lunes, 31 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #121



Análisis detallado
Por Bill Koffel

¿Qué motivó que las disposiciones sobre inspección, prueba y mantenimiento de los sistemas de rociadores, establecidas en NFPA 25, estén siendo repasadas detenidamente?

La primera edición de NFPA 25, Norma para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas hidráulicos de protección contra incendios, de 1992, fue una recopilación de disposiciones sobre la inspección, prueba y mantenimiento (IPM) que contribuía a garantizar el funcionamiento satisfactorio de los sistemas hidráulicos de protección contra incendios. NFPA 25 fue elaborada como una extensión de documentos existentes, tales como NFPA 13A, Práctica recomendada para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas de rociadores, y NFPA 14A, Práctica recomendad para inspección, prueba y mantenimiento de sistemas de tubería vertical y de mangueras, que habían colaborado con las autoridades competentes y con los dueños de propiedades en las inspecciones de rutina de sistemas de rociadores y tuberías verticales.

Desde entonces, NFPA 25 se ha convertido en el principal documento que regula los sistemas de rociadores y los sistemas relacionados, entre ellos los sistemas de tuberías subterráneas, bombas de incendio, tanques de almacenamiento, sistemas de pulverización de agua y sistemas de rociadores de agua-espuma. La aplicación de la norma no cubre las deficiencias observadas en el diseño o la instalación del sistema; la intención de la norma es confirmar que los componentes del sistema estén en buenas condiciones y que funcionarán adecuadamente en caso de que ocurra un incidente de incendio. La norma establece que el dueño de la propiedad es el responsable de obtener la evaluación de los sistemas de protección contra incendios antes de que se efectúen cambios relacionados con la ocupación, el uso, el proceso o los materiales, y que esta evaluación no se considera parte de la inspección, prueba y mantenimiento (IPM) normales requeridos por la norma. El cumplimiento de los requisitos establecidos en NFPA 25 es requerido en NFPA 1, Código de Incendios; en NFPA 101®, Código de Seguridad Humana; en el Código de Incendios Internacional y por aseguradoras. La falta de cumplimiento con los requisitos establecidos en NFPA 25 puede ser uno de los motivos por el cual una aseguradora no abone la indemnización por un siniestro.

Recientemente, sin embargo, han surgido interrogantes sobre el alcance de la NFPA 25 y sobre si la norma es adecuada para garantizar el funcionamiento satisfactorio de los sistemas de rociadores automáticos. Por ejemplo, es habitual que las deficiencias obvias de diseño, tales como áreas sin rociadores u obstrucciones obvias en el patrón de pulverización, no sean informadas a los propietarios, a pesar de que la inspección sea llevada a cabo por una persona calificada. Se han propuesto cambios para NFPA 25, a fin de contemplar este aspecto, y los comités han debatido sobre diversos temas relacionados. Algunos de esos debates han sido sobre si el alcance de la NFPA 25 debería limitarse o expandirse, sobre si debería elaborarse un documento separado en el que se detallen los requisitos del propietario, si deberían agregarse algunas actividades de inspección y si la NFPA 25 es meramente un documento “desgastado”.

Estos interrogantes fundamentales demandan un método más organizado para evaluar la norma. Como parte de ese proceso, un grupo incluyéndome a mí, como presidente del comité técnico de NFPA 25; Matt Klaus, ingeniero jefe en protección contra incendios de la NFPA y personal de enlace para NFPA 25; la División de Análisis e Investigación de Incendios de la NFPA; y la Fundación de Investigación en Protección contra Incendios (Fire Protection Research Foundation o FPRF) organizamos un simposio, que tuvo lugar en Chicago, en diciembre, y en el que se trataron diversos de estos temas de tanta importancia [ver “Grandes interrogantes”]. El evento sirvió para poder identificar las diversas opiniones y perspectivas sobre los temas relacionados con la NFPA 25, que serán posteriormente incluidos como parte de los Aportes Públicos para la próxima edición de la norma. El comité técnico tomará en consideración estos aportes públicos cuando comience el ciclo de revisión de la edición 2017 de NFPA 25.

spc
Grandes interrogantes
Simposio sobre la NFPA 25 evalua diversos aspectos relacionados con la efectividad de la norma.

En diciembre la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios organizó un simposio, de dos días de duración, sobre el desempeño de los sistemas de rociadores y sobre la NFPA 25, Norma para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas hidráulicos de protección contra incendios. Los participantes analizaron las responsabilidades de los propietarios; las expectativas de los propietarios, empresas de seguro y funcionarios a cargo del cumplimiento de los códigos; y los servicios que habitualmente se brindan como parte de un contrato de inspección, prueba y mantenimiento (IPM).

El evento reunió a las partes interesadas para que debatan sobre estos y otros temas, como parte de una denodada acción para evaluar la efectividad de NFPA 25 y mejorar el desempeño de los sistemas de rociadores automáticos. Se prevé que el Comité Técnico de Inspección, Prueba y Mantenimiento de Sistemas Hidráulicos considere los resultados del evento, junto con la continua opinión del público, en el desarrollo de la próxima edición de NFPA 25.

Aún para las actividades IPM que estén claramente dentro del alcance de NFPA 25, hay interrogantes sobre la relativa efectividad de la norma para generar las actividades obligatorias de inspección, prueba y mantenimiento y además generar las condiciones de confiabilidad prevista para los rociadores. . Tales brechas en la confiabilidad podrían no ser contempladas mediante los cambios en la norma misma, aunque sí podrían ser contempladas a través de cambios relacionados en los requisitos o en la práctica habitual. Alternativamente, sería útil saber si existe una brecha significativa en el desempeño de los rociadores que no sabemos cómo reducir o eliminar.

Como buena práctica para una buena protección contra incendios y de la seguridad humana, ¿qué debería hacerse? Algunos de los interrogantes que fueron presentados y debatidos en el taller incluyen:

  • ¿Se debería reconsiderar el alcance de NFPA 25?
  • ¿Se debería elaborar una nueva norma sobre cómo llevar a cabo las evaluaciones del diseño?
  • ¿Debería NFPA 3, Práctica recomendada sobre comisionamiento y prueba de integración de sistemas de protección contra incendios y de seguridad humana, incluir una “actividad de recomisionamiento” periódica de los sistemas para algunas o para la totalidad de las ocupaciones?
  • ¿Deberían estos eventos de recomisionamiento ser contemplados en los capítulos sobre ocupaciones de NFPA 101®, Código de Seguridad Humana?
  • ¿Deberían las disposiciones establecidas en NFPA 1, Código de Incendios, ser complementadas de manera que se requieran revisiones de las inspecciones que puedan hacer referencia a la adecuación de un sistema?
  • ¿Deberían los temas descriptos en NFPA 25 permanecer en poder de los propietarios y del proceso regulatorio como sucede actualmente, con la esperanza de que los inconvenientes se resuelvan por sí mismos orgánicamente?
Para acceder al informe resumido del simposio, elaborado por la Fundación de Investigación, visite nfpa.org/foundation.

Responsabilidades de los propietarios
Algunos de los temas más importantes relacionados con NFPA 25 hacen referencia a la responsabilidad de los propietarios. NFPA 25 claramente establece que el propietario es quien tiene la responsabilidad final en los procedimientos de inspección, prueba y mantenimiento y de puesta fuera de servicio de todos los sistemas hidráulicos de protección contra incendios. Entre esas responsabilidades se incluye la protección contra congelamiento de las tuberías llenadas con agua; la notificación a la autoridad competente, al cuerpo de bomberos y a la estación de supervisión de alarmas antes de someter a prueba o interrumpir el funcionamiento del sistema; la corrección o reparación de las deficiencias y estados de fuera de servicio identificados; la evaluación del modo en que los cambios en la ocupación, procesos y materiales utilizados o almacenados puede tener impacto en el sistema de rociadores y la evaluación de los cambios que podrían tener impacto en el desempeño del sistema.

La mayoría de los propietarios delegan algunas de las responsabilidades anteriormente mencionadas en contratistas externos. Sin embargo, el contrato habitual entre el propietario y el contratista limita las responsabilidades del contratista solamente para algunas de aquellas mencionadas. De esto surgen importantes interrogantes sobre la norma: ¿Comprenden los propietarios de edificios cuáles son sus responsabilidades? ¿Comprenden cuáles son los aspectos que se incluyen, y cuáles no, en un servicio típico de inspección, prueba y mantenimiento? ¿Debería hacerse referencia a las responsabilidades de los propietarios en NFPA 25 o estas deberían estar descriptas en un documento separado? ¿Cuál es el mecanismo de observancia que garantice que las responsabilidades del propietario están siendo cumplidas?

Adecuación del diseño y la instalación

NFPA 25 no requiere que la persona que lleva a cabo los servicios de inspección de rutina verifique la adecuación del diseño. Se presume que el sistema ha sido adecuadamente diseñado e instalado de acuerdo con lo establecido en NFPA 13, Norma para la instalación de sistemas de rociadores. Por consiguiente, cumplir con los procedimientos de las pruebas de aceptación y con la documentación requerida en NFPA 13 es fundamental para el continuo y apropiado desempeño del sistema. Tendría un costo prohibitivo si la adecuación del diseño y la instalación originales del sistema tuvieran que ser verificados con una determinada frecuencia, por ejemplo anual.

Por ejemplo, si la tubería de un sistema de rociadores de tubería seca no estuviera instalada con la inclinación apropiada hacia un drenaje, podría acumularse agua en el sistema. Si el sistema está instalado en un área sujeta a congelamiento, el propietario supondrá que el sistema de rociadores de tubería seca brinda una protección adecuada contra las condiciones de congelamiento presentes en la tubería. El contratista encargado de la inspección, prueba y mantenimiento que efectúa la prueba de disparo de la válvula de tubería seca supondrá que el agua que ingresó en el sistema será adecuadamente drenada. Combinadas, ambas suposiciones podrían derivar en una falla de las tuberías del sistema de rociadores si el agua se congela en la tubería.

Además, muchas de las pruebas requeridas en NFPA 25 incluyen la comparación de los resultados de las pruebas actuales con los resultados de las pruebas anteriores, así como con los resultados de las pruebas iniciales. Por ejemplo, cuando se lleva a cabo una prueba del drenaje de la tubería principal, los resultados se comparan con las pruebas llevadas a cabo en los últimos dos años, así como con la prueba llevada a cabo durante la aceptación del sistema. Se requiere un análisis si los resultados de las pruebas disminuyeron en un 10 por ciento o más. La comparación demostrará si ha habido una reducción reciente del suministro de agua para el sistema.

Los resultados también se comparan con aquellos obtenidos durante las pruebas de aceptación del sistema. Se prevé que durante la prueba de aceptación se apliquen los resultados de las pruebas de drenaje de la tubería principal para confirmar la adecuación del suministro de agua para el sistema. Por esto, no se requiere que el contratista a cargo de la inspección, prueba y mantenimiento efectúe ningún cálculo para verificar que el suministro de agua todavía sea el adecuado, solo que el suministro de agua sea similar al que existía durante la prueba de aceptación. Si no fue efectuaba la evaluación durante la aceptación del sistema, el suministro de agua para el sistema podría haber sido inadecuado desde el comienzo sin que nadie notara la deficiencia.

Nuevamente, estos escenarios plantean importantes interrogantes acerca del alcance y la intención de NFPA 25. ¿Es razonable para un propietario asumir que, una vez que un sistema está instalado, este ha sido diseñado e instalado correctamente? Si no es así, y tomando en consideración que las actividades de inspección descriptas en NFPA 25 no hacen referencia a estos temas, ¿cuál es el mecanismo que se aplica para contemplar las deficiencias de diseño del sistema, en especial aquellas que no fueron observadas durante la revisión de los planos, instalación y aceptación del sistema? ¿Tiene la persona que lleva a cabo la inspección el deber de notificar al propietario sobre cualquier deficiencia potencial del sistema si esta es claramente visible? ¿Cómo sabe la persona que lleva a cabo la inspección si se trata de una deficiencia si no ha participado en el diseño?

Gestión de cambios
Es responsabilidad del propietario gestionar todos los cambios que podrían tener impacto en el desempeño del sistema de rociadores. Algunos propietarios presumen que la inspección periódica del sistema contemplará este aspecto, aunque generalmente podría no ser este el caso. Los formularios IPM utilizados por los contratistas hace 20 años incluían una pregunta sobre la adecuación del sistema para la protección de los riesgos, pero en la actualidad los formularios IPM utilizados por los contratistas ya no incluyen dicho interrogante.

¿Cómo cumple un propietario, que podría tener un conocimiento mínimo sobre los sistemas de rociadores, con esta responsabilidad si las inspecciones periódicas no brindan este servicio? En algunos casos, el proceso regulatorio debería llevar a una evaluación apropiada. Por ejemplo, cuando un inquilino efectúa obras de acondicionamiento y los muros son reubicados, el profesional de diseño registrado que participa en el proyecto, y en el proceso mismo para la obtención de un permiso, debería hacer los cambios necesarios en el sistema de rociadores.

Sin embargo, no todos los cambios involucran a un profesional de diseño registrado o un permiso de construcción. Por ejemplo, muchos de los envases que se usan actualmente en la industria de los cosméticos son de plástico, y no de vidrio, lo que cambia la clasificación de las mercancías para el almacenamiento de los productos. Como resultado, sería necesario evaluar el sistema de rociadores en función de una clasificación de mercancías más alta. ¿Reconocerán la mayoría de los propietarios que dicho cambio en el material requiere que el sistema de rociadores sea reevaluado? ¿Qué ocurre en un hospital, en donde los muebles que no se utilizan se guardan en una habitación previamente utilizada como habitación para pacientes? ¿Sabrán los administradores del hospital que entonces esa habitación ya no es una ocupación de riesgo leve, según se define en NFPA 13? ¿Cómo deberían ser identificados este tipo de cambios que pueden tener impacto en el desempeño de un sistema de rociadores? y, más importante, ¿cómo deberían ser corregidos?

Falla de un sistema de rociadores
Los datos sobre incidentes de incendio recientes indican que la causa más común en la falla de un sistema de rociadores es una válvula cerrada o parcialmente cerrada. El requisito de la edición vigente de NFPA 25 sobre las inspecciones mensuales de estas válvulas, junto con los requisitos sobre supervisión de las válvulas, incluido en la mayoría de los códigos de edificación e incendio, debería ser el de implementar una mejora en el desempeño de los sistemas de rociadores automáticos.

El problema aquí es que la norma solamente contempla una parte del tema relacionado con la falla de los rociadores. De hecho, hay diversos otros modos de falla de los rociadores, tanto en condiciones de incendio como en aquellas que no sean de incendio, lo que puede incluir fallas en las tuberías y en los accesorios debido al agua que queda acumulada en un sistema de tubería seca o en un sistema de tubería húmeda en un área que ya no se encuentra debidamente calefaccionada; y los accesorios o soportes colgantes que presentan una falla durante una prueba de flujo anual de una bomba contra incendios. Otros modos de falla incluyen a los incendios que se originan en espacios que no están protegidos con un sistema de rociadores automáticos, aún cuando el edificio sí lo esté; un suministro de agua insuficiente para el control del incendio; y el daño provocado por el agua debido al funcionamiento de los rociadores, el resultado de los daños físicos en los rociadores, debido al contacto o a una unidad de calefacción que se instala con posterioridad a la instalación del sistema de rociadores —daños que podrían pasar desapercibidos durante las actividades de inspección, prueba y mantenimiento de rutina.

Más allá de NFPA 25
Hay quienes sostienen que ejemplos como estos ilustran que un programa de mantenimiento preventivo adecuado para un sistema hidráulico de protección contra incendios coloca demasiada responsabilidad en el propietario. Una manera de contemplar estos aspectos sería llevar a cabo reevaluaciones de los sistemas existentes con una frecuencia determinada, a fin de verificar que se cumplan las responsabilidades asignadas a los propietarios en NFPA 25.

Si fueran necesarias las reevaluaciones del sistema, ¿debería un documento tal como NFPA 1, Código de Incendios, establecer como obligatorias dichas reevaluaciones o deberían los propietarios implementarlas cuando decidan que son adecuadas? La necesidad de las reevaluaciones, referida como recomisionamiento, es un tema que está siendo actualmente considerado para la elaboración de una nueva norma, NFPA 4, Protección contra incendios integrada y prueba de los sistemas para la seguridad humana. No obstante esto, si NFPA 4 va a incluir el requisito del recomisionamiento, solamente se aplicaría a los sistemas de protección contra incendios integrada. Algunos observadores argumentan que otras partes, como oficiales de bomberos o representantes de empresas de seguro, pueden brindar la supervisión necesaria mediante inspecciones y sondeos.

El interrogante acerca de cuándo la responsabilidad resulta demasiada formó parte del debate que se llevó a cabo durante el simposio, y seguramente seguirá con posterioridad. Es solo una de los muchos interrogantes que necesitamos resolver como parte de nuestra evaluación de NFPA 25 y si la norma cumple con el propósito previsto. Independientemente de lo que nuestra evaluación genere, confiamos en que el proceso derivará en una norma fortalecida para los procedimientos de inspección, prueba y mantenimiento de los sistemas hidráulicos de rociadores.

Bill Koffel es presidente de Koffel Associates y presidente del comité técnico de NFPA 25.

spc
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Diferencias conciliables
Comités técnicos de NFPA 13 responden a inquietudes sobre incompatibilidad de materiales y fugas

En los últimos años, las tuberías no metálicas, de uso generalizado en los sistemas de rociadores residenciales, han recibido indeseada atención, debido a una serie de incidentes, entre las que se incluyen las fugas. La causa no es el material de las tuberías en sí, sino una fractura de la tubería cuando se la expone a ciertas sustancias que habitualmente se usan en la instalación de sistemas de rociadores.

“Esto ha llevado al reemplazo del uso de anticongelantes en los sistemas de rociadores como el enfoque principal para los comités de rociadores de la NFPA”, expresa Matt Klaus, ingeniero jefe en protección contra incendios y personal de enlace de NFPA 13, Instalación de sistemas de rociadores y de NFPA 13D, Instalación de sistemas de rociadores en viviendas unifamiliares y bifamiliares y en viviendas prefabricadas.

El problema es este: Los instaladores de rociadores lubrican las tuberías metálicas con aceites de corte durante el proceso de roscado de la tubería. Cuando las tuberías metálicas están conectadas con sistemas de rociadores combinados que también utilizan una tubería no metálica, los aceites que quedan acumulados entran en contacto con la tubería no metálica mediante el flujo de agua. En algunos casos, esta interacción puede provocar fracturas por resistencia química en la tubería no metálica y ocasionar fugas. Sin embargo, no todos los aceites de corte provocarán estas fracturas, razón por la cual es fundamental garantizar que todos los productos que se utilicen como parte del proceso de instalación sean compatibles con la tubería y con los materiales de los accesorios.

Los aceites de corte no son las únicas sustancias que pueden ocasionar problemas. Los inhibidores de la corrosión, que recubren el interior de una tubería de acero y evitan la oxidación y la corrosión de influencia microbiológica, también fluyen por la tubería de plástico, lo que provoca, en algunos casos, la desintegración de su composición química.

“Parte del problema es que históricamente, los códigos y normas nunca han hecho referencia a quién es el responsable de determinar si los productos son compatibles entre sí”, expresa Klaus. “Y así quedan todos: el propietario, la autoridad competente, el contratista y los fabricantes, mirándose entre sí esperando obtener una respuesta”.

Tomando en cuenta este aspecto, el Comité Técnico para la Determinación de los Criterios de Instalación de los Sistemas de Rociadores aprobó las disposiciones de la edición 2013 de NFPA 13 que requieren que los inhibidores de la corrosión y los aceites lubricantes utilizados en sistemas combinados sean sometidos a una verificación de compatibilidad con tuberías no metálicas. Basándose en los requisitos de la norma, Underwriters Laboratories (UL) está elaborando una nueva norma sobre pruebas para las tuberías termoplásticas que contemple este requisito de compatibilidad.

 Los grupos de trabajo de UL están actualmente elaborando el proyecto de los criterios para la nueva norma y planifican evaluar un “protocolo de prueba de los candidatos” en múltiples instalaciones de prueba en el futuro, sostiene Kerry Bell, ingeniero jefe de UL para rociadores de incendio y equipos de bombas.

Entretanto, un nuevo grupo de trabajo de la NFPA creado en el 2012, ante la solicitud del Comité de Correlación Técnica de Sistemas de Rociadores Automáticos, y compuesto por diversos miembros del comité de rociadores ha propuesto un nuevo texto para la edición 2016 de NFPA 13 y de 13R, Instalación de sistemas de rociadores en ocupaciones residenciales de baja altura, en el que se requeriría que los inhibidores de la corrosión y los aceites lubricantes sean utilizados de acuerdo con lo establecido en su listado o con la información publicada del fabricante sobre la compatibilidad del producto. El grupo también se asegura que las disposiciones relacionadas con la compatibilidad de los materiales muestren una concordancia en la edición 2016 de NFPA 13 y NFPA 13R.

“El grupo ha trabajado arduamente para proponer un enfoque para este tema que incluye las directivas que todas las partes interesadas han estado buscando”, dice Klaus. Este enfoque modificado para la edición 2016 fue aprobado por los comités técnicos en las últimas reuniones del primer borrador de NFPA 13 y NFPA 13R y se encuentra actualmente en el proceso formal de votación de los comités.

—Fred Durso, Jr.


viernes, 28 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #120

¿Poner el carro delante del caballo?
Por Wayne D. Moore, PE, FSFPE

Usted cuenta con una solución en mente para la detección. Pero, ¿cuál es el propósito real de ese sistema?

Recientemente encontré un considerable debate en el sitio LinkedIn de la NFPA sobre detección de incendios en caballerizas. El requerimiento inicial fue claro: "Necesito encontrar la mejor manera de detectar un incendio en los establos". Como sucede con una gran cantidad de debates similares, varias de las sugerencias se referían directamente al tipo de detección que podría utilizarse -en este caso la detección temprana, la mejor manera de proteger animales de alto valor. Para muchos establos, ello probablemente tendría sentido.

Pero el debate también ilustraba el modo en que las soluciones de detección pueden, a veces, avanzar más allá de sí mismos, sin una clara idea de cuál debería ser la principal meta para la protección. Antes de considerar tipos de detección específicos y cuál podría brindar la mejor protección para un establo, o para cualquier otro edificio, necesita saber qué es lo que desea lograr. Todo reside en el modo en que formula su pregunta.

Tengamos en cuenta la caballeriza, por ejemplo. Si la meta de la protección contra incendios es emitir una advertencia temprana para proteger a los caballos, ¿quién responderá para salvar a los caballos una vez que suene la alarma? Debe recordar que la "detección" no proporciona "supresión". ¿Seguirá esa respuesta siendo la misma todos los días? ¿Dónde estará la persona o las personas que responderán a la alarma ubicadas durante el día o la noche? ¿Tienen la intención de combatir el incendio? Si el tiempo de respuesta provoca inquietud, puede tener sentido interconectar la detección con alguna forma de supresión para controlar el incendio mientras tiene lugar el rescate de los animales.

Si las personas presentes en el sitio responden prontamente, pero el arribo del cuerpo de bomberos local llevará algún tiempo, debería evaluar otros temas no relacionados con la detección. Por ejemplo, cuando el sistema de detección se acciona, ¿deberían las puertas que comunican con los establos abrirse automáticamente? ¿Debería haber aparatos de notificación en el interior del establo? (En este caso, probablemente respondería "no", ya que el ruido podría afectar a los caballos e impedir el rescate de los animales. Pero sí debería considerar la colocación de aparatos de notificación local o de notificación externa). ¿Debería el sistema de alarma de incendio provocar el encendido automático de las luces para simplificar los intentos de rescate?

NFPA 150, Norma para la seguridad contra incendios y la seguridad humana en instalaciones de alojamiento de animales, incluye lineamientos explícitos sobre las opciones correctas. Al reconocer que no hay una solución que se adapte a todos los casos, NFPA 150 en un anexo menciona que "deberían considerarse las reacciones de los animales y el estrés excesivo causado por los sonidos audibles o las luces estroboscópicas intermitentes".

Mientras considera el tipo de detección que se va a usar, necesita determinar el modo de asegurar la confiabilidad de la operación. ¿Aceptará falsas alarmas o puede adaptar el entorno con un sistema de detección que funcionará correctamente en el entorno adverso que habitualmente hay en un establo? NFPA 72®, Código Nacional de Alarmas de Incendio y Señalización, describe algunos lineamientos sobre entornos que afectan la detección, aunque entre los obvios de este ejemplo se incluyen humedad, polvo, presencia de heno y temperatura, por nombrar solamente algunos. La opción de detección también puede cambiar si en el establo se almacenan materiales combustibles como heno. También necesita evaluar qué otros riesgos puede haber en el establo. ¿Está el establo calefaccionado? ¿Qué fuentes de ignición hay en el establo? ¿Cuáles son las dimensiones del incendio que desea detectar?

Todos estos interrogantes contribuyen a enmarcar la respuesta a la pregunta de mayor importancia: ¿Cuál es el propósito del sistema de detección? Instalar cualquier tipo de sistema de detección sin pensar en el resultado final puede llevar a costosas fallas. Tener clara su meta principal le ayudará a determinar la solución de detección correcta, así como también la aplicación y el funcionamiento óptimos de dicho sistema.

Una vez que usted sabe cuál es esa meta, recuerde que, mientras que en NFPA 72 no se requiere la instalación de sistemas de alarma de incendio en edificios, debe cumplir con los requisitos establecidos en el código cuando decida instalar un sistema.

Wayne D. Moore, PE, FSFPE, es director de Hughes Associates 


miércoles, 26 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #119

Diluvio de datos
Por Kathleen H. Almand, P.E., FSFPE

¿En qué momento resulta demasiada la información para los bomberos?


¿Se encuentra el socorrista ahogándose en una marea de datos? El entorno construido es un sensor de inmensa riqueza, que le brinda a los bomberos enorme cantidad de datos potencialmente útiles: desde los detallados planos de construcción y el movimiento de las personas hasta el crecimiento de un incendio en tiempo real. Una mirada al catálogo de productos de la NFPA revela una impresionante gama de "soluciones" tecnológicas nuevas y en desarrollo de gestión respecto de la información para los cuerpos de bomberos y otros socorristas.     

El bombero del futuro será mejor sensor y resultará sumamente diestro en el uso de herramientas que le permitirán optimizar el uso de esta marea de información. Pero mientras tanto y ahora, ¿qué hacemos con este torrente de datos? ¿Cómo manejamos toda esta información de manera que los datos útiles puedan ser perfectamente integrados en el desempeño de las tareas de los bomberos antes, durante y después de un incidente de incendio?

El Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) le ha solicitado a la Fundación de Investigación en Protección contra Incendios la elaboración de un plan de investigación para responder a este interrogante. El proyecto de NIST es parte de una iniciativa de mayor envergadura, cuyo fin es aprovechar lo que denomina "sistemas ciberfísicos" para realzar las metas sociales. En términos claros y sencillos, un sistema ciberfísico es aquél en el que los sistemas en red interactúan con el mundo real. En la red que da respuesta a las emergencias, tal sistema abarca diversos aspectos de la tecnología y los datos que esta genera. Para nuestro proyecto de la Fundación de Investigación, hemos dividido este mundo en tres sectores: recopilación de datos, procesamiento de datos y uso de los datos, que también puede describirse como una toma de decisiones.

Con solo mirar la recopilación de datos, queda claro el modo en que el combate de incendios ya se beneficia con este sector, así como también la manera en que la implementación de sistemas inteligentes contribuirá aún más con los bomberos en el futuro. Los sensores y grabadores de datos ya desempeñan un importante papel en todos los aspectos de la seguridad de los bomberos y en el desempeño de sus tareas, comenzando con la vestimenta en uso y los equipos de protección personal. La Fundación recientemente finalizó un estudio sobre la interoperabilidad que rodea a estos equipos, un asunto clave para los sistemas inteligentes. (Para obtener mayor información sobre el estudio, "Interoperabilidad de los equipos electrónicos de socorristas", ver nfpa.org/foundation).

No solo pueden bomberos ahora recibir información en tiempo real en sus inmediaciones, sino que ellos mismos son sensores de las condiciones actuales, pudiendo así brindar valiosa información a otros socorristas. La recopilación de datos también tiene lugar en todos los otros escenarios del entorno del combate de incendios, desde dispositivos móviles y sistemas de transmisión robótica hasta sistemas de monitoreo y control de edificios, la vía completa hacia la infraestructura y los sistemas de datos comunitarios – siendo que todos ellos pueden colaborar suministrando información sobre combate de incendios y responder activamente a las condiciones de emergencia. .

Nuestro proyecto identificará las diversas brechas en dichos conocimientos y el impacto que tienen en el uso de estos valiosos datos. Tales brechas pueden afectar las tecnologías de recopilación de datos, la base de conocimientos y los algoritmos que procesan los datos de la manera más efectiva y los transforman en conocimientos valiosos y a su vez en herramientas beneficiosas para la toma de decisiones, así como también, la manera más efectiva de comunicar la información a aquellos que la necesiten. El nuevo Comité Técnico de Intercambio de Datos para los Servicios contra Incendios de la NFPA está a la vanguardia del entendimiento de esta información y la manera de aplicarla a las normas que está elaborando.

La investigación de los sistemas ciberfísicos ocupa un lugar de primera plana en las agendas de las diversas organizaciones involucradas en la preparación de la sociedad para el uso de la futura generación de tecnología en el combate de incendios. NIST reconoce el potencial de estos sistemas para ofrecer una mayor seguridad contra incendios y brindar mayor seguridad a los socorristas; me complace que la NFPA, a través de la Fundación, sea la voz de la comunidad de los socorristas en este importante esfuerzo de investigación.

Kathleen H. Almand, P.E., FSFPE, es directora ejecutiva de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios


lunes, 24 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #118

No solo tácticas
Por Ben Klaene & Russ Sanders

Las normas de la NFPA tienen enorme impacto en la seguridad y eficiencia de los bomberos, al contemplar temas tales como dotación de personal, manejo de riesgos, vehículos de bomberos, equipos, entrenamiento, sistemas de supresión de incendios, suministros de agua y prácticamente todos los aspectos restantes de las operaciones de los cuerpos de bomberos.

Es comprensible, los bomberos generalmente muestran mayor interés por temas tales como tácticas y estrategias que por los códigos y normas. Hace unos años fuimos invitados a una convención de jefes de bomberos estatales que incluyó una sesión matutina, celebrada un sábado, en la que se describían y explicaban las normas de la NFPA actuales, y a la que solamente asistieron cinco jefes. Un mañana de domingo, temprano—definitivamente no un horario pico—dimos una clase sobre tácticas y estrategias para el combate de incendios, aplicadas a incendios en edificios desocupados. La gran aula estaba repleta y la multitud desbordaba hacia una antesala. Si bien es imperativo que los oficiales del cuerpo de bomberos comprendan las tácticas y estrategias, es también importante garantizar que comprendan en cuánto puede, y efectivamente lo hace, incumbirles lo establecido en las normas.

Las normas de la NFPA han facilitado diversas mejoras en la seguridad de los bomberos. Probablemente, el hito más significativo de nuestra carrera fue la adopción de la NFPA 1500, Programa de seguridad y salud ocupacional del cuerpo de bomberos. Muchos integrantes del servicio contra incendios se opusieron a lo establecido en NFPA 1500, que aceptaban la proposición de que el combate de incendios es una tarea peligrosa y que quienes no puedan aceptar el riesgo deberían buscarse otra actividad. Los bomberos de pensamiento progresista reconocieron el peligro y también admitieron que los bomberos frecuentemente se ven sometidos a riesgos innecesarios. Afortunadamente, prevaleció el grupo de pensamiento avanzado. En el escenario del incendio, el programa de manejo de riesgos establecido en NFPA 1500 toma el formato de un plan de acción para incidentes en un análisis de riesgo-versus-beneficio, cuyo fin es minimizar los diversos peligros a los que se exponen los bomberos.

Como resultado, el escenario del incendio es muy diferente en la actualidad, en comparación con lo que era cuando iniciamos nuestra carrera en el servicio contra incendios. En ese entonces, expresiones como "comandante del incidente" y "oficial de asignación de responsabilidades" no eran parte del léxico. Muchos bomberos no utilizaban aparatos de respiración autónomos o ni siquiera las antiguas máscaras con filtros, ya que ser el principal "inhalador de humo" de una compañía era una insignia de honor- y ello también provocó la muerte de bomberos que se veían inmersos en entornos con deficiencia de oxígeno. También eran frecuentes las quemaduras, ya que muchos bomberos trabajaban en el interior de edificios en llamas vestidos esencialmente con ropa de calle.

Las estadísticas de la NFPA confirman que un programa integral de manejo de riesgos puede contribuir considerablemente en la reducción de pérdidas de vida de los bomberos en funciones. Las muertes de bomberos en el escenario de incendio ocurridas cada año son actualmente, en general, un tercio de lo observado a fines de los año '70. Gracias a los esfuerzos de la NFPA, la International Association of Fire Chiefs (Asociación Internacional de Jefes de Bomberos), la International Association of Fire Fighters (Asociación Internacional de Bomberos), la United States Fire Administration (Administración de Protección contra Incendios de los Estados Unidos) y muchas otras organizaciones, la cantidad de muertes de bomberos continúa mostrando una tendencia descendente. Sin duda alguna, el combate de incendios hoy día es más seguro de lo que jamás ha sido. Lo único que se ha mantenido constante durante décadas es la misión del servicio contra incendios de salvar vidas y propiedades.

Comenzamos con esta columna allá por el año 2000, con el fin de suministrar información específicamente para el servicio contra incendios. Como con nuestro libro, Combate de incendios estructurales: Estrategia y tácticas, el objetivo de la columna era preparar a los oficiales del cuerpo de bomberos para que asumieran el comando en incendios estructurales mediante el uso de todos los recursos disponibles de una manera segura y efectiva. Esta es nuestra última columna "Operaciones estructurales", y les agradecemos por habernos dado la oportunidad de compartir nuestras experiencias con los lectores del servicio contra incendios de la NFPA. Agradecemos también a la NFPA por habernos brindado la asistencia técnica que nos ha permitido desempeñar una tarea que todavía es peligrosa de una manera significativamente más segura.


Ben Klaene es el ex-jefe de seguridad/capacitación para el Departamento de Bomberos de Cincinnati. Russ Sanders es el secretario ejecutivo de la Asociación de Jefes de Bomberos Metropolitanos y el ex-jefe del Departamento de Bomberos de Louisville


viernes, 21 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #117

Trabajo en curso
Por Marty Ahrens

En el 40° aniversario de esta publicación, una mirada sobre cómo ayudó el informe de referencia “America Burning” a transformar la seguridad humana y contra incendios en los EE. UU; y los  desafíos pendientes.

El 4 de mayo de 1973, la Comisión Nacional sobre Prevención y Control de Incendios le entregó su informe final al Presidente Richard M. Nixon. El informe, que llevó dos años de elaboración, se denominó “America Burning” (PDF 7.5MB) y ofreció una mirada abarcativa sobre el problema de incendios de la nación así como recomendaciones para reducir las pérdidas producidas por incendios.

Sobre todo, fue riguroso en sus evaluaciones y no dudó en apoyar sus recomendaciones con fines morales. “Espantosamente, la nación más rica y más avanzada tecnológicamente en el mundo lidera todos los países industrializados importantes en las muertes per cápita y en las pérdidas de propiedad por incendios”, los autores del informe escribieron en las páginas iniciales, estableciendo el tono para gran parte del America Burning. “El pobre registro de incendios en Estados Unidos, y sus fallas para asignar recursos monetarios y científicos suficientes para mejorar el registro, preocupa a aquellos que trabajan en el campo de la protección contra incendios".

America Burning transformó nuestras percepciones sobre la pérdida por incendios, seguridad y protección contra incendios como no lo hizo nunca ningún otro documento, y su impacto aún se siente 40 años después de su elaboración. La formación de la Administración contra Incendios de los Estados Unidos (U.S. Fire Administration), la Academia Nacional de Incendios (National Fire Academy) y el Sistema Nacional de Reportes de Incidentes por Incendio (National Fire Incident Reporting System) fueron solo algunos de los resultados de las recomendaciones de America Burning, que colocaron un énfasis importante sobre el apoyo federal para los esfuerzos del servicio local de bomberos. Los autores del informe creían que una reducción del 50 por ciento en las muertes, lesiones y pérdida de propiedades por incendio era posible dentro del término de una generación.

A pesar de la llamada para tomar acción en America Burning, no obstante, el país continúa luchando con un problema de incendios persistente. A comparación del resto del mundo industrializado, EE.UU. aún presenta un índice de muertes por incendio mayor que el del promedio. La educación pública sobre el riesgo de incendios sigue siendo un desafío, al igual que la lucha por mantener los recursos federales en apoyo a los esfuerzos locales por combatir los incendios. La amenaza de incendio planteada por la creciente interfaz urbano/forestal se está transformando en una de las inquietudes de seguridad pública más urgentes de la nación.

En este aniversario del America Burning, no obstante, es importante recordar el legado de este importante documento, y cómo, a pesar de nuestros constantes desafíos, ha contribuido con el aumento de nuestra seguridad.

Aumento del compromiso federal
America Burning tiene sus orígenes en la Ley de Seguridad e Investigación contra Incendios (Fire Research and Safety Act) de 1968, aprobada por el Congreso y promulgada por el Presidente Lyndon Johnson. La ley hizo que el presidente nombrara un panel de 20 miembros, conocido como la Comisión Nacional sobre Prevención y Control de Incendios (National Commission on Fire Prevention and Control), que evaluaría el problema de incendios del país y haría recomendaciones para abordar las cuestiones que contribuían con este tema. Un panel que representaba a una serie de partes interesadas (compañías aseguradoras, bomberos, investigadores, creadores de normas y más) fue nombrado por Nixon en 1971 e incluyó a Percy Bugbee, ex gerente general de la NFPA y CEO quien en ese momento trabajaba como presidente honorífico de la organización.

Se le solicitó a la comisión que encontrara “medidas previsibles y efectivas para reducir los efectos destructivos del incendio en todo el país”. La misma buscó definir problemas, identificar lo conocido,  encontrar brechas y desarrollar recomendaciones para avanzar, todo esto a escala nacional. El informe de la comisión se basó en su propia investigación, así como en los testimonios recibidos en audiencias públicas en todo el país. America Burning reconoció que los gobiernos locales cargaron y siguen cargando con la obligación de proteger a la gente de los incendios. También definió un nuevos rango de roles federales adecuados, y explicó la razón por la que eran necesarios y cómo deberían crearse. El  gobierno federal, según la comisión, debía brindar la asistencia técnica y educativa a las autoridades locales y estatales, recopilar y analizar información sobre incendios, regular la inflamabilidad del material y brindar asistencia financiera cuando fuera necesario. También llamó a mejorar la comunicación entre las disciplinas involucradas en la seguridad contra incendios, y a contar con más y mejores datos para ayudar a proteger la ciudadanía y a los bomberos de los estragos del fuego.

La comisión enumeró 90 recomendaciones específicas en este informe y al principio de la lista se encontraba la agencia federal especializada en incendios que servía a las necesidades de los departamentos de bomberos locales. En ese momento, una mezcla de partes interesadas (diferentes organismos federales, gobiernos estatales y locales, instituciones académicas, organizaciones privadas y sin fines de lucro) desarrollaba una investigación, emitiendo reglamentaciones, y determinando las mejores prácticas y requisitos de seguridad. Sin embargo, ninguna entidad en particular monitoreaba o coordinaba esa actividad, y los departamentos de bomberos locales no contaban con una representación formal en el gobierno federal.

En 1974, se creó la Administración Nacional de Prevención y Control de Incendios (NFPCA, National Fire Prevention and Control Administration) establecida en el Departamento de Comercio, y en 1978 cambió su nombre por el de Administración de Incendios de los EE. UU (USFA, U.S. Fire Administration). En 1979, fue asignada a la nueva Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, Federal Emergency Management Agency). La USFA ha tomado un rol crítico de liderazgo en una serie de cuestiones relacionadas con los incendios y al asociarse con organizaciones públicas, privadas y sin fines de lucro ha aumentado los recursos disponibles para su multifacética misión. Se creó en 1987 la Asamblea de Servicios de Incendio del Congreso (Congressional Fire Services Caucus), un grupo independiente de más de 320 miembros comprometidos con el apoyo a las políticas que benefician al servicio de bomberos. La asamblea y su organización acompañante, el Instituto de Servicios de Bomberos del Congreso (Congressional Fire Services Institute), que educa a los miembros del congreso sobre cuestiones de seguridad humana y contra incendios, ha reforzado su misión de la USFA y organizó un apoyo para sus actividades.  La USFA ha sobrevivido a intentos repetidos de recortar o incluso eliminar su presupuesto, y sigue liderando la comunidad contra incendios y brindando un foco federal contra incendios.

La misma ley de 1974 que creó la NFPCA también creó la Academia Nacional de Incendios (NFA, National Fire Academy). Como parte de la USFA, la NFA brinda una capacitación avanzada para los encargados del control de incendios y para ayudar a los gobiernos estatales y locales con sus programas de capacitación.  Desde su comienzo, la NFA ha capacitado a cientos de miles de miembros del personal de emergencia en su campus de Maryland y alrededor del país. El programa para encargados ejecutivos del control de incendios (EFO, por sus siglas en inglés) de la academia ofrece una capacitación de nivel universitario en la gerencia del departamento de bomberos a los jefes y futuros jefes, y su Centro de Recursos de Aprendizaje (Learning Resource Center, lrc.fema.gov) incluye una amplia biblioteca y una base de datos bibliográfica en línea de los materiales de interés para el servicio de bomberos.

Mayor comprensión del problema de los incendios 
Cuarenta años atrás, sabíamos poco sobre la cantidad de factores que contribuyen al problema de los incendios en la nación. La comisión propuso la creación de un sistema de reporte de incendios uniforme que sería necesario para todas las jurisdicciones con apoyo federal de los programas del servicio de incendios limitado a las jurisdicciones participantes. La recomendación llevó a la creación del Sistema Nacional de Reportes de Incidentes de Incendio (NFIRS, National Fire Incident Reporting System) en 1977, como parte de la NFPCA. NFIRS fue diseñado como una herramienta para recopilar y analizar los datos sobre la dimensión, modelos, tendencias y características del problema de los incendios de la nación, y facilitar el reporte y análisis de los datos de incendio uniformes locales y estatales.

El primer informe sobre incendios en los Estados Unidos, publicado por USFA en 1978, debió utilizar los datos disponibles, limitados a California y Ohio. Para obtener datos más abarcativos, USFA promovió el recientemente creado NFIRS para los departamentos de bomberos estatales y locales en todo el país. En lugar de los requisitos federales para la participación del NFIRS, se les permitió a las autoridades de incendios estatales establecer sus propias políticas y requisitos para la participación del NFIRS. Los estados recibieron subvenciones y software de mainframe para ayudarlos a establecer el sistema. Los analistas de datos de incendios nacionales de USFA, NFPA, y la Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor (Consumer Product Safety Commission) desarrollaron una metodología de normas para estimar el tamaño de los problemas de incendio específicos utilizando datos del NFIRS junto con la encuesta sobre la experiencia del departamento de bomberos de la NFPA basada en muestras. El resultado fue una recopilación de estimaciones nacionales sobre el problema de incendios con una mayor calidad y más detalles que nunca antes. Hoy, alrededor de 23,000 departamentos de bomberos de los 50 estados participan en el NFIRS, y el sistema se utiliza en la mayoría de los informes estadísticos de la NFPA. Aunque dista mucho de ser perfecto, el NFIRS sigue siendo el sistema de reportes de incidentes de incendio más extenso y detallado del mundo.

Hay muchos proyectos en marcha para mejorar la calidad y amplitud de los datos disponibles. La Asociación Nacional de la Fundación para Investigaciones y Educación sobre Incendios de Inspectores de Bomberos Estatales recibió recientemente asistencia de FEMA, el Subsidio de Seguridad y Prevención de Incendios para Bomberos, y está investigando por qué los datos del NFIRS presentan tantos asientos desconocidos o no reportados. Otro subsidio actual apoya los esfuerzos de Emergency Performance, Inc., y un equipo de la Asociación Internacional de Bomberos (IAFF, International Association of Firefighters), Asociación Internacional de Jefes de Bomberos (International Association of Fire Chiefs), el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) y la Comisión Internacional de Acreditación de Incendios (Commission on Fire Accreditation International) para desarrollar un Sistema Nacional de Reporte de Operaciones de Incendio (National Fire Operations Reporting System) para ayudar a los departamentos de bomberos a registrar el desempeño en incendios estructurales. Por ejemplo, los sensores podrían registrar la cantidad de agua utilizada y cuándo se la utilizó durante un evento de incendio. Dicho sistema ayudaría con las medidas de desempeño y mediría el impacto de diferentes enfoques y configuraciones de recursos para estimar la dimensión del incendio, el daño a la propiedad y las víctimas entre la población civil y los bomberos.

La Oficina Nacional de Normas (NBS, National Bureau of Standards) que cambió su nombre a NIST en 1989, ya estaba llevando a cabo una investigación sobre el comportamiento de los incendios a principios de 1970. Los autores de America Burning recomendaron que se ampliaran los esfuerzos de la NBS y la Fundación Nacional de Ciencias (National Science Foundation) para mejorar los métodos de prueba y comprender mejor las cargas de combustible de la ocupación. Esto llevó a la creación del Centro para la Investigación sobre Incendios (Center for Fire Research) en la NBS en 1974. Hoy, el sitio fire.gov del NIST promueve una mejor seguridad y combate de incendios a través de la investigación del comportamiento del fuego, tácticas, seguridad de los bomberos, equipos y más. El NIST y IAFF están también trabajando unidos para estudiar el impacto de diferentes patrones del despliegue de los bomberos en la seguridad de bomberos y ocupantes. El informe sobre experimentos que incluyen una estructura residencial de dos pisos se publicó en 2010, y actualmente se encuentra en curso un proyecto para estudiar el despliegue en edificios de altura. Proyectos como estos son vitales para nuestra comprensión de cómo combatir mejor el incendio, e informar sobre las normas de la NFPA mientras se ayuda a los departamentos de bomberos y a las comunidades a comprender el posible impacto de una reducción en los recursos para combatir incendios.

Apoyo federal para mejorar la seguridad contra incendios local
Además de apoyar los esfuerzos locales con esta propuesta de USFA y de la Academia Nacional de Incendios, la comisión también recomendó que se otorgaran subsidios para ayudar a las comunidades a “desarrollar planes de protección contra incendios abarcativos, mejorar los equipos para el combate de incendios, y optimizar la educación del personal del servicio de bomberos”. Esto incluyó expandir la detección del incendio en el Departamento de Desarrollo Urbano y de Viviendas (Department of Housing and Urban Development) y las actividades del Departamento de Agricultura (Department of Agriculture) en la protección contra incendios rurales.

En las últimas décadas, tanto el Centro para el Control de Enfermedades y Prevención de Lesiones (Center for Disease Control and Injury Prevention) y la USFA han financiado varios programas para instalaciones de alarmas de humo.  En años recientes, FEMA ha distribuido subsidios para la Dotación de Personal para una Respuesta Adecuada de Emergencia y de Incendios, o SAFER (por sus siglas en inglés), para ayudar a los departamentos locales de bomberos a cumplir con las normas de dotación de personal, de respuesta y operativas.  El programa de FEMA de Asistencia para los subsidios de los bomberos (AFG, Assistance to Firefighters Grant) ayuda a los departamentos de bomberos a obtener equipos de protección, vehículos de emergencia, herramientas y capacitación esenciales para proteger tanto al público como al personal de emergencia.

La comisión solicitó un "estudio continuo de las necesidades de los equipos del servicio de bomberos", un emprendimiento que está en curso. Desde el 2001 hasta el 2010, la NFPA efectuó tres detalladas encuestas especiales sobre las necesidades del departamento de bomberos, dando cobertura a los recursos identificados en America Burning (incluidos personal capacitado, aparatos y herramientas de protección) como a los recursos adicionales necesarios para responder a un evento único como los ataques del 11 de septiembre, que se produjeron durante la ejecución de la primera encuesta. Estos estudios demuestran que existe una gran necesidad para cada tipo de recurso, y cuanto más pequeña es la comunidad, mayores son las necesidades.

Un análisis adicional demostró que los subsidios de AFG estuvieron bien orientados a las necesidades del departamento y estuvieron asociados con un importante progreso de encuesta en encuesta para reducir dichas necesidades. Incluso así, las necesidades siguen siendo importantes, y el equipo se desactualiza de manera constante y necesita reemplazo. El apoyo financiero constante a nivel federal es esencial si cada ciudadano debe ser protegido por un departamento de bomberos que esté listo para responder de forma segura y efectiva a cualquier tipo de emergencia.

Visión 20/20, un proyecto en curso (strategicfire.org) que comenzó en el 2006 a cargo de la Institución de Ingenieros en Incendios, en EE. UU. y financiado por varios subsidios de AFG, reunió al servicio de bomberos con expertos en seguridad contra incendios para identificar cuestiones de prevención contra incendios que no habían sido tratadas aún. Entre otras cosas, el proyecto se ha concentrado en crear herramientas de defensa para ayudar a que los programas locales de prevención contra incendios obtuvieran el apoyo para sus emprendimientos; creando una coalición de organizaciones para apoyar una campaña de comercialización social/educativa pública a nivel nacional en seguridad contra incendios; y demostrando la existencia de programas efectivos de reducción del riesgo para la comunidad.

Mayor adopción y aplicación de los códigos y normas
Si bien se adaptaron muchas recomendaciones para el servicio de bomberos, los miembros de la comisión también reconocieron la necesidad de contar con acción regulatoria y un diseño de construcción más seguro, prestando especial atención al cumplimiento con los requisitos de seguridad para las poblaciones vulnerables. Alentaron a la NBS a trabajar con la NFPA en un enfoque de los sistemas hacia la seguridad contra incendios en edificios, e instaron a la Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor (CPSC, por sus siglas en inglés) a priorizar el trabajo con los productos que con frecuencia causan quemaduras y con los riesgos de combustión asociados con los materiales.

En la actualidad, la CPSC tiene requisitos obligatorios sobre inflamabilidad de las prendas y colchones y requisitos voluntarios para muebles tapizados, que sigue siendo el elemento que primero se enciende en incendios domésticos y un combustible secundario frecuente. Actualmente se están realizando esfuerzos por encontrar las maneras más seguras de reducir el riesgo de incendios al mismo tiempo que se están minimizando los riesgos ambientales o para la salud por exposiciones a diferentes retardadores de incendio. Desde 1994, la CPSC ha exigido que la mayoría de los encendedores no pueda ser operada por niños pequeños. La legislación en los 50 estados ahora exige que los cigarrillos tengan una probabilidad menor de iniciar un incendio.

Se alentó a todas las jurisdicciones locales a contar y hacer cumplir un código de prevención de incendios o de la construcción adecuado que incluya requisitos para las alarmas de humo residenciales.  La USFA puso en marcha su primera encuesta sobre prevalencia de alarmas de incendio en hogares y descubrió en 1977 que solo el 22 por ciento de los hogares estadounidenses contaba con una o más alarmas de incendio o de humo. A partir de 2010, el 96 por ciento de las viviendas encuestadas para la NFPA reportó contar con al menos una alarma de humo. Incluso, muchas viviendas aún no cuentan con todas las alarmas de humo que necesitan para una eficacia plena y cumplimiento actual con el código, tales como alarmas de humo interconectadas en cada nivel en cada área con camas.

En un esfuerzo por aumentar la cantidad de personas a cargo de hacer cumplir las normas en comités técnicos, la NFPA está ahora reembolsándoles a aquellos elegibles un 80 por ciento de sus gastos en viáticos habituales. La IAFF ha estado desarrollando materiales de capacitación para ayudar a los bomberos a participar en el proceso de los códigos y normas. Una serie de cursos de la NFA y capacitaciones relacionadas tratan el tema de los materiales cubiertos en los códigos y normas de la NFPA.

Si bien se ha hecho un gran progreso, algunos organismos federales que hacen referencia a los códigos y normas de consenso no se han mantenido actualizados con las últimas normas. Algunos estados también saltean ciclos del código, a veces varios ciclos a la vez. Con los rápidos cambios que se suscitan en seguridad humana y contra incendios, el hecho de no mantener las reglamentaciones al día con los requisitos de seguridad actuales puede implicar un riesgo innecesario para el público.

Educar al público
Los miembros de la comisión recomendaron una variedad de actividades de educación pública, incluidos la educación de seguridad contra incendios en escuelas, inspecciones de incendio en hogares y simulacros de salida en el hogar. La USFA desarrollaría materiales, asistiría con la educación de seguridad contra incendios y se encargaría de la publicidad del servicio público.  (Algunos de los resultados pueden verse en usfa.fema.gov/citizens.) La NFPA y USFA se han asociado en una serie de campañas de seguridad contra incendios. NFPA 1452, Guía para la capacitación del personal del servicio de bomberos para conducir encuestas sobre seguridad contra incendios en viviendas, se creó para inspecciones de incendio en hogares y la división de Educación Pública de la NFPA ha creado una encuesta sobre inspección de incendios en hogares para apoyar esta guía. La operación EDITH (por sus siglas en inglés, simulacros de salida en el hogar) es parte de cada campaña de la NFPA denominada Semana de Prevención contra Incendios, y se enfatiza a lo largo de año. La NFPA ha desarrollado programas de seguridad contra incendios para niños, familias, adultos mayores, comunidades de inmigrantes y muchos otros.

La comisión ha también instado a la USFA a apoyar los “sistemas de extinción automáticos mejorados que encontrarían una aceptación inmediata por parte de los estadounidenses en todos los tipos de unidades de vivienda". La tecnología está aquí, y la Iniciativa de rociadores contra incendios en hogares de la NFPA sigue intentando exigir el uso de rociadores en todas las viviendas nuevas unifamiliares y bifamiliares de todo el país.

America Burning también recomendó que el trabajo de la USFA con el Servicio Forestal y el Departamento de Agricultura de los EE.UU. ayude a prevenir incendios en bosques y praderas. En la actualidad, los programas Firewise y de Comunidades Adaptadas a Incendios de la NFPA combinan la experiencia de una serie de organismos y organizaciones en dicho esfuerzo.

¿Qué sigue?
Si comparamos los últimos 40 años, está claro que se ha hecho un progreso real para luchar contra el problema de los incendios.  Los datos de certificados de defunción publicados en el informe sobre Lesiones del Consejo Nacional de Seguridad demostraron que las muertes por incendios no intencionados bajaron de 6.503 en 1973 a 3.200 en 2009, una disminución del 51 por ciento. La tasa de muertes no intencionales por cada 100,000 habitantes disminuyó de 3.1 en 1973 a 1.0 en 2009. En su carta de transmisión al Presidente Nixon, el presidente de la comisión, Richard Bland, un profesor adjunto en Penn State, escribió que las recomendaciones del America Burning enfatizaron la "prevención del incendio a través de la implementación de programas locales [y] de la seguridad contra incendios incorporada; medidas que detectan y extinguen el incendio antes de que se desarrolle lo suficiente como para provocar un desastre mayor". Hoy, la mayor parte de los hogares cuentan con al menos una alarma de humo.

Incluso ahora, seguimos perdiendo demasiadas vidas por incendios. Estados Unidos aún cuenta con una tasa de muertes por incendio mayor a la de muchos países industrializados, según los datos del 2007-2009 compilados por las Estadísticas Mundiales de Incendio de la Asociación de Ginebra, a pesar de haberse trasladado más hacia el centro de la lista que hacia arriba. Más hogares cuentan ahora con rociadores que en el pasado; el porcentaje de incendios reportados en hogares con rociadores aumentó de uno por ciento en 1980-1984 a seis por ciento en 2006-2010; pero aún no es suficiente. A pesar de la presencia de alarmas de humo en un porcentaje arrollador en los hogares estadounidenses, tres de cada cinco muertes por incendio se producen en incendios en los que no se contaba con una alarma de humo o ninguna estaba en funcionamiento. La mayoría de los hogares aún no cuentan con alarmas de humo interconectadas, lo que aumenta la probabilidad de que todos los ocupantes en un hogar oigan la advertencia temprana.

Asimismo, siguen surgiendo nuevos desafíos. Las cuestiones relacionadas con los vehículos eléctricos y las estaciones de carga, medidas dirigidas al uso de materiales de construcción más livianos y que se encienden más rápidamente en la industria de la construcción, y el rápido crecimiento del desarrollo en áreas susceptibles a incendios forestales requieren de  nuevos enfoques para la seguridad, combate y planificación contra incendios. Los departamentos de bomberos están intentando determinar cómo manejar el problema crónico de las alarmas de incendio no deseadas y la cuestión asociada a contar con un público que frecuentemente no toma las alarmas de incendio con la seriedad suficiente. Los presupuestos para el personal de emergencia y de incendio se acotan a medida que se le solicita a los departamentos de bomberos que hagan mucho más que solo combatir el incendio. En 2011, dos tercios de las respuestas del departamento de bomberos en toda la nación fueron a llamados de asistencia médica.

Es por ello que los recursos como la USFA, Academia Nacional de Incendios y la  Asistencia al Subsidio de Bomberos son muy vitales para los departamentos de bomberos locales. La investigación efectuada o patrocinada por USFA, FEMA y NIST brinda información esencial a las organizaciones de códigos y normas, ingenieros de protección contra incendios, y otros, pero la última reducción presupuestaria les está dificultando a estos organismos poder continuar con sus niveles elevados de servicio y liderazgo.  También vemos importantes brechas en la comprensión de diferentes aspectos de la seguridad contra  incendios. Por ejemplo, los diseñadores de edificios pueden no siempre comprender el espacio requerido para combatir un incendio de forma efectiva. Los fabricantes de detectores de humo consideran que el equipo que opera en respuesta a un desencadenante legítimo funciona correctamente, mientras que los departamentos de bomberos se frustran cuando responden a las alarmas y no existe ningún incendio. Los gerentes de la propiedad cambian el uso del espacio sin considerar las necesidades de la protección contra incendios de las nuevas disposiciones. Más y mejores datos sobre incendios también ayudarían; la versión actual del NFIRS se publicó en 1999, y es momento de una evaluación profunda y una actualización.

La USFA ha adoptado recientemente un nuevo lema "el incendio es una lucha de todos”, un eslogan que resalta la frase inicial de America Burning: “El aspecto llamativo del problema de incendios de la Nación es la indiferencia con la que los estadounidenses confrontan el tema”. Como lo dice la USFA, confiamos en que el servicio de bomberos combatirá los incendios una vez que se produzcan, pero la prevención del incendio depende de todos nosotros.


Marty Ahrens es gerente senior en la División de Investigaciones y Análisis de Incendios de la NFPA


miércoles, 12 de marzo de 2014

@TecniTipsGANB #112

Doble filo
Por Casey C. Grant, PE, FSFPE

Cómo una tecnología emergente presenta nuevos riesgos al mismo tiempo que mejora nuestro mundo

La presentación del Dreamliner 787, la nueva aeronave de vanguardia de Boeing, no ha sido sin turbulencias. En enero, los reguladores hicieron que la aeronave permaneciera en tierra debido a inquietudes relacionadas con un incendio en los sistemas de batería de ión de litio a bordo. Los fabricantes de la aeronave y de las baterías trabajaron con los reguladores y otros para que el Dreamliner vuelva al  servicio, y algunas de las aeronaves afectadas por la puesta a tierra están volando nuevamente.

Más allá de las preguntas técnicas inmediatas que giran en torno a las baterías a bordo del Dreamliner encontramos un concepto mayor sobre las ventajas y desventajas inherentes de la nueva tecnología. Al igual que la espada de doble filo utilizada por los caballeros medievales, la tecnología nueva también puede tener doble filo. Un innovador muchos siglos atrás se dio cuenta de que usar una espada afilada en ambos lados era una herramienta de batalla mejorada, pero que a su vez traía riesgos nuevos: quien la usaba debía ser incluso más cuidadoso ya que una descuidada maniobra al revés podía producirle un daño a sí mismo. De manera similar, la tecnología nueva mejora nuestro mundo, pero al mismo tiempo presenta nuevos riesgos y a veces imprevistos.

Las baterías de ión de litio han llegado a la cima de un desarrollo de tecnología de rápida evolución para los sistemas de suministro de energía portátiles, una parte crucial del mundo digital y de electrónica de la actualidad. Vienen de todas formas y tamaños, se utilizan en todos lados desde computadoras portátiles hasta locomotoras y vehículos eléctricos, y ayudan a satisfacer nuestra inmensa hambre manejada por el consumo de mejorar las fuentes de energía con densidades más grandes de energía.

La proliferación de estas baterías trae aparejada una creciente concientización sobre los posibles riesgos que presenta esta nueva tecnología, incluyendo incendios, y los métodos para manejarlos. Para los profesionales que trabajan en la infraestructura de seguridad, estos métodos incluyen medidas de seguridad contra incendios incorporadas y técnicas de intervención manual. La buena noticia es que por medio de una investigación, capacitación y otros medios, estamos abordando activamente estas áreas de preocupación y estamos brindando estrategias de mitigación sólidas y creíbles.  

Para tratar las medidas de seguridad contra incendio incorporadas, la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios (Fire Protection Research Foundation), que trabaja con compañías aseguradoras de propiedades, condujo recientemente dos estudios de investigación para abordar las características de los riesgos inherentes de las baterías de ión de litio. Específicamente, los dos estudios buscaron aclarar, a través de una prueba a escala real, la caracterización de la inflamabilidad comparativa de las baterías de litio-ión comunes (típicas de todos los tamaños de consumo) con otros productos básicos estándar almacenados. Esta investigación está brindando una dirección clara sobre los enfoques óptimos que deben tomarse al diseñar sistemas de protección contra incendio incorporados, tales como rociadores, depósitos de almacenamiento y actividades de manipulación a granel similares. Estos resultados están disponibles en el sitio Web de la Fundación, nfpa.org/foundation.

Para abordar las técnicas de intervención manual, un estudio de investigación independiente se está concentrando en las preocupaciones del personal de emergencia con respecto a los riesgos planteados por las baterías de litio-ión de gran tamaño en los vehículos eléctricos. Este esfuerzo único está siendo financiado por el Departamento de Energía, el Departamento de Transporte, y la Alianza de Fabricantes de Automóviles, con el apoyo en especie de los fabricantes de autos y otros.

Las pruebas a escala real conducidas en el Instituto de Rescate de Incendios de Maryland (Maryland Fire Rescue Institute) han demostrado que no existe una gran diferencia entre un incendio de un vehículo “típico” y uno de un vehículo eléctrico y que el personal de emergencia puede manejar estos incendios de forma segura con ajustes tácticos relativamente menores. El informe completo, programado para publicarse este verano y disponible en nfpa.org/foundation, abordará detalles adicionales.

Todas estas son buenas noticias. Ambos esfuerzos de investigación son ejemplos excelentes que indican que la infraestructura de seguridad es proactiva y que está adelantándose a los riesgos percibidos antes de que estos se manifiesten en proporciones históricas. Las sociedades que se han formado con estos esfuerzos representan la capacidad de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios y de la NFPA de unir a distintos grupos para minimizar los riesgos percibidos de la nueva tecnología.


Casey C. Grant, PE, FSFPE, es el director de investigación de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios 



@TecniTipsGANB #7

CÓMO SE FABRICA UNA MANGUERA CONTRA INCENDIOS


@TecniTipsGANB #6


CÓMO SE FABRICA UN EXTINTOR DE INCENDIOS