuyeron prototipos del detector en forma gratuita a la plana mayor del mundo de la seguridad de incendios.

Poco a poco, el trabajo comenzó a rendir frutos. Para 1973, ya se tomaba en serio al dispositivo SmokeGard, y por personas influyentes; tanto es así que se incluyeron imágenes del mismo en el informe America Burning enviado al Presidente Nixon y al Congreso.

Mientras tanto, en Ohio...
Mientras Pearsall trabajaba en su nuevo detector de humo, los funcionarios de prevención de incendio de Columbus, Ohio, compartían su creciente preocupación sobre las pérdidas producidas en los incendios residenciales , además de su esperanza con respecto al potencial para salvar vidas que representaría el uso de las alarmas de incendio domésticas.

Yo me encontraba trabajando como ingeniero de investigación en el Laboratorio de Investigación de la Universidad del Estado de Ohio, brindando soporte técnico al Código de Construcción de Ohio y realizando pruebas de incendio de sistemas de construcción de edificios.

En 1971, me ofrecí como voluntario para ayudar a la Asociación de Prevención de Incendios de Ohio Central a efectuar proyectos de demostración para los medios de comunicación y para investigadores de seguridad, a fin de destacar el valor de los detectores de humo domésticos. También estábamos llevando a cabo algunos estudios in situ de estabilidad de los detectores a largo plazo. Para las demostraciones se utilizaron muestras de SmokeGards donadas por Pearsall.

Estas demostraciones ayudaron a convencer a los funcionarios estatales de que los detectores eran necesarios, y en 1971 Ohio se convirtió en el primer estado en adoptar requisitos para detectores de humo residenciales en su código de construcción estatal, además de su código modelo para viviendas unifamiliares, bifamiliares y trifamiliares.

En 1972, publiqué un artículo en esta revista, en ese entonces llamada Fire Journal, que informaba sobre las nuevas disposiciones de Ohio y promovía el uso generalizado de alarmas de incendio domésticas a precios accesibles. “Espero que estudios y desarrollos futuros en la tecnología de incendios hagan posible niveles más elevados de protección a precios más bajos”, escribí. “Sin embargo, en la actualidad deben realizarse esfuerzos enérgicos y razonables para que funcionarios públicos, propietarios y constructores hagan lo más que puedan para convertir a los hogares en un lugar más seguro en donde vivir”.

Una cosa llevó a la otra. Durante el proyecto de demostración, conocí a Robert Lynch, jefe de bomberos del estado de Ohio, quien me ofreció escribir el primer Código de Incendios de Ohio, el que comencé en 1972. El nuevo código se publicó al año siguiente e incluyó requisitos para detectores de humo residenciales. Sucedí a Lynch como jefe de bomberos del estado después de su retiro en 1974, con autoridad sobre el Código de Incendios de Ohio que había escrito. Al poco tiempo de convertirme en jefe de bomberos del estado, me contactó la Casa Blanca, y fui postulado por el Presidente Gerald Ford para ser el primer administrador adjunto de la Administración de Incendios de los EE.UU., una nueva agencia creada por el Congreso en 1974 con el fin de implementar las recomendaciones de America Burning. Me mudé a Washington en 1975 después de las audiencias de confirmación del Senado.

Mientras tanto, Pearsall seguía haciendo progreso; con un amplio apoyo de los impulsores nacionales en favor de un detector de humo a bajo costo, el Comité Técnico responsable de NFPA 74 se preparó para dar un paso significativo. En 1972, se modificó la norma para permitir la característica de energía a batería con auto-verificación. Las nuevas disposiciones exigían una señal de falla audible antes de que las baterías perdieran la capacidad de dar energía a la alarma, y se requirió una señal de falla, o chirrido, que durara por lo menos siete días consecutivos.

También se estaban llevando a cabo debates sobre la modificación en la cantidad de detectores exigidos para las viviendas. En esa época, NFPA 74 requería detectores de humo en los pasillos de entrada a los dormitorios, además de detectores de calor “en todas las habitaciones, todos los placares, y en todas las áreas donde pudiera ocurrir un incendio”. Estos requisitos generaban costos que resultaban prohibitivos para la mayor parte de los propietarios. En 1974, Richard Bright, un destacado investigador sobre detección de incendios de la Agencia Nacional de Normas (actualmente el Instituto Nacional de Normas y Tecnología), calculó un costo de US$700 a US$1,200 —un total de US$6,000 actuales— para proteger una vivienda típica de tres dormitorios. La investigación empírica de incendios estaba comenzando a demostrar que, en comparación con los costos del sistema de detectores de calor, el uso de solamente los detectores de humo, brindaba s una tasa elevada de retorno en términos de vidas salvadas.

La edición 1972 de NFPA 74 reconoció este hecho estableciendo por primera vez que “reconoce que el uso de protección parcial puede ofrecer algún grado de seguridad humana para ocupantes dormidos cuando un detector de humo básico se instala en las áreas inmediatas a los dormitorios, pero fuera de los mismos”. La edición 1974 de la norma fue aún más allá. Bright escribió más tarde que “reconocía el hecho de que la tecnología de detección de humo ha avanzado a tal punto que la instalación sensata de uno o más detectores de humo podría ser más efectiva que una casa llena de detectores de calor para alertar de un incendio a los ocupantes de la vivienda”.

Pasos finales
Desde el comienzo, Pearsall supo que los minoristas serían reacios a poner el SmokeGard en sus estanterías sin el sello de aprobación de un laboratorio de pruebas reconocido en forma nacional, por lo que se acercó a Factory Mutual Laboratories (ahora FM Approvals) a comienzos de los 70 con una propuesta para probar su detector de humo. En sus 136 años de historia, Factory Mutual nunca había probado y aprobado un producto doméstico —trabajaba exclusivamente con equipamiento de incendios para aplicaciones industriales y comerciales— pero la administración de FM se interesó en el SmokeGard modelo 700 de Statitrol. Utilizando una nueva categoría de aprobación residencial, FM emitió una aprobación para el SmokeGard en 1972, el mismo año que el detector hizo su debut minorista en el catálogo de Sears & Roebuck al precio de lista relativamente accesible de US$37.88, o un poco más de US$200 a precio actual. Underwriters Laboratories probó y listó el SmokeGard en 1974 como un “dispositivo de alarma de incendio de estación única (de la clase operado por batería)” del tipo de detección de productos de combustión.

Pearsall también estaba llegando a la recta final respecto de su campaña de códigos y normas. Al comienzo, con ayuda de sus defensores, Pearsall se había centrado en la región oeste de los EE.UU. a través de la Conferencia Internacional de Funcionarios de Edificios, y en 1973 el Código Uniforme de Construcción se convirtió en el primer código modelo regional en incorporar requisitos para detectores de humo ubicados en los pasillos inmediatamente afuera de los dormitorios. Ese mismo año, se emitió una Enmienda Interina Tentativa a la edición 1973 del Código de Seguridad Humana de NFPA, en donde se exigían detectores de humo en todas las unidades de vivienda, incluidos edificios de departamentos y viviendas unifamiliares y bifamiliares. Para 1975, se habían incorporado requisitos similares a los dos otros códigos regionales modelo de construcción del país, además del Consejo de Funcionarios de Construcción de los EE.UU.

Al tiempo, los gobiernos estatales y locales comenzaron a adoptar los códigos modelo para construcciones nuevas. Algunas jurisdicciones adoptaron requisitos de alarmas de incendio domésticas directamente a través de leyes y ordenanzas sin utilizar los códigos modelo. El dispositivo accesible y fácil de instalar desarrollado por Pearsall hizo posible actualizar la instalación en el vasto inventario de la nación de construcciones residenciales. Más tarde, los legisladores se dedicaron a reglamentaciones retroactivas para hogares existentes, usualmente requiriendo la instalación de detectores de humo en el momento de un acuerdo de compra y venta.

Uno de los obstáculos finales que Pearsall tuvo que sortear fue el proveniente de Ralph Nader, famoso defensor de los consumidores. En 1976, Nader presentó un reclamo en la Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés), asegurando que los detectores de humo por ionización producían emisiones radioactivas peligrosas para la salud de las personas. El reclamo solicitaba a la NRC que retirara los detectores del mercado y prohibiera futuras ventas. Al igual que todos los detectores de humo por ionización, el SmokeGard contenía una pequeña fuente radioactiva, americio-241, a los efectos de crear iones en la cámara de detección. Pero la NRC desestimó el reclamo, aduciendo que la exposición a la radioactividad era mínima; una fracción de la que experimenta una persona en un avión comercial durante un vuelo de ida y vuelta por el país.

Una vez que se superaron todos los obstáculos, Statitrol pasó a producción plena. El negocio creció rápidamente, y la fuerza de trabajo se expandió a más de 1,000 personas para 1976.

Pearsall vendió Statitrol a Emerson Electric en 1977 y al poco tiempo fundó Columbine Venture Fund en forma conjunta, con el objetivo de ayudar a otros empresarios e inventores a promover innovaciones tecnológicas.

El impacto de los detectores de humo domésticos
A través de los años, había llegado a conocer a Pearsall por correspondencia y mediante conversaciones telefónicas, pero no lo conocí personalmente hasta la reunión anual de NFPA de Boston en 1980. Yo había comenzado a trabajar en el Instituto Politécnico de Worcester (WPI) para crear una nueva carrera de estudios de ingeniería para la protección de incendio, y estábamos buscando nuestra primera donación para iniciar la recaudación de fondos. Nos presentó Rexford Wilson, quien le explicó mi papel en WPI y nuestra necesidad de obtener una donación. Pearsall, sentado a mi lado en un sillón de hotel, giró rápidamente y dijo: “Dave, les daré US$50,000”.

Aunque Pearsall no había asistido a WPI —se había graduado en la Universidad de Denver mediante un subsidio para veteranos otorgado después de la Segunda Guerra Mundial— más tarde diría que su apoyo a la universidad era un “medio para hacer una devolución a la industria que me hizo exitoso". Sin embargo, en ese momento me sorprendió su generosidad y su capacidad de hacer el ofrecimiento sin un segundo de duda. En los años siguientes, siguió apoyando la capacitación en ingeniería de la protección de incendio en WPI. Más tarde, Pearsall y su esposa Marjorie donaron un terreno de cinco acres en la zona rural del sudoeste de Denver a WPI, que finalmente la universidad vendió a más de US$300,000; toda esa suma fue invertida en la carrera de ingeniería para la protección de incendio.

WPI otorgó a Pearsall un Doctorado Honorario en Ciencias en 1996, y en 2004, en el XXV aniversario de la carrera de ingeniería para la protección de incendio, la universidad lo premió con la Medalla Presidencial por su trabajo como Humanista Tecnológico. El año pasado, Pearsall recibió un premio póstumo en la dedicatoria de la Exhibición de Innovadores de la Galería Gladwin de la biblioteca Gordon de WPI, donde tuvo su lugar junto a otros graduados de WPI, como Robert Goddard, conocido como el padre de la cohetería moderna, y Richard Whitcomb, pionero de la aviación.

Duane Pearsall se halla dentro de la reducida lista de las personas más brillantes que he conocido. Un hombre callado y humilde, también tenía una profunda orientación cívica. Era líder de la Cámara de Comercio de los EE.UU. y co fundó el Consejo de Pequeñas Empresas. (En 1976, mucho antes de que se conociera el verdadero impacto del detector de humo doméstico, fue nombrado Personaje del Año de las Pequeñas Empresas por la Administración de Pequeñas Empresas de los EE.UU.). Era invitado frecuentemente a hablar sobre temas de pequeñas empresas frente a comités del Congreso, agencias federales y grupos universitarios y comerciales. Pearsall murió en 2010 a los 88 años, y hasta su último día quiso devolver a la comunidad todo lo que él consideraba que ésta le había dado. Y a través del desarrollo de un detector de humo doméstico accesible y fácil de usar, también tuvo el mayor impacto sobre muertes provocadas por incendios que cualquier otra persona que conozca. Era la primera persona en decir que no lo había hecho solo, pero fue Pearsall el que tiñó de visión, pasión, compromiso obstinado, recursos, diplomacia y habilidades empresariales a la causa y la hizo posible.

Las muertes provocadas por incendios comenzaron a descender al poco tiempo de que los detectores fueran lanzados al mercado. Treinta años después, las muertes provocadas por incendios en los EE.UU. habían caído a la mitad, logrando uno de los objetivos principales detallados en el informe America Burning de 1973, y la tasa de muertes per cápita había sufrido una reducción aún mayor. Se calcula que se evitaron alrededor de 60,000 muertes, si la tasa de fallecimientos hubiera seguido constante a lo largo de esas tres décadas. Mientras que el descenso de las muertes provocadas por incendios puede atribuirse a una serie de factores, incluida una caída en el hábito de fumar, no hay lugar a dudas de que el detector de humo doméstico ha tenido un impacto fundamental. En el mismo período, según las estadísticas de NFPA, el porcentaje de viviendas equipadas con detectores de humo aumentó de menos del 4% al 94%. En la actualidad, las alarmas de humo domésticas con auto-verificación accionadas a batería pueden comprarse por menos de US$10.

En sus memorias, Pearsall escribió sobre el primer informe documentado indicando que un detector SmokeGard había ayudado a salvar vidas en un incendio doméstico. Era el año 1975, y una mañana recibió un llamado de Rexford Wilson, cuya compañía consultora se hallaba en las afueras de Boston. Wilson comenzó a contarle la historia de una familia de Massachusetts que había sobrevivido a un incendio, pero Pearsall lo interrumpió para transmitirlo por el sistema de altoparlantes de la planta de Statitrol. Mientras los empleados escuchaban, Wilson les contó que tenía un SmokeGard quemado y reseco en su oficina, que había sido recuperado del incendio de una vivienda dos días antes. La alarma había sonado en medio de la noche, y una familia de tres integrantes, junto con su perro, habían logrado escapar. El número del inspector de control de calidad (5602) estaba sellado en el detector, y Wilson felicitó al empleado que había realizado la inspección.

Pearsall dio unas palabras de agradecimiento a sus empleados por el sistema de altoparlantes y apenas dejó de hablar se oyó "un aplauso ensordecedor" en la planta.

Esa es la respuesta adecuada para el legado que dejó Duane Pearsall.

David A. Lucht fue el primer director de la carrera de ingeniería para la protección de incendios del Instituto Politécnico de Worcester de Worcester, Massachusetts.


miércoles, 14 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #35

El NFPA Journal Latinoamericano presenta una actualización sobre edificios ecológicos y seguridad contra incendios
De acuerdo con lo expresado por Fred Durso en su artículo “Es ecológico. Es sustentable. Contribuye a reducir su huella de carbono. Pero ¿sabe usted cómo se comporta cuando se lo somete al fuego?“, el movimiento de los edificios ecológicos podría haber conducido a algunos problemas inesperados en la seguridad contra incendios. Cita a Brian Meacham, profesor de ingeniería en protección contra incendios del Worcester Polytechnic Institute (Instituto Politécnico de Worcester), que dijo: “Parece que la movida en favor de los edificios ecológicos ha tenido lugar sin una profunda investigación de las potenciales consecuencias no intencionales para la seguridad”. Si bien algunas investigaciones aisladas han considerado algunos de estos aspectos, dice, “parece no haber ninguna investigación coordinada e integral sobre la extensión y profundidad de los potenciales riesgos, del nivel de riesgo y de las estrategias de mitigación”. Durso menciona que es necesario llevar a cabo investigaciones adicionales para comprender estos tipos de riesgos y determinar la manera de mitigarlos.


martes, 13 de agosto de 2013

@TecniTipsGANB #34


Prevención de riesgo eléctrico 
La seguridad eléctrica en el hogar 
Seguridad y eficiencia van de la mano

Todos los años muchos consumidores sufren lesiones y mueren dentro o alrededor de sus hogares. Las condiciones inseguras tales como circuitos sobrecargados y cables dañados, al igual que el mal uso de prolongadores y otros productos eléctricos, generan grandes pérdidas económicas y humanas.
Sin embargo, existen soluciones. La inversión que se hace al adquirir productos y equipos correctos se amortiza en muy poco tiempo, en forma de reducción de gastos de energía. Esta actitud, además de generar una economía y garantizar la seguridad de obras y personas, ayuda a evitar el corte del suministro eléctrico. Tómese un momento para identificar y corregir los factores de inseguridad eléctrica de su hogar. No es necesario mucho tiempo para comprobar el aislamiento de un cable o verificar si las protecciones eléctricas funcionan correctamente. Por el contrario, a veces hace falta una vida para superar las lesiones provocadas por no tener en cuenta estos sencillos aspectos.


Desperdicio e inseguridad
Cuando se habla de eficiencia energética, la mayoría piensa en lámparas de bajo consumo o aparatos energéticamente eficientes. Sin embargo, pocos conocen que buena parte del consumo de energía del hogar ocurre en forma de desperdicio, generalmente causado por la disipación de calor de los cables, portalámparas, empalmes y enchufes. Este desperdicio acontece principalmente por circuitos mal dimensionados –que trabajan sobrecargados al aumentar los equipos enchufados– o por el empleo de materiales inapropiados. Un circuito subdimensionado (con sección de cable inferior a la necesaria) o el uso de productos y equipos fuera de norma, constituyen los principales factores que generan un desperdicio de energía de incluso 40%. Peor que eso: pueden originar graves accidentes e incendios.

El origen del problema
En síntesis, el desperdicio de energía es un problema que tiene dos causas principales: ineficacia de los procesos, instalaciones o equipos y un uso irracional de la energía. El primer motivo se corrige equilibrando las fases, dimensionando correctamente los circuitos y empleando materiales eléctricos apropiados y de calidad. El segundo es consecuencia de malos hábitos (tales como dejar la luz encendida o mantener equipos electrónicos conectados sin necesidad) y su corrección implica una reeducación.


Electricidad segura y de calidad

Inspección del sistema eléctrico

Al igual que con cualquier producto, nuestros sistemas eléctricos se deterioran gradualmente por el uso, el abuso, la antigüedad y la mayor demanda. Es probable que los sistemas instalados en la década de 1970 y anteriores, nunca hayan anticipado la demanda a la que los sometemos hoy en día. Para garantizar la seguridad eléctrica de su hogar, debe realizarse una inspección eléctrica, corregirse los defectos y actualizarse el servicio para satisfacer las demandas presentes y las futuras.

Cuestionario
Le recomendamos responder a estas preguntas para determinar si su instalación debería ser inspeccionada.

Edad. ¿Su vivienda tiene 40 o más años de antigüedad?
Electrodomésticos. ¿Ha agregado artefactos de gran consumo, tales como acondicionadores de aire u horno eléctrico en los últimos 10 años?
Nuevo dueño. ¿Es usted el nuevo propietario de un hogar que antes tenía otro dueño?
Luces. ¿Las lámparas de su hogar titilan o varían su intensidad luminosa?
Protecciones. ¿Los interruptores automáticos o las térmicas "saltan" con frecuencia? ¿Hace mucho que no verifica su buen funcionamiento? Si su respuesta a alguna de las preguntas fue “sí”, debería solicitar que un electricista inspeccione su casa.

La prevención demanda poco tiempo
Según el tamaño de la vivienda, una inspección básica puede llevar de 30 minutos a una hora. Esta inspección mínima debería verificar la capacidad del servicio eléctrico que se provee al hogar y hacer una prueba de carga. Así confirmará si el servicio es adecuado para las demandas actuales y previsibles. Después conviene revisar la antigüedad y clase de los diversos componentes del sistema eléctrico. Haga inspeccionar el tablero eléctrico, examinar la condición de las conexiones y confirme la existencia de una descarga a tierra. Verifique la calidad de los cables, el tipo de aislamiento (por ejemplo, de tela o termoplástico) y que su diámetro sea el adecuado. En cuanto a las protecciones eléctricas (fusibles, disyuntores, llaves térmicas, etc.) conviene relevar su número y comprobar su correcto funcionamiento. Solicite además una prueba de la jabalina, que es un elemento fundamental para protección de las personas.

Plano de circuitos
Si bien es cierto que usted no puede realizar su propia inspección eléctrica a menos que sea electricista, lo quesí puede hacer es crear un plano detallado de los circuitos y realizar una auditoría de la energía. Esto no reemplaza a la inspección eléctrica, pero lo ayudará a establecer y mantener un sistema eléctrico más seguro. Un buen plano de los circuitos detalla cada boca, tomacorriente y llave que alimenta cada uno de los circuitos. Crear este plano es sencillo, a pesar de que el proceso de desconectar un circuito por vez y determinar las tomas y artefactos que alimenta puede tomar cierto tiempo.

Auditoría eléctrica
Mientras realiza el plano, observe los artefactos conectados en cada uno de los tomacorrientes. Los circuitos sólo son capaces de admitir una potencia total específica para todos los productos eléctricos conectados a ellos. Si se demanda demasiada potencia a un solo circuito pueden presentarse problemas tales como caídas de tensión frecuentes, activación de llaves térmicas, etc. De manifestarse alguno de estos inconvenientes, usted puede estar frente a una sobrecarga peligrosa y debería aliviar la demanda en ese circuito, enchufando algunos de los artefactos en otro circuito menos exigido o agregando un nuevo circuito. En realidad, usted puede encontrar que la demanda total de su sistema excede el servicio brindado a su hogar. En ese caso, debería gestionar en nuestra Empresa la actualización de este último.

Es mejor prevenir que curar
Antes de analizar las soluciones que nos ofrece la técnica en materia de seguridad, es conveniente estudiar las características de los problemas eléctricos más comunes para diagnosticarlos con precisión.

Un voltaje constante, una buena instalación eléctrica, las protecciones apropiadas, y la comprensión de cómo funcionan estos elementos son vitales a fin de proteger nuestras vidas y aparatos. A continuación, repasaremos conceptos que ayudarán a entender algunos aspectos clave. El objetivo: impedir que ocurran desperfectos o daños perfectamente previsibles y evitables.

Problemas eléctricos típicos:


Defectos del suministro eléctrico
Aunque la mayoría de nosotros piensa que los tomacorrientes entregan 220 voltios de corriente alterna constantes, en realidad este voltaje fluctúa entre 210 y 230 voltios. Esta fluctuación es normal y en general, los aparatos eléctricos están preparados para soportarla. Los problemas se presentan ante variaciones de dicha fluctuación, normalmente conocidas como sobretensión, picos de tensión y caídas de tensión.

Sobretensiones. Son aumentos breves de tensión, generalmente causadas cuando algún dispositivo que ha estado consumiendo una gran cantidad de energía se apaga. Cuando ocurre esto, el voltaje adicional se disipa a través de la red eléctrica. Las sobretensiones extensas o frecuentes pueden dañar los equipos electrónicos o hacerlos propensos a fallas.

Picos de tensión. Son abruptos aumentos de la tensión (de una fracción de segundo) que pueden quemar los equipos conectados sin protección. Los picos pueden producirse por relámpagos o cuando se restaura el suministro eléctrico después de haber sido interrumpido

Caídas de tensión. Son el opuesto a las sobretensiones y consisten en una disminución de la tensión normal. Pueden ser causadas por pérdidas en la red eléctrica o por una gran demanda (como la que ocurre en verano). Es el problema de suministro eléctrico más común. El caso extremo es el corte de energía, que se define como una condición prolongada de tensión nula y puede atribuirse a defectos en la instalación hogareña o de la red.

Defectos de la instalación eléctrica
Una instalación eléctrica, segura y confiable es aquélla que reduce al mínimo la probabilidad de accidentes que pongan en riesgo la vida y la salud de los usuarios, reduciendo la posibilidad de fallas en los equipos eléctricos y evitando la consiguiente inversión de dinero necesaria para su reparación o reposición.

Con el paso del tiempo, los problemas típicos que se pueden presentar en una instalación eléctrica son:

Falta de mantenimiento. Así como un automóvil demanda unos controles con cierta frecuencia, las instalaciones eléctricas residenciales también requieren una revisión cada 10 años por lo menos.

Improvisaciones. Los prolongadores permanentes y los triples deben ser eliminados y reemplazados por una instalación apropiada.

Materiales y productos defectuosos. Instale sólo elementos certificados (especialmente aquéllos que cumplen con normas IRAM) y de calidad.

Falta de Profesionalismo. Asegúrese de contratar electricistas calificados.

Ausencia de dispositivos de protecciones. Muchos edificios carecen de protecciones diferenciales y hasta de puesta a tierra (obligatoria).

Dimensionamiento incorrecto. Algunos instaladores cometen el error de aumentar la capacidad de los disyuntores para enmascarar una insuficiente capacidad de los cables.

Tableros Eléctricos. Muchas veces no están limpios, o están instalados en lugares inapropiados (con poca ventilación, próximos a garrafas de gas) o presentan partes con materiales combustibles (como madera).

Manipulación incorrecta y reparaciones “caseras”
Si bien en cuestiones eléctricas conviene dejar las cosas en manos de los expertos, hay algunos arreglos hogareños (sobre todo los de carácter preventivo) que pueden realizarse con un poco de conocimiento y precaución. Pero si no está seguro, llame a un técnico. Y no sólo por el peligro que entraña la inseguridad: puede invalidar la garantía de esa plancha que parecía tan sencilla de reparar.

Y es que aunque el equipamiento eléctrico cuente con el sello de seguridad, aún puede existir riesgo derivado del uso. En este sentido, vale la pena aclarar que el sello no garantiza el correcto funcionamiento del dispositivo.

Solamente garantiza que su empleo no compromete la seguridad de las personas y de la instalación en condiciones previsibles o normales de uso. En general, las principales causas de accidentes vinculados al mantenimiento son:

Exceso de confianza. Antes de realizar una reparación eléctrica, corte la corriente. Si lo que intenta arreglar es un aparato, desconéctelo de la red. Imprudencia. Nunca inicie la reparación descalzo o con manos húmedas.

Herramientas adecuadas. Verifique que las mismas cuenten con mangos aislantes.

Manipulación incorrecta. Cuando desenchufe no lo haga tirando del cable sino de la ficha.

Empalmes. Si un cable se corta, no lo yape con cinta aisladora. Mejor, reemplace todo el tramo.


Fuente: www.estrucplan.com.ar