¿Es posible modificar los comportamientos preventivos en los
trabajadores?
La
conducta que adopta un trabajador está relacionada directamente con la forma
que tiene una persona de comportarse en diversos ámbitos de su vida cotidiana.
Propaganda, trípticos,
píldoras informativas: Tiene que contener información específica, clara y
positivista.Sería un error pensar que el
simple hecho de que un trabajador reciba una adecuada formación teórico y
práctica adecuada en función al puesto de trabajo que desempeña en una
organización, sea condición suficiente para conseguir una idónea actitud que
derive en conductas seguras y por tanto en una reducción de los índices de
siniestralidad laboral.
La conducta que adopta un trabajador está relacionada directamente con la forma que tiene una persona de comportarse en diversos ámbitos de su vida cotidiana. Con esto quiero decir que el término puede emplearse como sinónimo de comportamiento, ya que se refiere a las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno.
Por esto, es decisivo incidir cognitivamente en la persona, para aumentar las posibilidades de éxito en la minimización de accidentes en nuestra organización, consiguiendo posicionamientos más seguros frente a las situaciones de peligro y acercamiento hacia el respeto y cumplimiento de las medias de seguridad y salud establecidas en el Sistema de Prevención de la empresa.
Las acciones más importantes que pueden contribuir a aumentar considerablemente la consolidación de cultura preventiva en toda organización tienen su eje central en las aportaciones que realiza la Alta Dirección de la empresa, su implicación debe de servir como ejemplo para conseguir un calado importante entre todos los trabajadores.
Cuando la dirección está concienciada y los trabajadores perciben este compromiso por la seguridad, resulta viable emprender estrategias para fomentar la cultura preventiva entre estos, y con ello poder actuar para conseguir la motivación en los aspectos relacionados con la prevención, ya que el receptor estará más accesible para que su conducta sea moldeada en base a los conocimientos y percepciones recibidas en cuanto a la adecuada implantación de las normas de seguridad y salud establecidas en el Sistema de Gestión de la Prevención de la empresa.
Es indiscutible que cuando el trabajador es consciente de que las responsabilidades de acciones resultantes de la aplicación práctica de la prevención o la omisión de está, es compartida entre él y la dirección, es más sencillo conseguir los objetivos deseados en todo plan de prevención, ya que se produce una sinergia bidireccional que ejerce un enriquecimiento importante del sistema de gestión implantado.
Por lo tanto, los directivos, mandos intermedios y personal designado en materia de prevención, deben de adoptar una conducta ejemplar en materia de seguridad laboral, y sus acciones han de servir como modelo para que la estrategia que definamos para fomentar la cultura preventiva, tenga como base una sólida estructura para empezar a levantar los cimientos de nuestro sistema preventivo, en búsqueda de la reducción de accidentes y por tanto a potenciar positivamente el clima laboral.
Desde los servicios de prevención son diversas la técnicas cognitivas que podremos emplear para tratar incidir positivamente en la mejora y modificación de la conducta de un trabajador, entre ellas:
La conducta que adopta un trabajador está relacionada directamente con la forma que tiene una persona de comportarse en diversos ámbitos de su vida cotidiana. Con esto quiero decir que el término puede emplearse como sinónimo de comportamiento, ya que se refiere a las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno.
Por esto, es decisivo incidir cognitivamente en la persona, para aumentar las posibilidades de éxito en la minimización de accidentes en nuestra organización, consiguiendo posicionamientos más seguros frente a las situaciones de peligro y acercamiento hacia el respeto y cumplimiento de las medias de seguridad y salud establecidas en el Sistema de Prevención de la empresa.
Las acciones más importantes que pueden contribuir a aumentar considerablemente la consolidación de cultura preventiva en toda organización tienen su eje central en las aportaciones que realiza la Alta Dirección de la empresa, su implicación debe de servir como ejemplo para conseguir un calado importante entre todos los trabajadores.
Cuando la dirección está concienciada y los trabajadores perciben este compromiso por la seguridad, resulta viable emprender estrategias para fomentar la cultura preventiva entre estos, y con ello poder actuar para conseguir la motivación en los aspectos relacionados con la prevención, ya que el receptor estará más accesible para que su conducta sea moldeada en base a los conocimientos y percepciones recibidas en cuanto a la adecuada implantación de las normas de seguridad y salud establecidas en el Sistema de Gestión de la Prevención de la empresa.
Es indiscutible que cuando el trabajador es consciente de que las responsabilidades de acciones resultantes de la aplicación práctica de la prevención o la omisión de está, es compartida entre él y la dirección, es más sencillo conseguir los objetivos deseados en todo plan de prevención, ya que se produce una sinergia bidireccional que ejerce un enriquecimiento importante del sistema de gestión implantado.
Por lo tanto, los directivos, mandos intermedios y personal designado en materia de prevención, deben de adoptar una conducta ejemplar en materia de seguridad laboral, y sus acciones han de servir como modelo para que la estrategia que definamos para fomentar la cultura preventiva, tenga como base una sólida estructura para empezar a levantar los cimientos de nuestro sistema preventivo, en búsqueda de la reducción de accidentes y por tanto a potenciar positivamente el clima laboral.
Desde los servicios de prevención son diversas la técnicas cognitivas que podremos emplear para tratar incidir positivamente en la mejora y modificación de la conducta de un trabajador, entre ellas:
- Manuales de
procedimientos, fichas de seguridad, protocolos, etc. Deben ser
específicos, adaptados a la normativa actual y que sirvan de consulta para
todos los trabajadores con independencia a su experiencia. Tienen que
contener instrucciones claras y sencillas que eviten confusiones y por
tanto no consigamos que su aplicación dé como resultado el efecto
contrario al deseado. No olvidemos que son de carácter obligatorio.
- Pictogramas/Señales y
carteles informativos. Tenemos que tener claro que son buenos, pero son
simplemente recordatorios de riesgos que no han podido ser eliminados.
- Divulgación de consejos
prácticos. Debemos de personalizarlos, causarán sin lugar a duda, un buen
efecto entre los trabajadores.
- Incentivos del
reconocimiento. Es importante resaltar las buenas conductas preventivas de
los trabajadores. Por ejemplo, resaltar en público el interés de una persona
por la cultura preventiva, y darle las gracias por contribuir en la
creación de un escenario seguro, esto sin lugar a dudas es una
gratificación moral importante para cualquier trabajador, y hará que
continúe en la misma línea.
- El sistema tiene que actuar
con autoridad en los casos en los que sea necesario pero midiendo las
acciones, ya que de actuar de un modo demasiado coercitivo pueden lesionar
gravemente el clima laboral y producir un retroceso importante en nuestro
proyecto preventivo.
- Asignar responsabilidad
al personal designado en prevención, con el fin de hacerles participes de
la estructura organizativa del plan de prevención, resaltando su función y
contribución en la política de seguridad y salud de la organización.
En todos los sistemas de gestión de la prevención deben existir procedimientos que tengan como fin el mantenimiento de las óptimas condiciones de seguridad, buenas prácticas, instrucciones técnicas operativas, protocolos de actuación, etc., pero antes de inyectarlos al circuito de gestión preventiva de la empresa, se debe de tener claro y formular un plan de mejora de los comportamiento, partiendo desde el principio, y siendo conocedor de cuáles son los problemas reales de la organización, centrando nuestros esfuerzos en ellos, y como ya he comentado anteriormente, la participación de la Alta Dirección y responsables de empresa es primordial.
Está claro que nadie tiene dudas en referencia a la complejidad de la conducta humana no solo en el trabajo sino en otras situaciones de la vida, pero también debemos de tener claro, que cuanto más complicados hagamos nuestros Sistemas de Gestión de la seguridad y salud, esta conducta será menos modificable y será más frágil ante diversos ataques externos e internos que podrían dañar el entorno laboral y que deriven en situaciones de riesgo para el trabajador y para el resto de personas que interactúan en su entorno laboral.
¿Qué estrategia
general podemos seguir para inducir a la seguridad entre los trabajadores?
En mi opinión, estos cuatro puntos deben de tenerse en cuenta en toda estrategia establecida que tenga como fin un cambio de actitud y por consiguiente la implantación y mantenimiento de una buena cultura preventiva en la organización:
- Impartir una formación que asegure la adquisición de técnicas que desarrollen la habilidad del trabajador para realizar tareas cotidianas de forma segura. Para ello es básico:
- Elegir muy bien los
recursos formativos.
- La metodología debe de
fomentar el interés del trabajador.
- Compaginar teoría con
práctica adaptada a casos reales y crear situaciones en las que el
trabajador se pueda ver reflejado y visualice consecuencias de actos inseguros,
activando de esta manera su recuerdo a futuro.
- Facilitar manuales de
procedimientos, diseñados tal y como hemos comentado anteriormente.
- Se debe de percibir por parte del trabajador, que la empresa revisa las condiciones de seguridad de manera constructiva, a través de auditorias del sistema de prevención.
- Se fomentará la participación de todos los trabajadores. Es importante crear un adecuado procedimiento de comunicación y participación con herramientas de gestión prácticas, como, por ejemplo, poner en funcionamiento un buzón de consultas y propuestas de mejora.
En definitiva, sí es posible aplicar técnicas que modifiquen el comportamiento del trabajador, pero es una evidencia que no es un trabajo sencillo y que deberemos prestar atención y desarrollar una correcta estrategia, con el fin de que nuestro proyecto sea “seguro” y consigamos garantizar la seguridad y salud de todos los trabajadores.
Por:
José Ignacio Piñar Montalbán
Técnico Superior en
Prevención de Riesgos Laborales
en las especialidades
de Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial
y Ergonomía y
Psicosociología Aplicada
Fuente: Prevention World
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