jueves, 30 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #104

Reconstrucción de un hospital
Por John Farnen y Scott Sutherland



El 22 de mayo de 2011, uno de los tornados más poderosos de la historia destruyó el Centro Médico Regional St. John's de Joplin, Missouri. Ahora el hospital está utilizando las lecciones aprendidas a partir de ese evento para construir nuevas instalaciones que puedan soportar mejor los rigores de la vida en "El callejón de los tornados".

Entre los diferentes videos subidos a Internet después del tornado que azotó a Joplin, Missouri, el 22 de mayo de 2011, se encuentra uno tomado desde una cámara de seguridad de la sala de espera de emergencia del Centro Médico Regional St. John's. La sala está vacía, salvo por unas decenas de sillas tapizadas y unas mesas adornadas con revistas. Durante varios momentos la acción se limita a las páginas de las revistas que se abren, como si corriera una brisa por la sala. Luego las luces comienzan a titilar y la cámara de estremece. Al instante siguiente, una catarata de objetos imposible de determinar vuela por la sala; las mesas y sillas son arrastradas, el aire se llena de proyectiles, y los cables colgantes se sacuden con furia desde el cielorraso. Las luces se apagan y la transmisión de video comienza a parpadear, pero las fotos que logran verse capturan una escena infernal de violencia y destrucción. Segundos antes de que las imágenes se corten, una nueva ola de restos llena la sala, propulsada por una fuerza increíble.

A unos pasos de la sala de espera, el personal del hospital se acurrucaba con los pacientes mientras que el edificio se desintegraba a su alrededor. El tornado EF5 que azotó Joplin esa tarde fue uno de los más poderosos de la historia, y el hospital recibió el impacto total de un golpe directo, incluidos vientos de más de 200 millas (322 kilómetros) por hora. Mientras el personal del hospital ejecutaba su plan de emergencia "condición gris" —alejar a los pacientes de ventanas, reunirse en áreas seguras, cerrar las puertas de las habitaciones de los pacientes y otras medidas— el tornado voló puertas y ventanas y destruyó partes del techo. El hospital de nueve pisos soportó la fuerza del tornado por 45 segundos, y durante ese tiempo los poderosos vientos hicieron destrozos en el interior del edificio. Los cielorrasos fueron arrasados, las tuberías de agua terminaron cortadas y las paredes de los pasillos salieron volando. El viento ingresó a las escaleras y arrancó las placas de yeso de los muros. Todo se convirtió en un proyectil: Máquinas de rayos x, monitores de computadoras, ramas de árboles que ingresaron, incontables fragmentos de vidrio. El viento succionó a los pacientes, que todavía se aferraban a sus camas, de las áreas seguras y los arrojó por los pasillos. Cuando el tornado finalmente cesó, St. John's se había reducido a poco más que una cáscara, sin energía eléctrica, con pocos suministros utilizables y con personal muy atemorizado. Un visitante y cinco pacientes en cuidado crítico perdieron la vida en St. John’s esa tarde, y se hallaron entre las 162 víctimas atribuidas al tornado de Joplin, uno de los más terribles de la historia de la nación.

Durante las semanas y meses siguientes, las operaciones del hospital fueron realizadas en edificios municipales, carpas, estructuras temporales reforzadas y estructuras modulares semi-permanentes. Los restos del hospital St. John’s de 341 camas fueron declarados como pérdidas totales unos días después del tornado, y en enero de 2012 se iniciaron actividades de construcción en un terreno cercano para edificar un hospital permanente valuado en USD 500 millones, que se llamará Hospital Mercy de Joplin, programado para inaugurarse a comienzos de 2015.

Como director ejecutivo de proyectos estratégicos de Mercy, la compañía madre del hospital, John Farnen es responsable de la planificación, diseño y construcción de las nuevas instalaciones. Llegó a St. John's el día posterior al tornado y quedó horrorizado con lo que encontró. “Pensé que estábamos preparados para algo así, pero no lo estábamos”, dice. “Nos pasamos los primeros días totalmente sobrecogidos por el nivel de destrucción”. Pasó esos primeros días y semanas lidiando con miles de problemas —el lugar tuvo que protegerse, debían hallarse los materiales radioactivos y los narcóticos todavía dentro del hospital, debían crearse instalaciones temporales— pero su objetivo se centró rápidamente en construir un nuevo hospital permanente. Farnen y otros administradores de Mercy decidieron que las nuevas instalaciones no serían algo común: Se construirían para poder soportar un tornado poderoso del modo que no pudo hacerlo St. John's, para poder limitar los daños a la estructura y evitar muertes y lesiones a los pacientes y personal. “Esta es una región de tornados”, comenta Farnen “por lo que se debe construir con eso en mente".

Farnen habló con NFPA Journal sobre algunas de las lecciones clave que se aprendieron del tornado de Joplin y la manera en que se están incorporando al diseño, construcción y planificación de emergencia del nuevo Hospital Mercy de Joplin.

Lección aprendida: Mejorar las ventanas
Lo que primero saltaba a la vista cuando se observaba el hospital eran las ventanas. Casi todas estaban rotas, y recuerdo haber visto muchas cortinas volando por esas ventanas abiertas a medida que nos acercábamos al hospital al día siguiente.

Durante el tornado, perder todas esas ventanas significó que el interior del edificio se encontró de inmediato abierto al viento y todo tipo de elementos, lo que provocó grandes destrozos dentro de las instalaciones. Había pedazos de vidrio roto volando como proyectiles. El viento empujó los corredores interiores sobre los pacientes que se hallaban en las áreas centrales. El viento llegó al cielorraso y voló tejas, accesorios de iluminación, cableado: todo comenzó a caer del cielorraso y a volar por los aires.

Sin embargo, la historia fue diferente en la división de salud conductual, en donde se utilizó esencialmente vidrio de seguridad laminado. Se trata de un requisito del código para la salud conductual: tiene que haber protecciones sobre las ventanas, o las ventanas mismas deben estar hechas de vidrio de seguridad, para que los pacientes no puedan romper el vidrio y usarlo para lastimarse a ellos mismos o a terceros. Esas ventanas se trizaron pero quedaron en su lugar, soportando vientos de más de 200 millas (322 kilómetros) por hora, además del impacto de toda clase de elementos que volaban.

Mantener el exterior de las instalaciones es fundamental para nuestro nuevo plan, y las ventanas son obviamente una parte importante. Todos los vidrios que colocaremos en las nuevas instalaciones serán por lo menos 20% más resistentes que los vidrios de seguridad del hospital antiguo. En un gran número de áreas, incluidas aquellas que no son fundamentales, utilizaremos vidrio de seguridad clasificado para soportar vientos de 140 millas (225 kilómetros) por hora. En nuestras áreas críticas, como la unidad de cuidados intensivos, cuidados intensivos de neonatología, y cuidados intensivos pediátricos, los vidrios deberán poder soportar vientos de 250 millas (402 kilómetros) por hora, que también podrán soportar proyectiles que los golpeen a 100 millas (161 kilómetros) por hora.

Lección aprendida: Reforzar el revestimiento exterior del edificio
También hubo problemas con el revestimiento del edificio. El hospital antiguo contaba con un sistema de acabado de aislación exterior (EIFS, por sus siglas en inglés), un revestimiento sintético liviano que también incluye materiales de aislación. El problema es que no es tan resistente, o a prueba de proyectiles, como el concreto o la piedra. Cuando caminamos por las áreas del hospital que utilizaban EIFS, podían verse fragmentos de vidrio pegados a él y trozos de metal o de placas de madera que lo habían penetrado. Algunos restos pueden atravesar un EIFS.

Las nuevas instalaciones no serán cubiertas con un EIFS en ninguna de las áreas de cuidado de los pacientes. La parte exterior de esas áreas serán de concreto, piedras o ladrillos reforzados, o de concreto prefundido. Toda la parte exterior será de un material más resistente, lo que evitará la clase de daños que vimos en el hospital antiguo y ayudar a prevenir la clase de daños graves en el interior que provocaron caos y lesiones.

Lección aprendida:Instalar un sistema de techo mejorado
El hospital antiguo contaba con techos que eran sólo decks metálicos con aislación de espuma de poliestireno, con sistema de techos sobre ellos. Algunos de esos sistemas de techos incluían lastre, que básicamente estaba compuesto de pequeñas piedras como las que se utilizan en paisajismo. El tornado levantó todas esas piedras y las arrojó con una fuerza increíble, lo que provocó graves daños. Cerca de un cuarto del techo del hospital resultó destruido o gravemente dañado, que fue otra manera en que el viento y mucha cantidad de restos ingresaron al edificio. Afortunadamente, no había pacientes o personal en esas áreas en ese momento, y nadie resultó herido como consecuencia de los daños al techo.

Otras áreas del hospital contaban con techos de concreto; el tornado voló el material de los techos —comúnmente goma— pero el deck de concreto permaneció en su lugar. Por lo tanto, en el nuevo hospital todos los techos serán de concreto con un sistema de techos doble y una membrana impermeable que debería permanecer intacta.

Lección aprendida: Instalar una cubierta reforzada en la entrada

Resulta fundamental asegurar que la entrada permanezca accesible después de un evento como este. Había una acumulación de vehículos justo en la entrada, donde el tornado los había levantado o empujado a través del estacionamiento.

Para garantizar que la entrada quede libre, instalaremos una cubierta reforzada sobre la misma, sostenida por grandes columnas y rodeada por postes para bloquear cualquier elemento que se dirija hacia la entrada. Haremos esto en todas las entradas principales de todos los hospitales del sistema Mercy.

Lección aprendida: Reforzar las escaleras y los accesos exteriores
Encontramos muchos problemas en las escaleras, especialmente las que ascendían hasta un ático que se abría al techo.

El tornado hizo volar muchos de esos áticos, y el viento ingresó por las escaleras y arrancó las placas de yeso de los muros; muchas de esas placas sólo estaban atornilladas. Esa fue otra manera en que se abrió la parte exterior del edificio y se generó mucho caos en el interior. El personal médico tuvo que maniobrar sobre todos esos restos de materiales mientras evacuaban pacientes del hospital.

En lugar de áticos revestidos con paneles metálicos, estarán construidos con tablas endurecidas que utilizan sujetadores especiales que refuerzan la construcción. También utilizaremos antepuertas, que son más resistentes y pesadas que las que se usaron antes del tornado.

Para el interior de las escaleras, utilizaremos las mismas placas endurecidas que se usarán para construir los áticos; son mucho más resistentes que las placas de yeso y no se desmoronarán como éstas. Estarán sostenidas con sujetadores adicionales y sistemas de conectores que harán más difícil que el viento mueva o desplace los paneles.

Lección aprendida: Crear zonas seguras con interior endurecido

La parte interior del hospital sufrió grandes daños durante el tornado. El viento ingresó por todas esas ventanas y voló cielorrasos, los muros de los pasillos sobre los pacientes que se habían resguardado, arrastró máquinas expendedoras de bebidas y arrasó con los muros que rodean el núcleo de los elevadores del edificio, lo que los dejó expuestos a la parte interna del hospital. Evidentemente, necesitábamos crear áreas en donde los pacientes y el personal pudieran estar más seguros dentro del hospital en caso de que necesiten resguardarse.

La nueva instalación incluirá zonas seguras designadas para la evacuación de pacientes. Esencialmente, estas zonas son como refugios de tormentas. Si se recibe una advertencia de 10 o 15 minutos de un tornado, sería imposible trasladar a algunos pacientes de ese piso en esa cantidad de tiempo. La idea es alejarlos de las ventanas, llevarlos a las áreas más internas del piso, y luego reforzar esas áreas de la mejor manera para protegerlos. Los muros de los pasillos de las áreas seguras se prolongarán hasta el deck superior, y los pisos, muros y cielorrasos estarán todos atados con soportes estructurales extra para que la parte interior sea más fuerte y resistente a las fuerzas externas.

Los cielorrasos estarán reforzados con soportes extra. Los accesorios de iluminación estarán sujetos con cables, en forma similar a los sistemas utilizados en áreas sísmicas, para evitar que caigan de los cielorrasos. Las puertas que separan esas áreas seguras de otras áreas del hospital serán de antepuertas de metal, que son más resistentes y pesadas que las puertas interiores comunes y cuentan con armazones más resistentes.

Lección aprendida: Instalar fuentes redundantes de energía primaria
En el hospital anterior, contábamos con una fuente de energía normal. La mayoría de los hospitales deben contar con una sola fuente, no con una fuente redundante normal.

En la nueva instalación, colocaremos dos fuentes de energía normales como la primera defensa. Si perdemos una, igual podremos hacer funcionar todo el hospital con la otra fuente primaria. Nuestro proveedor de energía regional, Empire Electric, enviará las fuentes desde dos plantas de servicio completamente separadas. Si perdemos una subestación, o si perdemos la planta de servicio, la energía normal contará con una segunda subestación transformadora y energía proveniente de una planta diferente. Si también perdemos estas últimas, entonces podemos funcionar con generadores de emergencia, pero con una fuente redundante normal esperamos poder minimizar la necesidad de tener que recurrir a un generador para energía de reserva.

Lección aprendida: Reforzar y proteger las fuentes de energía de reserva
La pérdida de energía nos creó muchos problemas. Cuando se desató el tornado, los transformadores que brindan la energía normal hacia el hospital se perdieron casi de inmediato. El sistema de energía de reserva pudieron accionarse, pero se desactivaron unos segundos después. Los generadores y tanques de combustible del sistema de reserva se encontraban ubicados fuera del edificio y fueron destruidos por las unidades de acondicionamiento de aire y otros elementos que volaron del techo. Por lo que no hubo energía de ninguna clase dentro del hospital, ni siquiera en las áreas de cuidados críticos. Había pacientes conectados a equipos de soporte vital que ya no funcionaban y el personal del hospital andaba a tientas en la oscuridad y sobre los restos caídos tratando de encontrar el equipamiento manual para poder atender a esas personas. La electricidad es el fluido vital del hospital, y si se pierde de golpe, en esas circunstancias, las cosas pueden tornarse extremadamente difíciles.

Las nuevas instalaciones contarán con una planta separada de servicios central que estará albergada en una estructura de concreto reforzado con antepuertas. Esa estructura estará parcialmente enterrada, y el resto quedará rodeada por concreto y ladrillos. También albergará a los generadores de diesel para el suministro de energía de reserva, para que estén protegidos de restos y otros elementos externos, y los tanques de combustible quedarán ubicados en forma subterránea con una protección similar. El código nos exige contar con 24 horas de combustible disponible, pero el nuevo sistema de energía de emergencia contará con 96 horas de combustible, lo que lo convierte en más de un sistema de reserva.

Muchos hospitales utilizan generadores de reserva, que no están preparados para funcionar por una semana, o unos días, o incluso ocho horas. Están hechos para funcionar unas horas por vez, en caso de que ocurra un corte de energía o algo de corta duración. Entonces cuando los hospitales tienen problemas más graves, como el huracán Sandy, se generan problemas con los sistemas de reserva como sobrecalentamiento o mal funcionamiento de los generadores. Se necesita un sistema de reserva que funcione por un período prolongado.

Lección aprendida: Instalar energía de reserva para la energía de reserva

En el hospital anterior, cuando perdíamos los generadores de emergencia, perdíamos todo: no quedaba nada. En las nuevas instalaciones, las áreas críticas utilizarán un fuente de alimentación ininterrumpible (UPS, por sus siglas en inglés), que es una reserva a batería.

Cualquier equipo de soporte vital del hospital contará con un batería UPS conectada. Siempre y cuando el equipo esté allí, éste contará con un sistema UPS para activarlo por un período prolongado hasta que alguien pueda acceder a los pacientes en forma segura. Las reservas a batería también se instalarán en escaleras y en áreas seguras. Aún si se corta la energía durante el día, esos espacios interiores quedarán en la oscuridad sin energía, por lo que necesitamos iluminar esas áreas para una evacuación aún en el peor de los casos y los generadores de emergencia no funcionaran.

Lección aprendida: Reforzar el centro de comando de emergencia

Había un centro de comando de emergencia instalado en el hospital, pero sin energía y con todos los problemas del edificio, no pudo ser utilizado. Tuvo que instalarse en un lugar cercano, en el centro de convenciones de un Holiday Inn, para que pudieran comunicar todos los números de emergencia y otra clase de información al personal del hospital y demás personas.

El centro de comando de emergencia de la nueva instalación se encontrará en un espacio protegido en el nivel inferior, básicamente una gran sala de conferencias con todas las comunicaciones y otros dispositivos para el equipo de gestión de emergencias. También se contará con un remolque portátil de gestión de emergencias, con todas las mismas capacidades de comunicación del centro de comando, que estará estacionado en una ubicación diferente del hospital. Teníamos un remolque portátil en el hospital antiguo, pero se hallaba estacionado en el hospital cuando se desató el tornado, lo que no resultó una gran idea, ya que cuando perdimos el hospital también perdimos el remolque.

John Farnen es director ejecutivo de proyectos estratégicos para Mercy en Chesterfield, Missouri.Scott Sutherlandes editor ejecutivo de NFPA Journal.


Continuar
La evolución del hospital Joplin después de la destrucción del Centro Médico Regional St. John's

1- Hospital de campo Mayo – Septiembre, 2011
Se montó un hospital carpa de 62 camas en el estacionamiento de St. John's una semana

después del tornado. La instalación contaba con una cocina completa, servicios de laboratorio, unidad de cuidados intensivos, farmacia, un departamento de emergencias de servicio casi completo, e instalaciones de cirugía móvil y de imágenes. Las carpas, diseñadas como un hospital de campo militar, pueden soportar vientos de 100 millas (62 kilómetros) por hora.

2- Hospital portátil Septiembre 2011 – Abril 2012
Después de pasar el verano en las instalaciones de la carpa, la mayor parte del hospital temporal se había trasladado a un hospital de componentes reforzados —esencialmente una
serie de cajas conectadas sobre pilotes, ubicadas en un estacionamiento— para finales de septiembre. La nueva instalación brindaba mejor protección para el clima invernal que se acercaba. También ofrecía un necesario aumento de espacio interior. Con alrededor de 35,000 pies cuadrados (3,252 metros cuadrados), incluía pasillos y habitaciones semi-privadas que podían alojar camas de hospital de tamaño normal. La capacidad para pacientes era casi la misma del hospital carpa. Sin embargo, muchos servicios auxiliares permanecieron ubicados en remolques separados.

3- Hospital de componentes Abril 2012 – Marzo 2015 (proyectado)
El mes de abril pasado, las operaciones se trasladaron a un nuevo hospital de componentes
de valuado en USD 105 millones. John Farnen, director ejecutivo de proyectos estratégicos de Mercy, la compañía madre del hospital, informa que las unidades de construcción para la estructura de dos pisos se fabricaron en California, se transportaron a Missouri por camión y se conectaron de manera similar a una unidad de remolques modular. Se tardó alrededor de ocho meses en diseñar y construir las instalaciones de aproximadamente 160,000 pies cuadrados (14,864 metros cuadrados), comenta Farnen, e incluyen 110 camas y cuatro salas de operación. Todos los laboratorios, imágenes y otros servicios se encuentran en la estructura en lugar de unidades móviles. El hospital de componentes está equipado con alarmas de humo y rociadores de incendio automáticos.

4- Hospital Permanente
Se inició la construcción del hospital permanente de 327 camas valuado en USD 500 millones
en enero de 2012. Se calcula que las nuevas instalaciones, ubicadas en un terreno a tres millas (cinco kilómetros) de St. John’s, se inaugurarán a comienzos de 2015.


Energía de emergencia + NFPA 99 y NFPA 110
Por Jonathan Hart 


El huracán Sandy puso de relieve la importancia de la energía de emergencia en las instalaciones para el cuidado de la salud

En los últimos años, una variedad de desastres naturales nos han hecho recordar lo que puede suceder con la energía de emergencia vital cuando el clima nos juega una mala pasada. Desde la tormenta tropical Allison de 2001, el huracán Katrina de 2005 hasta el tornado EF5 que asoló Joplin, Missouri, en 2011, y, más recientemente, el huracán Sandy, hemos sido testigos de una procesión continua de eventos que han sobrepasado a los sistemas de energía de emergencia de las instalaciones para el cuidado de la salud de todo el país.

Inundaciones, la falla de equipamiento antiguo y la destrucción de infraestructura de reserva, como bombas de combustible, han provocado el corte del sistema eléctrico esencial, o energía de emergencia, que permite que las instalaciones continúen funcionando y brindando un nivel adecuado de cuidado y seguridad tanto a los pacientes como al personal. Entre las perdurables imágenes del huracán Sandy se encuentran las de los doctores, enfermeras y socorristas de emergencia evacuando pacientes a oscuras por las escaleras de los hospitales de la Ciudad de Nueva York, mientras las ambulancias hacían fila para llevarlos a otras instalaciones.

Algunos expertos en climatología predicen que en el futuro habrá una gran cantidad de tormentas cada vez más grandes, pero eso no significa que los hospitales y otras instalaciones para el cuidado de la salud tengan que soportar las problemas asociados con la pérdida de energía de emergencia.

Dos documentos de NFPA —NFPA 99, Código Instalaciones de Cuidado de la Salud, y NFPA 110, Norma para los sistemas de energía de reserva y de emergencia— abordan los problemas primarios relacionados con la energía de emergencia para los hospitales. NFPA 99 exige el uso de energía de emergencia, comúnmente provista por generadores, y establece qué áreas de la instalación para cuidados de la salud o funciones, sistemas y equipamiento debe conectarse para el restablecimiento automático del sistema de energía de emergencia.

Ciertas funciones deben restablecerse dentro de los 10 segundos de la pérdida de energía normal, incluidas las previstas para funciones de seguridad de vida, como iluminación de los medios de egreso y señalización de salida. También incluyen áreas y equipamiento críticos, como equipamiento fijo de las salas de operación, donde una falla eléctrica puede tener graves consecuencias negativas en el cuidado del paciente.

Otras características importantes del edificio, aunque menos críticas, como los equipos de calefacción y los ascensores deben estar conectados a la energía de emergencia pero se permite su restablecimiento a intervalos apropiados una vez que se haya restablecido la energía en las áreas más críticas. Esta energía sólo puede suministrarse cuando la fuente de energía de emergencia se halle funcionando correctamente.

NFPA 110, una parte de la cual se incluye en NFPA 99, aborda esta fuente de energía de emergencia, el suministro de energía para emergencias (EPS, por sus siglas en inglés), y, junto con sus componentes complementarios, el sistema de suministro de energía para emergencias (EPSS, por sus siglas en inglés). (Para más información sobre sistemas de suministro de energía para emergencias, vea la columna “Seguridad eléctrica” de esta edición).

Uno de los requisitos para ubicar el EPSS establece que la habitación, refugio o edificio separado en el cual se aloja el equipamiento debe estar diseñado e ubicado a fin de minimizar los daños provocados por las inundaciones. El material del anexo asociado recomienda que el equipamiento del EPSS se encuentre ubicado por sobre niveles de inundaciones previamente conocidas, cuando sea posible.

Tanto NFPA 99 como NFPA 110 abordan el mantenimiento y puesta a prueba de los sistemas de energía de emergencia para instalaciones para el cuidado de la salud. Debe efectuarse un mantenimiento de rutina, detallado en NFPA 110, para garantizar que la energía de emergencia pueda cumplir con el requisito del restablecimiento de energía de 10 segundos. Se exige una puesta a prueba mensual (por lo menos 12 veces al año a intervalos entre 20 y 40 días) de la fuente de energía de emergencia con carga durante 30 minutos. Por lo menos cada tres años, todo el EPSS debe ponerse a prueba continuamente por cuatro horas.

El huracán Sandy y las fallas de energía de emergencia resultantes han suscitado preguntas críticas sobre lo adecuado de estos requisitos. Por ejemplo, ¿por qué NFPA 99 no exige que más áreas o funciones dentro de los hospitales estén conectadas a la energía de emergencia? ¿Por qué NFPA 110 no requiere que el equipamiento de energía de emergencia esté ubicado por encima de niveles de inundaciones previas en lugar de sólo minimizar los daños provocados por inundaciones? ¿Son los requisitos de puesta a prueba de los generadores suficientes para garantizar que funcionarán por períodos prolongados—por días en lugar de horas— en algunos desastres? Estas son todas preguntas razonables, y es muy probable que los comités técnicos responsables las aborden en la edición 2015 de NFPA 99 y la edición 2016 de NFPA 110.

Resulta importante tener en cuenta que estos documentos están escritos como normas mínimas para el desempeño, instalación y puesta a prueba de los sistemas de energía de emergencia. Cada instalación, diseñador, autoridad de cumplimiento u otra entidad puede expandir o mejorar estos requisitos mínimos bajo su propio criterio. Cuando los códigos y normas se cumplen, se espera que se brinde un nivel adecuado de seguridad de vida y confiabilidad. Se encuentra disponible orientación de diferentes grupos sobre "expandir y mejorar" los requisitos mínimos, como el Sentinel Event Alert de la Comisión Conjunta, número 37, que específicamente ofrece orientación sobre instalaciones para el cuidado de la salud a fin de reducir el riesgo de fallas de energía de emergencia. (Para más información, visite jointcommission.org e ingrese “37” en "buscar").

Cuando ocurren fallas, los requisitos de NFPA 99 de gestión de emergencias pueden ayudar a reducir el impacto (ver “Prepararnos para lo peor”). Garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico es el enfoque preferido, pero una planificación, capacitación o ejecución adecuados de un plan de operaciones de emergencia también pueden hacer que una situación sea mejor de controlar. La gestión de emergencia incluye la identificación de riesgos, el desarrollo de estrategias para mitigar los efectos de estos riesgos y la creación de planes para prepararse, responder y recuperarse de una emergencia.

Las fallas de energía que se generaron después del huracán Sandy se están analizando para poder aprender de ellas y gestionar desastres naturales futuros. Nos recuerdan lo fundamental que son los sistemas eléctricos esenciales y su integridad respecto de las instalaciones para el cuidado de la salud. Mientras que las fallas suscitan preguntas críticas sobre los requisitos de los códigos y normas actuales, también es importante destacar que un gran número de instalaciones para el cuidado de la salud no exigían la evacuación y que la energía de emergencia funcionó correctamente durante el corte de energía, lo que les permitió soportar el ingreso de pacientes de aquellas instalaciones que sí requerían una evacuación.

Jonathan Hart es ingeniero asociado de protección de incendio de NFPA y enlace de personal para NFPA 99.


lunes, 27 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #103

Prepararnos para lo peor
Por Fred Durso, JR.

La súper tormenta Sandy obligó la evacuación de los hospitales y puso a prueba los procedimientos de emergencia de las instalaciones de cuidados de la salud a lo largo de la Costa Este. ¿Pueden las nuevas disposiciones de NFPA 99 asegurar que las cosas vayan mejor la próxima vez que el clima nos juegue una mala pasada?


Entre los muchos hospitales afectados con la súper tormenta Sandy se encontraba el Centro Médico Universitario Hoboken, de Hoboken, Nueva Jersey. La tormenta provocó la inundación del hospital, destruyó valiosos equipos radiológicos y obligó al hospital a cerrar por dos semanas. (Foto: AP/Wide World)

El 29 de octubre, al poco tiempo de dar a luz a su hijo Cole en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, las ventanas de la habitación de Margaret Chu comenzaron a sacudirse. Afuera estaba rugiendo la súper tormenta Sandy, que ya había destruido diferentes áreas a lo largo de la costa este antes de golpear la Ciudad de Nueva York. Chu trató de mantener la calma mientras las luces de su habitación titilaban y luego se apagaban. Sandy había provocado el corte de la energía en la zona sur de Manhattan y creado una oleada que inundó el sótano del hospital, lo que destruyó las bombas que suministraban combustible a los generadores de emergencia del hospital del piso 13. La evacuación era inminente.

Con la ayuda de personal del hospital y socorristas de emergencia con linternas, Chu bajó los 13 pisos por la escalera a pie mientras personal del hospital evacuaba a su hijo recién nacido. Vio a otras mujeres que habían tenido familia recientemente y a pacientes muy graves —algunos conectados a vías endovenosas y otros equipos médicos— siendo transportados en "trineos médicos" plásticos, utilizados en rescates de emergencia, o en los brazos de los socorristas. “Todos estaban bastante calmados”, Chu le dijo a Associated Press. “Lo llamaría caos organizado”.

Los rescatistas atravesaron las oscuras escaleras hasta 15 veces para evacuar los 325 pacientes del hospital, incluidos bebés de la unidad de cuidados intensivos de neonatología que se hallaban recibiendo asistencia de respiradores accionados a batería. Luego los pacientes fueron transportados a 14 instalaciones diferentes del área del Gran Nueva York. (Langone brindó estas cifras, pero no aceptaron tener una entrevista con NFPA Journal para esta historia).

Según la Asociación de Hospitales del Gran Nueva York, que ayudó a coordinar las evacuaciones, alrededor de 6,000 personas fueron trasladadas de una serie de instalaciones para el cuidado de la salud en la Ciudad de Nueva York —hogares de cuidados intermedios y instalaciones de día para adultos entre ellas— incluidos cinco hospitales de la ciudad. “El hecho de que ningún paciente haya fallecido o resultado gravemente herido como resultado de la tormenta deja a las claras el increíble trabajo realizado por equipos de personas dedicadas, quienes se comunican en forma regular todo el año sobre cómo prepararse para una serie de situaciones potenciales de emergencia”, informa Susan C. Waltman, vicepresidente ejecutiva y defensora general de la asociación. “La comunicación, la cooperación y la colaboración son elementos fundamentales para el éxito de cualquier plan de preparación para una emergencia”.

Dado que la evacuación es considerada la situación más desfavorable de los escenarios de cuidados de la salud, la súper tormenta Sandy ha dado pie a discusiones sobre los déficits de los procedimientos de planificación de emergencia de estas instalaciones, en forma similar a lo que ocurrió después de que el huracán Katrina destruyera Nueva Orleans y la Costa del Golfo en 2005. Los funcionarios de gestión de emergencia de las ciudades golpeadas por Sandy y de otras regiones se encuentran investigando las fallas de la energía de emergencia que ocurrieron durante la tormenta y la manera en que se puede evitar una recurrencia. Los expertos en cuidados de la salud entrevistados por NFPA Journal conocen la importancia de este problema, pero también destacan un esfuerzo efectivo para lograr una preparación operativa después de Katrina que podría explicar por qué las evacuaciones de Nueva York salieron tan bien. Por ejemplo, la edición 2012 de NFPA 99, Código para Instalaciones de Cuidado de la Salud, ha reafirmado disposiciones que ayudan a identificar vulnerabilidades de riesgo y a organizar un plan de operaciones de emergencia. La Comisión Conjunta, que certifica y acredita a más de 19,000 organizaciones de cuidado de la salud en los EE.UU., también ha reafirmado disposiciones similares que reflejan elementos de NFPA 99. Las instalaciones de cuidado a largo plazo han creado planes de ayuda mutua más estrictos que incluyen ejercicios de evacuación de emergencia obligatorios.

“En algunas situaciones alentadoras que he visto [en los hospitales afectados por Sandy], si un hospital se quedaba sin energía, no tenían que evacuarlo porque ya tenían planes preparados para esa eventualidad”, dice Chad Beebe, director de códigos y normas de la Sociedad Estadounidense de Ingeniería del Cuidado de la Salud (ASHE, por sus siglas en inglés) y miembro del Comité de Instalaciones de Cuidado de la Salud de NFPA 99. “Creo que eso deja a las claras su planificación y cuidado de sus pacientes. Para las instalaciones que sufrieron una evacuación, también se trata de una historia con final feliz".

Estableciendo la norma
Después del huracán Katrina, el comité de NFPA 99 se propuso actualizar ampliamente las disposiciones del código sobre la gestión de una emergencia. Con el Capítulo 12 dedicado a este tema, la edición 2012 de NFPA 99 incluye una sección sobre el la creación de un análisis de vulnerabilidad de riesgo (HVA, por sus siglas en inglés), que identifica amenazas —naturales, creadas por el hombre, o tecnológicas— a una instalación y los impactos sobre los pacientes y el personal. El código también incluye una lista de estrategias de mitigación para eliminar los riesgos identificados.

Una vez que se ha establecido un HVA, NFPA 99 recomienda que las instalaciones de cuidado de la salud desarrollen un plan de operaciones de emergencia (EOP, por sus siglas en inglés) a fin de abordar funciones críticas dentro de una instalación durante una emergencia. Un componente del EOP consiste en brindar los "recursos y activos" adecuados, como vehículos para transportar al personal, a los pacientes y al equipamiento durante una evacuación. Capacitar al personal sobre el EOP y probar el plan mediante ejercicios funcionales o a escala real por lo menos dos veces al año son disposiciones adicionales que apuntan a mantener un énfasis en la planificación de emergencia.

“También requerimos actualizaciones anuales del HVA y EOP, que desempeñarán un papel fundamental en las instalaciones de cuidado de la salud en Nueva York y en otros lados”, afirma Jonathan Hart, enlace de personal de NFPA para NFPA 99. “Pueden haber pensado que Sandy era una tormenta que sucedía cada 100 años. Ahora que ya saben que es una posibilidad, una planificación adecuada los puede ayudar a prepararse para la siguiente".

La respuesta ante una afluencia de nuevos arribos durante un desastre —que ocurrió en la Ciudad de Nueva York cuando 14 hospitales recibieron pacientes de hospitales evacuados— también se cubre en el código. La sección sobre "capacidad de reacción de las víctimas" brinda orientación sobre la evaluación de las víctimas y los riesgos que pueden representar para terceros.

La Comisión Conjunta también sintió la necesidad de expandir su orientación sobre preparación para emergencias. El Manual Integral de Acreditaciones para Hospitales ha reforzado las disposiciones sobre la gestión de emergencias que se modelaron en base al Capítulo 12 de NFPA 99. Antes de 2009, los requisitos formaban parte de un pequeño subgrupo de otro capítulo, dice George Mills, director del Departamento de Ingeniería de la Comisión. “Todos han demostrado un gran empuje para crear [un EOP]”, dice sobre la directriz del manual para que las instalaciones organicen un plan. "Nuestros peritos han descubierto que las organizaciones han hecho un gran trabajo con la preparación. Ha habido un alto nivel de cumplimiento en cuanto al desarrollo de estos planes".

Practicar el EOP es otro requisito de la Comisión que resultó invaluable cuando un tornado EF5, uno de los más poderosos de la historia, destruyó el Centro Médico Regional St. John's de Joplin, Missouri, el años pasado. Mills dice que el personal del hospital ensayó una serie de estrategias de evacuación dos meses antes del tornado, pero sólo uno pareció el más efectivo en ese escenario. “Cuando llegó el momento de efectuar la evacuación, maniobraron colchones por la escaleras con personas encima, como si fueran trineos”, informa Mills. “Evacuaron 183 pacientes en 90 minutos sin heridos. Una organización puede preguntar: ‘¿cuál es el valor de un ejercicio?’ Evacuar todas esas personas en un edificio a oscuras deja de manifiesto la buena preparación".

Practicar simulacros
La práctica hace al maestro en los hogares de cuidados intermedios, instalaciones de vivienda asistidos, y otros centros de cuidado a largo plazo. Russell Phillips and Associates, una empresa consultora sobre administración de incendios, códigos y emergencias, ha estado ayudando a estas instalaciones a desarrollar planes de ayuda mutua a partir de un incendio intencional de 1982 que generó la evacuación de un hogar de cuidados intermedios de 404 pacientes en Rochester, Nueva York. A pesar de que no se registraron muertes en ese incidente, temporalmente no se supo el paradero de los residentes durante su reubicación a otros hospitales del área. Un año después, Russell Phillips creó un plan de ayuda mutua que incluyó protocolos para rastrear a los pacientes.

La compañía ha expandido sus planes con el tiempo y ha incluido orientación sobre el cuidado de los recursos y activos de emergencia. “Suministros, personal, equipamiento y transporte son algunas cosas que se necesitan para sostener la infraestructura si uno se encuentra aislado”, dice Scott Aronson, Director de Russell Phillips. “En el 99% de los casos se puede evitar una evacuación si se cuenta con lo necesario”.

Sin embargo, las evacuaciones son inevitables en ciertas situaciones, por lo cual Russell Phillips alienta a las instalaciones para el cuidado de la salud a efectuar simulacros a escala real que aborden una serie de desastres. (Por ejemplo, este verano boreal se realizaron ejercicios de práctica en hogares de cuidados intermedios de Massachusetts simulando un huracán inminente). Los simulacros tienden a cubrir componentes similares, como una evaluación rápida de la situación de las instalaciones, movilización de recursos, determinación del lugar adonde se puede transportar un paciente o residente, la gestión e información a los familiares de las acciones tomadas y el rastreo de los pacientes. Hasta la fecha, se han efectuado planes de ayuda mutua y simulacros de evacuaciones en más de 950 instalaciones de cuidados a largo plazo en Connecticut, Massachusetts, Nueva York y Washington. Este año, Russell Phillips planea sumar 91 hogares de cuidados intermedios de Rhode Island.

Aronson admite que la preparación para las emergencias ha recibido justamente una gran cantidad de atención y apoyo, pero también nota algunos desafíos. “Los fondos reservados para la preparación se han reducido en forma sustancial y siguen achicándose”, informa. “El gran desafío será si los fondos se desviarán internamente para apoyar el endurecimiento de la infraestructura a largo plazo, o se verá este tema más a corto plazo y se dirá: ‘Sólo tengamos un buen plan de evacuación’. No estoy seguro de dónde irán los dólares".

Mientras tanto, los expertos de cuidado de la salud siguen analizando información tras el paso de la súper tormenta Sandy. ASHE se encuentra peritando unos 500 hospitales afectados por la tormenta a fin de evaluar los planes de gestión de emergencia y los sistemas eléctricos de los edificios. “Creo firmemente que [NFPA 99] resulta adecuado como está”, dice Beebe de ASHE, “pero deseamos encontrar una validación a través de esta investigación”; y, si fuera necesario, áreas en donde el código puede expandirse, también.


Lecciones de Katrina
Los siguientes pasajes son del suplemento "Respuesta y Recuperación de Gestión de Emergencia de Cuidado de la Salud: Nueva Orleans”, que puede encontrarse en la edición 2012 de la Guía de NFPA 99, disponible para su compra en nfpa.org. El suplemento explica la respuesta ante emergencia frente al huracán Katrina en establecimiento de cuidado de la salud y las lecciones aprendidas desde un punto de vista operacional.

El 29 de agosto de 2005, el huracán Katrina azotó la Costa del Golfo de Louisiana y

Mississippi como un fuerte huracán de Categoría 3. Este fue el huracán más costoso de la historia de los Estados Unidos. Antes de Katrina, la planificación de cuidados de la salud hacía hincapié en permanecer en el lugar en vez de efectuar una evacuación como una estrategia. Esto resultó ser un error fatal en algunos casos, principalmente en instalaciones de cuidados a largo plazo.

Revisión de lo que salió mal
Las personas responsables de implementar un plan de desastre con antelación a una tormenta serán criticados por evacuar o no evacuar. Nunca se había practicado o planeado por completo una evacuación de la magnitud sufrida durante el huracán Katrina. El desplazamiento de pacientes desde el lugar de una catástrofe resulta posible si se cuenta con tiempo, planificación y recursos. Las necesidades de vivienda, alimentación, vestimenta, educación y cuidados de la salud de los pacientes desplazados de un área metropolitana importante se hallan fuera del alcance de la mayoría de los planes actuales.

La evacuación de pacientes es una de las tareas más peligrosas que puede enfrentar una instalación. El trauma físico y la tensión mental del desplazamiento [puede ser] suficiente para justificar el rechazo de una evacuación. Sin embargo, a medida que las organizaciones se fueron enterando de las consecuencias de quedarse, se llegó a un punto en que los pacientes corrían más riesgos quedándose en el lugar.

Recomendaciones: Evacuación de cuidados de la salud
La mayor mejora que puede efectuarse es identificar el punto exacto en que resulta obligatoria la evacuación de las instalaciones de cuidado de la salud. Una evacuación resulta extremadamente costosa y peligrosa, como lo es la decisión de quedarse y capear la tormenta. En algún punto, la balanza se inclina hacia el otro lado y debe implementarse una evacuación. Actualmente, la planificación de desastre no cuenta con una lista de control pre-aprobada con puntos de equilibrio para quedarse o iniciar la evacuación.

La experiencia es la única guía confiable [para ayudar a decidir si los pacientes deben quedarse o evacuarse]. Las personas que se encuentran con soporte vital, son muy agresivas o nacieron en forma prematura pueden morir si se las traslada del medio de cuidados de la salud debido a una evacuación. Esos mismo pacientes pueden morir si no son evacuados y los servicios de soporte dejan de funcionar. Durante Katrina se tomaron las dos decisiones. Sin embargo, la comodidad relativa del paciente puede mejorarse drásticamente cuando se cuenta con un servicio completo. Por lo tanto, la evacuación debe completarse lo suficientemente temprano para brindar a los pacientes en cuidado crítico el tiempo para ser transportados con un soporte adecuado para garantizar su supervivencia y, además, su comodidad y cuidado.

Deben realizarse simulacros o prácticas de evacuación en respuesta a un desastre para brindar al administrador y a los médicos una comprensión cabal de cuándo se ha alcanzado o superado un límite.


Norma de evacuación
Un documento de NFPA en desarrollo servirá para guiar las evacuaciones a gran escala.



En su reunión de agosto de 2012, el Consejo de Normas de NFPA aprobó la creación de una nueva norma que brindará orientación sobre elementos esenciales de evacuación masiva. La decisión del Consejo se tomó después de una cumbre de febrero donde los grupos de interés clave —incluidos NFPA, la Asociación de Gobernadores Nacionales, y la Asociación Internacional de Jefes de Cuerpos de Bomberos— abordaron el tema de la evacuación masiva y recomendaron que NFPA tomara la iniciativa para crear una guía de planificación para emergencias.

La norma, que todavía no tiene nombre, brindará criterios sobre etapas y roles de evacuación a socorristas de emergencia, funcionarios elegidos, funcionarios de gestión de emergencia y planificadores de preparación frente a una emergencia. Las instalaciones para el cuidado de la salud también obtendrán beneficios de esta orientación, dice Orlando Hernández, el enlace de personal de NFPA que supervisa este proyecto. "Supongamos que hay un descarrilamiento de trenes, con una pérdida de productos químicos y una columna dirigiéndose hacia un hospital”, dice Hernández.

“La norma brindará orientación sobre la opción de quedarse en el lugar o evacuar las instalaciones. Los funcionarios les darán esa notificación para que puedan poner su propio plan en acción”. NFPA ha garantizado un presidente del comité técnico para la nueva norma y se encuentra en el proceso de analizar solicitudes para otros miembros del comité. El Consejo de Normas analizará todas las solicitudes en su reunión del mes de marzo.



jueves, 23 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #102

Solo Humanos
Por Kathleen H. Almand, P.E., FSFPE

Un sorprendente y bien recibido énfasis sobre el comportamiento humano y la seguridad contra incendios

En junio, viajé a Londres para asistir a Interflam, una conferencia de investigaciones globales sobre la ciencia y la ingeniería de seguridad contra incendios. El trabajo de la Fundación para Investigaciones de Protección contra Incendios está guiado por las necesidades de los comités técnicos de la NFPA, y es en consecuencia, muy aplicado por naturaleza. La conferencia fue una rara oportunidad para mí, de pasar algún tiempo considerando más puramente la investigación.

En base a la dimensión de la conferencia y a la cantidad de jóvenes investigadores que asistían, puedo afirmar que la comunidad de la investigación científica ciertamente está prosperando. Investigadores de todo el mundo presentaron más de 100 trabajos a más de 350 participantes globales, y esta diversidad y este sabor internacional es muy alentador. A pesar de los reportados recortes en las investigaciones financiadas por el gobierno, el crecimiento de programas académicos en la protección contra incendios y en la ingeniería de la seguridad contra incendios, está aportando una fresca ola de recursos a los problemas que se presentan. de la seguridad contra incendios.

Una de las cosas que me impactó de manera particular fue el crecimiento exponencial de trabajos que buscan aplicar la comprensión del comportamiento humano a la mejora de la seguridad contra incendios. Durante los 3 días que duró la conferencia, el El programa incluyó incluía 14 presentaciones por parte de investigadores de 11 países diferentes sobre este tema, durante los tres días que duró la conferencia, un desarrollo sorprendente a los ojos de una ingeniera estructural como yo que continúa encontrando una gran parte del comportamiento humano difícil de comprender. En mi mirada, la naturaleza de este trabajo ha virado desde la investigación por observación—el cómo y el porqué del comportamiento durante un incendio—hasta la aplicación de ese trabajo al diseño de la seguridad contra incendios e incluso hasta la codificación de disposiciones de seguridad en nuestros códigos y normas.

La División de Análisis e Investigaciones de Incendio de la NFPA, en particular Rita Fahy, gerente de sistemas y bases de datos de incendio, ha estado largamente interesada en esta área, y está asumiendo un rol de liderazgo en esta disciplina. La Sociedad de Ingenieros de Protección contra Incendios y la Organización Internacional de Normalización, cuentan con programas activos para integrar la cuantificación de algunos aspectos del comportamiento humano, particularmente el egreso, en métodos de ingeniería y la NFPA ha incorporado nuevos aportes sobre el comportamiento humano en nuestros códigos y normas.

Investigaciones internacionales sobre el comportamiento humano en túneles, por ejemplo, están informando disposiciones en NFPA 130, Sistemas de tránsito sobre rieles fijos y sistemas de transporte ferroviario de pasajeros. La Fundación para Investigaciones de Protección contra Incendios patrocinó recientemente una diversidad de proyectos en la materia, incluidos trabajos para respaldar el desarrollo de cláusulas asociadas al uso de ascensores combinado con escaleras en in estrategias de evacuación mixta; para apoyar el desarrollo de estrategias efectivas de mensajería para edificios y campus en respuesta a diversas amenazas; y para mejorar nuestra comprensión de la respuesta humana a nuevas fuentes de luz propuestas para las señales de emergencia estroboscópicas.

Uno de los aspectos más desafiantes sobre cómo de integrar el comportamiento humano al diseño, así como en los códigos y normas, es el de su gran variabilidad. Pero los mejorados métodos numéricos de la actualidad y la capacidad de las computadoras han contribuido a transformar este fascinante, pero tan desafiante aspecto de la ciencia de la seguridad contra incendios, en un diseño variable que puede utilizarse en una cantidad de maneras diferentes.

Cuando consideramos este proceso, debemos aplaudir a los líderes de la NFPA que décadas atrás tuvieron la visión de reconocer la importancia futura de la ciencia del comportamiento humano y colaboraron en el asentamiento de las bases para NFPA, y para todos aquellos que utilizan sus códigos y normas y que se benefician con ello.

Kathleen H. Almand, P.E., FSFPE, es directora ejecutiva de la Fundación para Investigaciones de Protección contra Incendios



lunes, 20 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #101

Viking ESFR Sprinklers Meet UL Requirements For High Clearance Storage

Viking is pleased to announce that it has successfully completed all fire tests and requirements for the UL 1767 compliance program for “high clearance” storage. This compliance program, which has a deadline of September 2, 2014, establishes additional test criteria to evaluate all manufacturers’ ESFR sprinklers in rack storage scenarios with 20 ft or greater distance between the top of the highest stored commodity and the ceiling.
Specifically, the UL compliance program addresses maximum ceiling heights of 40 ft and higher, which is relevant for ESFR sprinklers with a K factor of 16.8 and larger. New limitations in NFPA 13 limit the use of K14 ESFR sprinklers to a maximum ceiling height of 35 ft. The following Viking ESFR sprinklers, as a result of successfully meeting the new requirements, will retain the same UL Listings that exist today
following the September 2 deadline:
  • Model VK503 – K16.8 ESFR Pendent Sprinkler
  • Model VK504 – K16.8 ESFR Dry Pendent Sprinkler
  • Model VK506 – K22.4 ESFR Pendent Sprinkler
  • Model VK510 – K25.2 ESFR Pendent Sprinkler

These sprinklers, as currently manufactured and produced in the past, already meet the new UL 1767 requirements for high clearance storage. As such, no changes to these sprinklers and their associated UL Listings will be necessary following the September 2, 2014 deadline. For additional information, please refer to Viking Technical Bulletin F_012114.



jueves, 16 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #100

SIEMENS
Fuente de Poder VESDA
120VAC

ESPECIFICACIONES PARA INGENIEROS Y ARQUITECTOS
• Entrada de 120 VCA/60 Hz
• Corriente de alimentación continua de 1.5 amp. a 27.6 VCC
• Salida filtrada y regulada electrónicamente
• Supervisión de fallas de CA (Corriente Alternante) (con Contacto Forma "C")
• Supervisión de fallas de CA baja (Contacto Forma "C")
• Supervisión de la batería
• Cargador incorporado para baterías de tipo gel o plomo-ácido selladas
• Transferencia automática a batería de emergencia cuando falla la CA
• Indicador LED para entrada de CA
• Listado por , Listado ULC; Aprobado por: CSFM, NYMEA & FM

Descripción
La Fuente de Poder VESDA es capaz de proporcionar energía con respaldo de batería para todas  la familia de productos de detección de Humo por Láser (VESDA). La Fuente de Poder VESDA puede energizar desde un solo detector a múltiples unidades dependiendo de la configuración. Proporciona energía de 24 voltios al sistema VESDA y tiene la habilidad adicional de convertir la energía (CA) para cargar las baterías.

Instalación
Los modelos de Fuente de Poder VESDA VPS- 100US y VPS-300US son fuentes de poder limitadas en energía. Convierten la entrada de 120 VCA/60Hz a salidas limitadas en energía de 24 VCC. Estas unidades están destinadas para uso en aplicaciones que requieran equipos listados por UL para señalización en sistemas de protección contra incendios.
La VPS-200US o VPS-300US debe instalarse de conformidad con el código eléctrico nacional, NFPA 72 y de conformidad con cualesquiera reglamentaciones locales. Véase en los diagramas de alambrado las conexiones apropiadas.

Información sobre Fallas
Se proporciona un indicador de Falla de Suministro de Energía mediante un contacto de relé seco (Forma C) que cambia su estado debido a las siguientes condiciones:

• Pérdida de la Entrada de CA
• Bajo voltaje de entrada de CA
• Pérdida del voltaje de la batería
• Un corto circuito en los terminales de la batería.
• Un corto circuito en cualquiera de las salidas de energía de CC

Capacidades de las Fuentes de Poder
LaserPLUS o LaserSCANNER
La VPS-100US-XXX proporciona energía para: 1 LaserPLUS o LaserSCANNER, o hasta 5 Unidades Remotas (Caja Individual) o una unidad para Sub-bastidor. Requerimientos para las baterías: (2) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.

La VPS-300-US-XXX proporciona energía para: hasta 3 detectores LaserPLUS o LaserSCANNER, o hasta 15 Unidades Remotas (Caja Individual) o hasta 3 unidades para Sub-bastidor.
Requerimientos para las baterías:
- 2 detectores o 2 sub-bastidores o 10 remotas requieren (4) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.
- 3 detectores o 3 sub-bastidores o 15 remotas requieren (6) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.

Láser COMPACT
La VPS-100US-XXX proporciona energía para: 2 detectores LaserCOMPACT o hasta 5 Unidades Remotas (Caja Individual) o una unidad para Subbastidor.
Requerimientos para la batería: (2) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.

La VPS-300-US-XXX proporciona energía para: hasta 6 detectores LaserCOMPACT, hasta 15 Unidades Remotas (Caja Individual) o hasta 3 unidades para Sub-bastidor.
Requerimientos para la batería:
- 4 detectores o 2 sub-bastidores o 10 remotas requieren (4) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.
- 6 detectores o 3 sub-bastidores o 15 remotas requieren (6) baterías de 12 voltios/12 Amp.-hora.

Especificaciones
Componentes:
La VPS-100US consiste de tres componentes principales: la caja de montaje, el transformador y la tarjeta principal. Usa dos baterías de respaldo (se suministran separadamente).

La VPS-300US consiste de una Fuente de Poder VPS-100US y un Gabinete para Batería VBC-001. Conjuntamente albergan hasta 6 baterías (suministradas separadamente).
Nota: La Fuente de Poder VESDA utiliza baterías plomo-ácido selladas. 12 VCC, 12 AMP./horas.
Para pedirlas use el modelo VBT-012 (mínimo 2).

Entrada:
120 VCA/60Hz; 1.4 amp. máximo.

Salida:
27.6 VCC (normal).
Máxima Corriente de Salida Total Disponible: 1.5 amps.
Máxima Corriente de Salida cuando solo se usa un circuito: 1.2 amps.
Máxima Corriente de Salida cuando se usan las 3 salidas: 500mA/circuito.

Dimensiones (Anch/Alt/Prof):
13.9" x 9" x 4.5"

Peso:
VPS-100US 10 libras sin baterías
VBC-001 6 libras sin baterías

Temperatura de Operación:
Ambiente de la Fuente de Poder: 32º a 120º F
(0º a 49º C)
Humedad: 10 - 95% Humedad Relativa sincondensación

Relé de Fallas:
Relé de falla común especificaciones 2A @ 30 VCC
(Forma C: NA/NC)
Durante la operación normal, el relé de reporte de falla de la fuente está energizado
Acceso para Cables:
Perforaciones de 1 pulgada en diversas posiciones
Terminaciones de Cables:

Bloques terminales con tornillo 30 - 12 AWG



martes, 14 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #99


De los Detectores de Incendio
Limitaciones de los Sistemas de Alarma de Incendio 


Los fabricantes recomiendan que los detectores de humo y/o calor sean colocados a lo largo de la edificación a proteger siguiendo las recomendaciones de la última edición de la norma NFPA 72 - Código Nacional de Alarma, las instrucciones del fabricante, las normas locales, y las recomendaciones contenidas en la Guía para el Uso Apropiado de Detectores de Humo de Sistema, la cual está disponible sin costo para todos los instaladores. Un estudio hecho por la Federal Emergency Management Agency indicó que los detectores de humo pueden no funcionar en tanto como un 35% de todos los incendios. Mientras que los sistemas de alarma se diseñan para dar una advertencia en caso de un incendio, ellos no garantizan advertencia o protección contra incendios. Cualquier sistema de alarma está sujeto a compromiso o falla para advertir debido a un sinnúmero de razones. Por ejemplo:


Las partículas de combustión o "humo" de un incendio en desarrollo pueden no alcanzar las cámaras de detección del detector porque:
  • El flujo puede ser inhibido por barreras tales como puertas semicerradas, paredes o chimeneas.
  • Las partículas de humo se "enfrían" y se estratifican, pudiendo no alcanzar el techo o las paredes superiores donde los detectores están localizados.
  • Las partículas de humo pueden ser sopladas lejos de los detectores por salidas de aire.
  • Las partículas de humo pueden ser succionadas por retornos de aire antes de alcanzar el detector.

En general, no se puede esperar que los detectores de humo en un nivel de la estructura detecten fuegos que se desarrollan en otro nivel.

  • La cantidad de "humo" presente puede ser insuficiente para disparar los detectores. Los detectores de humo se diseñan para que se disparen a varios niveles de densidad de humo. Si tales densidades no se crean durante un incendio en el lugar de los detectores, los detectores no actuarán.
  • Los detectores de humo, aunque estén operando correctamente, tienen limitaciones de detección. Los detectores que tienen cámaras de detección foto-electrónicas tienden a detectar mejor fuegos que arden sin llama que aquellos flameantes, que tienen menos humo visible. Los detectores que tienen cámaras de detección del tipo ionizante tienden a detectar mejor fuegos rápidos flameantes que los fuegos sin llama. Debido a que los fuegos se desarrollan de diferentes maneras y a menudo son impredecibles en su crecimiento, ningún tipo de detector es necesariamente mejor, y un tipo dado de detector puede no dar una advertencia adecuada de un incendio.
  • Los detectores de humo están sujetos a falsas alarmas y alarmas fastidiosas. Por ejemplo, un detector localizado dentro o cerca de una cocina puede dispararse fastidiosamente durante la operación normal de los aparatos de la cocina. Además, ambientes con polvo o vapor pueden causar que un detector de alarmas falsas. Si la ubicación de un detector de humo ocasiona bastantes falsas alarmas o alarmas fastidiosas, no se debe desconectar el detector; llame a un profesional para que analice la situación y recomiende una solución.
  • No se puede esperar que los detectores de humo provean una advertencia adecuada a incendios premeditados, por niños jugando con fósforos, por fumar en la cama, por explosiones violentas (causadas por escapes de gas, almacenamiento inapropiado de materiales inflamables, etc).
  • Los detectores de calor no detectan partículas de combustión y se diseñan para dar alarma solo cuando el calor en sus sensores aumenta a una tasa predeterminada o alcanza un nivel predeterminado. Los detectores de calor se diseñan para proteger la propiedad, no la vida.
  • Los dispositivos de advertencia (incluyendo cornetas, sirenas y campanas) pueden no alertar a la gente o despertar durmientes que están del otro lado de puertas cerradas o semiabiertas. Un dispositivo de alarma que se active en un nivel o piso diferente de una vivienda o estructura tiene menos probabilidad de despertar o alertar a las personas. Aún personas que estén despiertas pueden no notar la alarma si ésta esta amortiguada por un radio, tocadiscos, aire acondicionado o cualquier otro aparato, o por tráfico que esté pasando. Los dispositivos audibles de alarma pueden no alertar a las personas con defectos de audición (se deben proveer luces estroboscópicas u otros dispositivos para alertar a estas personas). Cualquier dispositivo puede fallar en alertar a personas con discapacidades, durmientes profundos, personas que hayan estado recientemente bajo la influencia de alcohol o drogas, medicinas o pastillas para dormir.

Hay que notar que:

a) Las luces estroboscópicas pueden, bajo ciertas circunstancias, causar ataques a las personas con condiciones tales como epilepsia.

b) Hay estudios que muestran que ciertas personas, aun cuando escuchen una señal de alarma de incendio, no responden o no comprenden el significado de la señal. Es la responsabilidad del dueño el conducir simulacros de incendio y otros ejercicios de entrenamiento para sensibilizarlas a las alarmas de incendio e instruirlas en reaccionar apropiadamente a estas alarmas.

c) En caso raros, el sonido de un dispositivo de alerta puede causar pérdida temporal o permanente de la audición.
  • Las líneas telefónicas que se necesitan para transmitir señales de alarma desde una edificación hasta una estación central pueden estar fuera de servicio o temporalmente fuera de servicio. Para añadir protección a una falla de la línea telefónica, se recomienda tener un respaldo de transmisión por radio.
  • Los componentes de sistema, aunque diseñados para durar por muchos años, pueden fallar en cualquier momento. Como una medida de precaución, se recomienda que los detectores se chequeen, mantengan y reemplacen de acuerdo las recomendaciones del fabricante.
  • Los componentes del sistema no funcionarán sin energía eléctrica. Si no se les da servicio a las baterías, o se reemplacen periódicamente, estas no proveerán respaldo de baterías cuando falle la CA.
  • Los ambientes con una alta velocidad del aire o que son polvorientos o sucios requerirán mantenimiento frecuente.

En general, los sistemas de alarma de incendio y sus dispositivos no funcionarán sin electricidad y no funcionarán adecuadamente a menos que se mantengan y prueben regularmente.

Aunque el instalar un sistema de alarma de incendio puede hacer que el dueño sea elegible para descuentos en la póliza de seguros, un sistema de alarma de incendio no es un sustituto del seguro. Los dueños de propiedad deben continuar actuando prudentemente protegiendo las premisas y la gente en las premisas, y deben asegurar apropiadamente la vida y la propiedad y adquirir cantidades suficientes de seguro contra daños para cubrir sus necesidades.