martes, 11 de febrero de 2014

@TecniTipsGANB #107

La prevención comienza por casa
Por Julian Arcila


En México, el Hospital Shriners para Niños, atiende – entre otras condiciones médicas, a menores afectados por quemaduras, y cuenta con instalaciones que cumplen con la normativa de la NFPA para la protección contra incendios.

Los Hospitales Shriners para Niños son una reconocida organización sin fines de lucro donde la atención ofrecida se centra en la familia y está dedicada a la atención pediátrica especializada, innovación y educación de profesionales de la medicina. Con sedes en varias ciudades de Estados Unidos, en Montreal (Canadá) y la Ciudad de México, la red de entidades médicas ofrece atención gratuita de primer nivel para niños hasta los 18 años que tienen condiciones ortopédicas, quemaduras, lesiones en la médula espinal, fisura labial y palatina.

El único hospital de la cadena localizado en América Latina está en la Ciudad de México, una de las urbes más pobladas del planeta (más de 8 millones en la ciudad propiamente dicha y alrededor de 21 millones de habitantes sumando las zonas urbanas aledañas). La construcción de dicha edificación se inició en 2003 y terminó en 2006. Uno de los objetivos del proyecto era cuidar siempre la seguridad de pacientes y empleados, y que las instalaciones cumplieran con normativas internacionales, principalmente en lo que respecta a la protección contra incendios, para lo cual se trabajó duramente para ceñirse al NFPA 99, Código para Instalaciones de Cuidado de la Salud.

Así siendo, el esfuerzo de los Hospitales Shriners para Niños, y el de México no es la excepción, se extiende más allá de la atención médica, para incluir la prevención y educación de la comunidad. De acuerdo con la licenciada Araceli Nagore, administradora de la entidad, cada año la cadena dedica una semana para realizar un programa de prevención contra quemaduras, en donde se habla con los pacientes sobre prácticas de prevención de accidentes e incendios.

Un diseño de categoría mundial
El diseño del edificio de 311,000 pies cuadrados que hoy alberga el Hospital Shriners se hizo en Estados Unidos y estuvo a cargo del estudio de arquitectura SLAM Collaborative. La edificación incluye 80 camas para pacientes internados, cuatro quirófanos y varios espacios de toma de imágenes, rehabilitación física y atención de pacientes externos. El diseño combina una estética que sigue el estilo modernista mexicano y encaja en el diseño contextual de las comunidades aledañas. A esto se le suma que cumple con todas las regulaciones, códigos y normas de este tipo de edificaciones en los Estados Unidos.

Cuando se diseñó, el proyecto se envió a firmas de arquitectura e ingeniería locales para que analizaran los planos y verificaran que cumplían también con la normatividad nacional, que en algunos aspectos varía de la estadounidense. De acuerdo con el Ing. Hugo García, Director de Ingeniería y Mantenimiento, cuando se hizo la comparación sólo hubo una diferencia pequeña relacionada con el cableado utilizado. Para ese entonces en México, tratándose de un edificio público, la norma mexicana exigía que los cables fueran del tipo bajo humo y así se hizo. Un elemento muy importante es que el constructor siempre estuvo pendiente de que el edificio se construyera en consonancia con la normativa local, además de la internacional.

Rociadores, la punta de lanza del sistema de protección contra incendios
El Ing. García nos cuenta que todo el hospital se encuentra protegido con rociadores y el tipo de rociador utilizado depende del área donde esté instalado, es decir que las oficinas y salas (rociadores colgantes) están cubiertas por un equipo diferente al que está instalado en una bodega (rociadores para empotrar, instalados en áreas con carga calórica más alta).

En la etapa inicial de desarrollo del proyecto (diseño y construcción) no se había considerado la instalación de rociadores en las salas de cómputo, pues se pensaba que lo fundamental era proteger el edificio, y no los datos. Sin embargo, con el correr del tiempo se determinó la instalación de rociadores en esta área también, pero sin sistemas especiales de protección, pues los datos, se salvan semanalmente en Tampa, Florida (EE.UU.).

Además de los rociadores, el hospital también está protegido contra incendios con sistemas secos. No hay muchos instalados, pero los que están, se hallan en áreas externas, expuestas a la intemperie, en donde las tuberías pueden llegar a congelarse (aunque los casos de congelamiento en Ciudad de México no son muchos). Ejemplos de áreas con sistemas secos son el andén de carga y los áticos, que por lo general están casi siempre a la temperatura ambiente.

Ahora, el Ing. García explicó que también hay zonas externas, como las subestaciones, que están protegidas por rociadores, al igual que los cuartos eléctricos. Los quirófanos también están cubiertos por sistemas de rociadores.

Mangueras, importante complemento al sistema de rociadores
Los rociadores y los sistemas secos están apoyados por mangueras interiores. En cada piso existen entre 6 y 9 mangueras a las que, cada año se les hacen pruebas, activándolas, para verificar que estén en buen estado y que no estén rotas o picadas; también se controla que el pitón funcione correctamente. Además de las mangueras, el Ing. García explicó que el hospital cuenta con hidrantes exteriores de 2.5 pulgadas (64 mm) que también entran dentro del programa anual de pruebas y activación.

Dicho procedimiento se realiza durante lo que se conoce como un puente largo (un fin de semana con días feriados) para que, en la medida de lo posible, no se perturbe a los pacientes. En estas pruebas se activan todos los sistemas de alarma y se hacen mediciones, como por ejemplo los tiempos en que se activan las alarmas ante una situación determinada, los tiempos en que sale el agua por las mangueras e hidrantes, el tiempo en el que se activan las alarmas en los sistemas de control (tuberías verticales). La idea es que dichas alarmas se activen en un tiempo razonable, tal como dicta NFPA 25, Norma para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas hidráulicos de protección contra incendios.

Uno de los elementos particulares de las pruebas que se hacen con los hidrantes de 2.5 pulgadas es su manejo, pues no es nada sencillo operarlos y se requieren de hasta tres personas entrenadas previamente para manejar las mangueras y los chiflones. Estos chiflones están en proceso de sustitución por unidades con mango (agarradera) y que son de cierre de compuerta, para hacer más sencilla su operación.

Coordinación, el factor de éxito de los procedimientos de protección
En México, el Hospital Shriners para Niños tiene un eficiente y medido programa de respuesta ante las alarmas, en el que se coordinan elementos humanos (brigadas contra incendio) con procedimientos y elementos tecnológicos (alarmas contra incendio y equipos de protección física o seguridad electrónica).

Las brigadas contra incendio están activas las 24 horas, a la par de la operación del hospital. Dichos cuerpos están integrados principalmente por personal de mantenimiento y seguridad y su dirección está a cargo del Coordinador de Riesgos e Inventarios. “Él es el que nos apoya, el que coordina esta brigada además de otros miembros de mantenimiento, especialmente del área de seguridad. La brigada funciona a través de un núcleo básico de personal que está disponible para atender cualquier incidente, pero también se combina con personal de oficina”, explicó el Ing. García.

Existe también en el hospital un cuarto de seguridad, en el que permanece una persona durante las 24 horas y quien además es quien se encarga de coordinar la operación de respuesta frente a las alarmas. En este cuarto de seguridad, también trabaja otra persona durante el día, y es la que está encargada de realizar los monitoreos de rutina - como recorridos, reporte de incidentes y la atención dedicada de dicho cuarto, y es quien además, está en comunicación directa con la Administradora Lic. Araceli Nagore.

Cuando una alarma se dispara y activa el sistema en general, el operador del panel, (ubicado en el cuarto de seguridad) notifica si hay algún sensor que está presentando algún tipo de alarma, como humo. Luego se desplaza vigilancia al sitio donde se reportó la alarma para constatar que se trata de una situación real. Según el Ing. García, hasta el momento no se ha presentado ninguna alarma por un incidente real y las que se han presentado han sido producidas por polvo que se ha levantado o porque alguna persona estaba llevando a cabo algún trabajo y no cubrió el detector.

Las alarmas son diferentes y se caracterizan según el área del hospital donde están instaladas. Hay las alarmas de humo, pero por obvias razones hay áreas con gran generación de polvo en donde éstas no se pudieron instalar. En dichos casos se instalaron alarmas de calor o combinaciones de humo/calor. Lo más importante para el hospital en el caso de las alarmas, fue observar el tiempo de respuesta y verificación, de no más de 2 minutos.

Todo el sistema de alarmas está a su vez apoyado por estaciones manuales, que están distribuidas por todo el edificio. No obstante, dichos dispositivos debieron ser protegidos con unas cajas acrílicas transparentes para evitar que los niños que visitan el hospital las activaran con o sin intención.

Las alarmas están a su vez interconectadas con el sistema de salidas de emergencia, contando el hospital con alarmas locales ubicadas junto a cada salida de emergencia. El Ing. García explico, “Si se abre la salida de emergencia se activa una alarma. Dichas alarmas se instalaron pensando principalmente en los niños que en algún momento se pueden perder de vista. Entonces si alguno abre una salida de emergencia la alarma sonará, así como si ingresa alguien sin estar autorizado”.

Las escaleras de emergencia sólo se utilizan en caso de emergencia real y no están habilitadas para tránsito diario. Éstas están monitoreadas con cámaras que permiten a los operadores verificar las causas cuando se producen alguna activación de la alarma. Estas cámaras prácticamente cubren todo el hospital y de acuerdo con García no hay punto de entrada o salida que no esté monitoreado.

El sistema de protección también está apoyado por un programa de control de acceso que, aunque no es de protección contra incendio, también ayuda al manejo del personal dentro de la edificación.

El sistema de protección contra incendios y el de seguridad, a su vez, están vinculados con el de climatización y eficiencia energética. Todo comienza con el sistema de aire acondicionado (13 manejadoras de diferentes tamaños), el cual trabaja en base a agua helada (el hospital cuenta con cuatro enfriadores de 400 toneladas) cuyo control está centralizado en un Sistema de Automatización de Edificios (Building Automation System o BAS). Si se llegara a detectar humo dentro de los ductos se toman acciones para sacarlo y contrario a lo que podría pensarse, cuando se detecta humo la respuesta no es necesariamente apagar la manejadora del sistema, sino que por lo general se suspende la inyección de aire y se activa únicamente el retorno, para que el humo que haya vaya hacia el exterior del edificio.

Una de las pocas operaciones que escapa al control centralizado, es el sistema de notificación, siendo este operado de manera personal (con el fin de evitar generar falsas alarmas). Cuando se presenta una alarma, la persona encargada del lobby (que además tiene comunicación directa con el personal del cuarto de seguridad) no da la señal para evacuar hasta que la emergencia está confirmada. Esta persona en el lobby es el primer punto de contacto con el personal externo al hospital y su labor se enfoca en comunicar la alarma, pedir calma a los presentes e informar que el personal de seguridad procederá a la verificación.

Los elevadores también están interconectados y si alguno de los sensores del lobby detecta humo se ejecuta una secuencia en la que el ascensor se desactiva automáticamente, se va a la planta baja y se abre una compuerta que está en la parte de arriba del cubo del elevador (ducto), con el fin de evacuar el humo que se haya acumulado. Luego se activa un extractor (integrado también con el panel de alarma en el cuarto de seguridad) para sacarlo.

Pero hay un elemento que no debe dejarse de lado y son las luces estroboscópicas que en algunos casos están vinculadas con las alarmas, entonces se activan cuando se produce una alerta.

En caso de emergencia, mantenga la calma…
Otra de las áreas en donde el hospital hace énfasis son los procedimientos de evacuación, para lo cual ejecutan cuatro simulacros por año, uno avisado y tres en donde se toma al personal por sorpresa. Una idea clave del programa de evacuación es la de transmitir al personal, el concepto de la importancia de mantener la calma en caso de una emergencia, para evitar que las personas produzcan estampidas, con los riesgos que ello implica.

Lo anterior es importante debido a que el hospital tiene baja rotación de personal y varios empleados han estado con la institución por mucho tiempo. Algunos de ellos, incluso, presenciaron el terremoto de 1985 (el más significativo en la historia mexicana, con un número aproximado de 6 mil fatalidades**), por lo que se sienten aún los temores por dicha catástrofe.

Cuando se hacen los simulacros, se mide el tiempo que les toma a las personas salir. “El Coordinador de Riesgos e Inventarios, CP Héctor Gutiérrez hace un reporte del tiempo de salida de la última persona, también reporta a aquellos que no salieron y luego hablamos con esas personas para pedirles su apoyo en dichos eventos”, explicó García, quien además señaló que los simulacros han sido muy valiosos, pues han mostrado elementos por mejorar, que aunque son detalles mínimos resultan importantes; como por ejemplo el procedimiento para evacuar pacientes en sillas de ruedas, lo que llevó a determinar que, en el caso de una emergencia, se necesitarían rampas para la evacuación de dicho personal. Otro detalle que se ha identificado con los simulacros es el caso de varias puertas que se abren en ambas direcciones, lo cual se ha procedido a corregir según NFPA 80, Norma para puertas cortafuego y ventanas cortafuego.

Para hacer más claro y facilitar el proceso de evacuación, el hospital señalizó todas las rutas que llevan hacia las salidas de emergencia. Las señales dicen “salida” y son bastante visibles. A esto también se agrega una permanente y cotidiana verificación de las salidas, para asegurar, de que en ningún momento se encuentren obstaculizadas. Se verifica que las tuberías verticales estén abiertas y esto a su vez conduce a revisar las escaleras de emergencia, pues dichas válvulas se encuentran en estas salidas. “Miramos que no haya, por ejemplo, cajas de cartón y mantenemos las áreas limpias, pues como filosofía en el hospital, pensamos que el orden y la limpieza son el primer paso hacia la seguridad. Cuando se pierden el orden y la limpieza esto se termina volviendo costumbre y es ahí donde se generan situaciones peligrosas”, aseguró el Ing. García.

Cumplimiento con normativa internacional, también en los materiales
Tal como se mencionó al comienzo de este artículo, desde su inicio, el diseño del Hospital Shriners para Niños en México se pensó para que cumpliera tanto con la normativa local como la internacional, pero no tan sólo en lo que se refiere a la estructura, sino también a los materiales a ser utilizados. Entre dichas normativas o certificaciones, además de la NFPA, está la certificación UL (Underwriters Laboratories, que se ocupa del análisis de los parámetros de seguridad de las diferentes tecnologías que se presentan al mercado) y la certificación de la Factory Mutual Research Corporation (organización basada en Illinois, Estados Unidos, que avala que ciertos materiales son aptos para trabajar en ambientes peligrosos o bajo condiciones extremas).

Empezando con las paredes, puertas y ventanas, estos materiales cumplen con la certificación UL. Dado que el hospital se proyectó con paredes contra incendio, ello cubre también a algunos muros de tabla roca que fueron levantados y que fueron certificados con clasificación ignífuga (fire-rated). Las puertas del edificio a su vez cumplen también con las normativas UL y NFPA.

Todo lo relacionado con protección contra incendios está avalado por Factory Mutual, entidad que desde el mismo comienzo del proyecto estuvo al tanto de los detalles de los planos de extintores, mangueras, rociadores y cuartos de bombas. Después de recibir los planos, los delegados de la entidad visitaron las instalaciones para verificar que todo estuviera de acuerdo con sus estándares.

El hecho de que las paredes tuvieran clasificación ignifuga llevó a que las perforaciones debían llevar un recubrimiento especial aprobado por UL y en dicho caso se utilizaron productos especiales. Ello incluyó una protección integral, incluso para los ductos: si un ducto pasa a través de una pared contra incendios el ducto también tiene una clapeta o compuerta en el interior que opera en ciertas condiciones de temperatura, esto para garantizar también el control de humo.

Factory Mutual visitó el hospital antes de su apertura y lo sigue visitando cada año. Un aspecto positivo es que no se han recibido recomendaciones en las inspecciones de los tres últimos años, lo cual no es sencillo dado que los análisis llevados a cabo por la organización son bastante estrictos.

A lo largo del proceso, Factory Mutual hizo varias recomendaciones que inicialmente no se habían considerado en el diseño, como por ejemplo la creación de un dique completo para un tanque exterior de diésel y la implementación de una válvula de cierre automático para la línea de gas natural que trabaja de manera mecánica y cuyo objetivo es que, si llega a producirse un evento sísmico, la válvula detendrá el suministro de gas de manera automática. Tales mejoras no han sido siempre sencillas, pero el hospital ha invertido en ellas a fin de ofrecer un ambiente seguro para sus trabajadores y pacientes.

Así está dispuesto el sistema de protección contra incendios en el Hospital Shriners para Niños en México y los buenos resultados en la seguridad y el funcionamiento correcto, se originaron en el mismo comienzo de la obra, con el compromiso asumido de la administradora, la Lic. Araceli Nagore Robles.

La determinación de las directivas del Hospital Shriners para Niños en México por cumplir con la normativa internacional de protección contra incendios realmente ha posibilitado contar con una instalación que, además de ofrecer un valioso servicio a la comunidad, ofrece parámetros de primer nivel de respuesta ante las emergencias.

Julian Arcila es redactor del NFPA Journal Latinoamericano.

** La cifra de fatalidades del terremoto de México aún está en discusión y no hay un consenso nacional al respecto


Abordaje Completo
Además de la aplicación del NFPA 99, Código para Instalaciones de Cuidado de la Salud, el Hospital Shriners en México incluye una variedad de medidas de seguridad humana y protección contra incendios que cumplen con los códigos y normas de la NFPA

Sistemas de alarmas de incendio instalados en todo el edificios, incluyendo luces estroboscópicas, y en cumplimiento con el NFPA 72®, Código Nacional de Alarmas de Incendio y Señalización.

Sistemas de rociadores instalados en todo el edificio en cumplimiento con NFPA 13, Instalación de sistemas de rociadores.

Los rociadores y sistemas secos están apoyados por mangueras, hidrantes de incendio en las instalaciones y sistemas de tuberías verticales instaladas en el edificio cumpliendo con NFPA 14, Norma para la instalación de sistemas de tubería vertical y de mangueras; NFPA 24, Norma para la instalación de tuberías para servicio privado de incendios y sus accesorios; y NFPA 25, Norma para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas hidráulicos de protección contra incendios.

La seguridad humana, con un énfasis en procedimientos de evacuación, incluyendo cuatro simulacros por año, se encuentra en conformidad con las pautas de NFPA, incluyendo el NFPA 101®, Código de Seguridad Humana y NFPA 80, Norma para puertas cortafuego y otras protecciones para aberturas.

Extintores de incendio instalados por todas las instalaciones en cumplimiento con NFPA 10, Norma para extintores portátiles.

Los cuartos de bombas contra incendios en las instalaciones se encuentran en cumplimiento con la NFPA 20, Norma para la instalación de bombas estacionarias de protección contra incendios.

NFPA 90A, Norma para la instalación de sistemas de ventilación y aire acondicionado, se utilizó para el sistema de aire acondicionado, que incluye 13 manejadoras y cuatro enfriadores de 400 toneladas.

El sistema eléctrico instalado cumple con el NFPA 70®, Código Eléctrico Nacional, que está adoptado en México como la NOM 001 SEDE.

El Hospital no solo cumple con la normativa en lo que refiere a la estructura, sino también los materiales utilizados, que cumplen con NFPA, UL y FM.




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