lunes, 27 de enero de 2014

@TecniTipsGANB #103

Prepararnos para lo peor
Por Fred Durso, JR.

La súper tormenta Sandy obligó la evacuación de los hospitales y puso a prueba los procedimientos de emergencia de las instalaciones de cuidados de la salud a lo largo de la Costa Este. ¿Pueden las nuevas disposiciones de NFPA 99 asegurar que las cosas vayan mejor la próxima vez que el clima nos juegue una mala pasada?


Entre los muchos hospitales afectados con la súper tormenta Sandy se encontraba el Centro Médico Universitario Hoboken, de Hoboken, Nueva Jersey. La tormenta provocó la inundación del hospital, destruyó valiosos equipos radiológicos y obligó al hospital a cerrar por dos semanas. (Foto: AP/Wide World)

El 29 de octubre, al poco tiempo de dar a luz a su hijo Cole en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, las ventanas de la habitación de Margaret Chu comenzaron a sacudirse. Afuera estaba rugiendo la súper tormenta Sandy, que ya había destruido diferentes áreas a lo largo de la costa este antes de golpear la Ciudad de Nueva York. Chu trató de mantener la calma mientras las luces de su habitación titilaban y luego se apagaban. Sandy había provocado el corte de la energía en la zona sur de Manhattan y creado una oleada que inundó el sótano del hospital, lo que destruyó las bombas que suministraban combustible a los generadores de emergencia del hospital del piso 13. La evacuación era inminente.

Con la ayuda de personal del hospital y socorristas de emergencia con linternas, Chu bajó los 13 pisos por la escalera a pie mientras personal del hospital evacuaba a su hijo recién nacido. Vio a otras mujeres que habían tenido familia recientemente y a pacientes muy graves —algunos conectados a vías endovenosas y otros equipos médicos— siendo transportados en "trineos médicos" plásticos, utilizados en rescates de emergencia, o en los brazos de los socorristas. “Todos estaban bastante calmados”, Chu le dijo a Associated Press. “Lo llamaría caos organizado”.

Los rescatistas atravesaron las oscuras escaleras hasta 15 veces para evacuar los 325 pacientes del hospital, incluidos bebés de la unidad de cuidados intensivos de neonatología que se hallaban recibiendo asistencia de respiradores accionados a batería. Luego los pacientes fueron transportados a 14 instalaciones diferentes del área del Gran Nueva York. (Langone brindó estas cifras, pero no aceptaron tener una entrevista con NFPA Journal para esta historia).

Según la Asociación de Hospitales del Gran Nueva York, que ayudó a coordinar las evacuaciones, alrededor de 6,000 personas fueron trasladadas de una serie de instalaciones para el cuidado de la salud en la Ciudad de Nueva York —hogares de cuidados intermedios y instalaciones de día para adultos entre ellas— incluidos cinco hospitales de la ciudad. “El hecho de que ningún paciente haya fallecido o resultado gravemente herido como resultado de la tormenta deja a las claras el increíble trabajo realizado por equipos de personas dedicadas, quienes se comunican en forma regular todo el año sobre cómo prepararse para una serie de situaciones potenciales de emergencia”, informa Susan C. Waltman, vicepresidente ejecutiva y defensora general de la asociación. “La comunicación, la cooperación y la colaboración son elementos fundamentales para el éxito de cualquier plan de preparación para una emergencia”.

Dado que la evacuación es considerada la situación más desfavorable de los escenarios de cuidados de la salud, la súper tormenta Sandy ha dado pie a discusiones sobre los déficits de los procedimientos de planificación de emergencia de estas instalaciones, en forma similar a lo que ocurrió después de que el huracán Katrina destruyera Nueva Orleans y la Costa del Golfo en 2005. Los funcionarios de gestión de emergencia de las ciudades golpeadas por Sandy y de otras regiones se encuentran investigando las fallas de la energía de emergencia que ocurrieron durante la tormenta y la manera en que se puede evitar una recurrencia. Los expertos en cuidados de la salud entrevistados por NFPA Journal conocen la importancia de este problema, pero también destacan un esfuerzo efectivo para lograr una preparación operativa después de Katrina que podría explicar por qué las evacuaciones de Nueva York salieron tan bien. Por ejemplo, la edición 2012 de NFPA 99, Código para Instalaciones de Cuidado de la Salud, ha reafirmado disposiciones que ayudan a identificar vulnerabilidades de riesgo y a organizar un plan de operaciones de emergencia. La Comisión Conjunta, que certifica y acredita a más de 19,000 organizaciones de cuidado de la salud en los EE.UU., también ha reafirmado disposiciones similares que reflejan elementos de NFPA 99. Las instalaciones de cuidado a largo plazo han creado planes de ayuda mutua más estrictos que incluyen ejercicios de evacuación de emergencia obligatorios.

“En algunas situaciones alentadoras que he visto [en los hospitales afectados por Sandy], si un hospital se quedaba sin energía, no tenían que evacuarlo porque ya tenían planes preparados para esa eventualidad”, dice Chad Beebe, director de códigos y normas de la Sociedad Estadounidense de Ingeniería del Cuidado de la Salud (ASHE, por sus siglas en inglés) y miembro del Comité de Instalaciones de Cuidado de la Salud de NFPA 99. “Creo que eso deja a las claras su planificación y cuidado de sus pacientes. Para las instalaciones que sufrieron una evacuación, también se trata de una historia con final feliz".

Estableciendo la norma
Después del huracán Katrina, el comité de NFPA 99 se propuso actualizar ampliamente las disposiciones del código sobre la gestión de una emergencia. Con el Capítulo 12 dedicado a este tema, la edición 2012 de NFPA 99 incluye una sección sobre el la creación de un análisis de vulnerabilidad de riesgo (HVA, por sus siglas en inglés), que identifica amenazas —naturales, creadas por el hombre, o tecnológicas— a una instalación y los impactos sobre los pacientes y el personal. El código también incluye una lista de estrategias de mitigación para eliminar los riesgos identificados.

Una vez que se ha establecido un HVA, NFPA 99 recomienda que las instalaciones de cuidado de la salud desarrollen un plan de operaciones de emergencia (EOP, por sus siglas en inglés) a fin de abordar funciones críticas dentro de una instalación durante una emergencia. Un componente del EOP consiste en brindar los "recursos y activos" adecuados, como vehículos para transportar al personal, a los pacientes y al equipamiento durante una evacuación. Capacitar al personal sobre el EOP y probar el plan mediante ejercicios funcionales o a escala real por lo menos dos veces al año son disposiciones adicionales que apuntan a mantener un énfasis en la planificación de emergencia.

“También requerimos actualizaciones anuales del HVA y EOP, que desempeñarán un papel fundamental en las instalaciones de cuidado de la salud en Nueva York y en otros lados”, afirma Jonathan Hart, enlace de personal de NFPA para NFPA 99. “Pueden haber pensado que Sandy era una tormenta que sucedía cada 100 años. Ahora que ya saben que es una posibilidad, una planificación adecuada los puede ayudar a prepararse para la siguiente".

La respuesta ante una afluencia de nuevos arribos durante un desastre —que ocurrió en la Ciudad de Nueva York cuando 14 hospitales recibieron pacientes de hospitales evacuados— también se cubre en el código. La sección sobre "capacidad de reacción de las víctimas" brinda orientación sobre la evaluación de las víctimas y los riesgos que pueden representar para terceros.

La Comisión Conjunta también sintió la necesidad de expandir su orientación sobre preparación para emergencias. El Manual Integral de Acreditaciones para Hospitales ha reforzado las disposiciones sobre la gestión de emergencias que se modelaron en base al Capítulo 12 de NFPA 99. Antes de 2009, los requisitos formaban parte de un pequeño subgrupo de otro capítulo, dice George Mills, director del Departamento de Ingeniería de la Comisión. “Todos han demostrado un gran empuje para crear [un EOP]”, dice sobre la directriz del manual para que las instalaciones organicen un plan. "Nuestros peritos han descubierto que las organizaciones han hecho un gran trabajo con la preparación. Ha habido un alto nivel de cumplimiento en cuanto al desarrollo de estos planes".

Practicar el EOP es otro requisito de la Comisión que resultó invaluable cuando un tornado EF5, uno de los más poderosos de la historia, destruyó el Centro Médico Regional St. John's de Joplin, Missouri, el años pasado. Mills dice que el personal del hospital ensayó una serie de estrategias de evacuación dos meses antes del tornado, pero sólo uno pareció el más efectivo en ese escenario. “Cuando llegó el momento de efectuar la evacuación, maniobraron colchones por la escaleras con personas encima, como si fueran trineos”, informa Mills. “Evacuaron 183 pacientes en 90 minutos sin heridos. Una organización puede preguntar: ‘¿cuál es el valor de un ejercicio?’ Evacuar todas esas personas en un edificio a oscuras deja de manifiesto la buena preparación".

Practicar simulacros
La práctica hace al maestro en los hogares de cuidados intermedios, instalaciones de vivienda asistidos, y otros centros de cuidado a largo plazo. Russell Phillips and Associates, una empresa consultora sobre administración de incendios, códigos y emergencias, ha estado ayudando a estas instalaciones a desarrollar planes de ayuda mutua a partir de un incendio intencional de 1982 que generó la evacuación de un hogar de cuidados intermedios de 404 pacientes en Rochester, Nueva York. A pesar de que no se registraron muertes en ese incidente, temporalmente no se supo el paradero de los residentes durante su reubicación a otros hospitales del área. Un año después, Russell Phillips creó un plan de ayuda mutua que incluyó protocolos para rastrear a los pacientes.

La compañía ha expandido sus planes con el tiempo y ha incluido orientación sobre el cuidado de los recursos y activos de emergencia. “Suministros, personal, equipamiento y transporte son algunas cosas que se necesitan para sostener la infraestructura si uno se encuentra aislado”, dice Scott Aronson, Director de Russell Phillips. “En el 99% de los casos se puede evitar una evacuación si se cuenta con lo necesario”.

Sin embargo, las evacuaciones son inevitables en ciertas situaciones, por lo cual Russell Phillips alienta a las instalaciones para el cuidado de la salud a efectuar simulacros a escala real que aborden una serie de desastres. (Por ejemplo, este verano boreal se realizaron ejercicios de práctica en hogares de cuidados intermedios de Massachusetts simulando un huracán inminente). Los simulacros tienden a cubrir componentes similares, como una evaluación rápida de la situación de las instalaciones, movilización de recursos, determinación del lugar adonde se puede transportar un paciente o residente, la gestión e información a los familiares de las acciones tomadas y el rastreo de los pacientes. Hasta la fecha, se han efectuado planes de ayuda mutua y simulacros de evacuaciones en más de 950 instalaciones de cuidados a largo plazo en Connecticut, Massachusetts, Nueva York y Washington. Este año, Russell Phillips planea sumar 91 hogares de cuidados intermedios de Rhode Island.

Aronson admite que la preparación para las emergencias ha recibido justamente una gran cantidad de atención y apoyo, pero también nota algunos desafíos. “Los fondos reservados para la preparación se han reducido en forma sustancial y siguen achicándose”, informa. “El gran desafío será si los fondos se desviarán internamente para apoyar el endurecimiento de la infraestructura a largo plazo, o se verá este tema más a corto plazo y se dirá: ‘Sólo tengamos un buen plan de evacuación’. No estoy seguro de dónde irán los dólares".

Mientras tanto, los expertos de cuidado de la salud siguen analizando información tras el paso de la súper tormenta Sandy. ASHE se encuentra peritando unos 500 hospitales afectados por la tormenta a fin de evaluar los planes de gestión de emergencia y los sistemas eléctricos de los edificios. “Creo firmemente que [NFPA 99] resulta adecuado como está”, dice Beebe de ASHE, “pero deseamos encontrar una validación a través de esta investigación”; y, si fuera necesario, áreas en donde el código puede expandirse, también.


Lecciones de Katrina
Los siguientes pasajes son del suplemento "Respuesta y Recuperación de Gestión de Emergencia de Cuidado de la Salud: Nueva Orleans”, que puede encontrarse en la edición 2012 de la Guía de NFPA 99, disponible para su compra en nfpa.org. El suplemento explica la respuesta ante emergencia frente al huracán Katrina en establecimiento de cuidado de la salud y las lecciones aprendidas desde un punto de vista operacional.

El 29 de agosto de 2005, el huracán Katrina azotó la Costa del Golfo de Louisiana y

Mississippi como un fuerte huracán de Categoría 3. Este fue el huracán más costoso de la historia de los Estados Unidos. Antes de Katrina, la planificación de cuidados de la salud hacía hincapié en permanecer en el lugar en vez de efectuar una evacuación como una estrategia. Esto resultó ser un error fatal en algunos casos, principalmente en instalaciones de cuidados a largo plazo.

Revisión de lo que salió mal
Las personas responsables de implementar un plan de desastre con antelación a una tormenta serán criticados por evacuar o no evacuar. Nunca se había practicado o planeado por completo una evacuación de la magnitud sufrida durante el huracán Katrina. El desplazamiento de pacientes desde el lugar de una catástrofe resulta posible si se cuenta con tiempo, planificación y recursos. Las necesidades de vivienda, alimentación, vestimenta, educación y cuidados de la salud de los pacientes desplazados de un área metropolitana importante se hallan fuera del alcance de la mayoría de los planes actuales.

La evacuación de pacientes es una de las tareas más peligrosas que puede enfrentar una instalación. El trauma físico y la tensión mental del desplazamiento [puede ser] suficiente para justificar el rechazo de una evacuación. Sin embargo, a medida que las organizaciones se fueron enterando de las consecuencias de quedarse, se llegó a un punto en que los pacientes corrían más riesgos quedándose en el lugar.

Recomendaciones: Evacuación de cuidados de la salud
La mayor mejora que puede efectuarse es identificar el punto exacto en que resulta obligatoria la evacuación de las instalaciones de cuidado de la salud. Una evacuación resulta extremadamente costosa y peligrosa, como lo es la decisión de quedarse y capear la tormenta. En algún punto, la balanza se inclina hacia el otro lado y debe implementarse una evacuación. Actualmente, la planificación de desastre no cuenta con una lista de control pre-aprobada con puntos de equilibrio para quedarse o iniciar la evacuación.

La experiencia es la única guía confiable [para ayudar a decidir si los pacientes deben quedarse o evacuarse]. Las personas que se encuentran con soporte vital, son muy agresivas o nacieron en forma prematura pueden morir si se las traslada del medio de cuidados de la salud debido a una evacuación. Esos mismo pacientes pueden morir si no son evacuados y los servicios de soporte dejan de funcionar. Durante Katrina se tomaron las dos decisiones. Sin embargo, la comodidad relativa del paciente puede mejorarse drásticamente cuando se cuenta con un servicio completo. Por lo tanto, la evacuación debe completarse lo suficientemente temprano para brindar a los pacientes en cuidado crítico el tiempo para ser transportados con un soporte adecuado para garantizar su supervivencia y, además, su comodidad y cuidado.

Deben realizarse simulacros o prácticas de evacuación en respuesta a un desastre para brindar al administrador y a los médicos una comprensión cabal de cuándo se ha alcanzado o superado un límite.


Norma de evacuación
Un documento de NFPA en desarrollo servirá para guiar las evacuaciones a gran escala.



En su reunión de agosto de 2012, el Consejo de Normas de NFPA aprobó la creación de una nueva norma que brindará orientación sobre elementos esenciales de evacuación masiva. La decisión del Consejo se tomó después de una cumbre de febrero donde los grupos de interés clave —incluidos NFPA, la Asociación de Gobernadores Nacionales, y la Asociación Internacional de Jefes de Cuerpos de Bomberos— abordaron el tema de la evacuación masiva y recomendaron que NFPA tomara la iniciativa para crear una guía de planificación para emergencias.

La norma, que todavía no tiene nombre, brindará criterios sobre etapas y roles de evacuación a socorristas de emergencia, funcionarios elegidos, funcionarios de gestión de emergencia y planificadores de preparación frente a una emergencia. Las instalaciones para el cuidado de la salud también obtendrán beneficios de esta orientación, dice Orlando Hernández, el enlace de personal de NFPA que supervisa este proyecto. "Supongamos que hay un descarrilamiento de trenes, con una pérdida de productos químicos y una columna dirigiéndose hacia un hospital”, dice Hernández.

“La norma brindará orientación sobre la opción de quedarse en el lugar o evacuar las instalaciones. Los funcionarios les darán esa notificación para que puedan poner su propio plan en acción”. NFPA ha garantizado un presidente del comité técnico para la nueva norma y se encuentra en el proceso de analizar solicitudes para otros miembros del comité. El Consejo de Normas analizará todas las solicitudes en su reunión del mes de marzo.



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